Por Jennifer Hoffman
http://enlighteninglife.com
21 de Marzo 2017
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21 de Marzo 2017
Traducción: Rosa García
En cada vida tenemos una misión
del alma de sanación y un propósito de vida designado a cerrar ese ciclo de
sanación. Cada sendero de sanación que emprendemos refleja el deseo del alma de
alcanzar la plenitud, de dejar atrás el dolor y el trauma, para poder en lo
sucesivo disfrutar de paz y alegría.
La liberación de nuestros grupos
de almas y de los ciclos kármicos es el punto central de nuestra sanación, de
manera que podamos finalizar dichos ciclos y concluir con
nuestros grupos de
almas. Iniciamos cada nueva existencia con la intención de sanarnos a nosotros
mismos hasta llegar a la totalidad. Sin embargo, cuando nos consideramos
sanadores, perdemos de vista nuestro propósito de auto sanación y pasamos a
ocuparnos del propósito de los demás.
Este propósito de sanación nos
lleva a ciclos kármicos que se vuelven interminables porque no nos pertenecen,
sino que se corresponden con el dolor y el trauma que otros han creado para sí
y que forman parte su proceso de sanación, no del nuestro. Cada persona es su
propio sanador y nadie puede sanar a nadie. Cuando nuestro propósito ya no es
nuestro propio viaje, sino convertirnos en sanadores, nos adentramos en el
camino de otras personas y perdemos el poder que sólo podemos encontrar en
nuestro propio camino.
El deseo de sanar a otros tiene
su origen, en parte, en nuestro deseo de evitar aquello que pudiera interrumpir
el proceso de Ascensión de la humanidad. Tememos que el ciclo de Ascensión
pueda interrumpirse si alguien no es consciente de su necesidad de sanación o
no pueda tener acceso a frecuencias superiores. También es cierto que, a medida
vamos sanando y nos acercamos a la totalidad, nos volvemos más conscientes de
las distracciones de los demás, de su energía dispersa, del dolor que padecen,
y deseamos que conozcan la paz, la alegría y el amor. De manera que nos
adentramos en su camino para convertirnos en sus sanadores.
Con nuestros grupos de almas
hemos conocido vidas de dolor y de traumas. Muchos de ellos han obstaculizado
nuestra propia sanación, y también han interferido en anteriores ciclos Ascensión.
Pero este ciclo tiene un nuevo potencial y un nivel de energía que no era
posible para nosotros anteriormente. Nadie puede interrumpir este ciclo de
Ascensión aunque, cuando nos convertimos en sanadores de los demás,
interrumpimos nuestro propio avance hacia la totalidad. La luz que podemos
irradiar se vuelve difusa y pierde su foco. Nuestro propio ciclo de Ascensión
se interrumpe y eso no ayuda a nadie, ni a la humanidad ni a nosotros.
En cambio, la mayor luz que
podemos irradiar a nuestro alrededor es la inspiración de mostrar nuestro
propio yo sanado. No es necesario convencer a nadie de la necesidad de
sanación, ni es algo que podamos hacer. Por el contrario, nuestra paz, nuestra
alegría y nuestro amor actúan como el rayo brillante de un nuevo potencial que
anima a los demás a soltar su dolor y alcanzar así la alegría que ven en
nosotros. El anterior papel del trabajador de Luz era sanar al mundo siendo una
fuente de sanación. El papel de un Rayo de Luz es ser una fuente de sanación al
inspirar a otros a buscarla por sí mismos.
Toda experiencia de sanación
refleja tu misión del alma y tu propósito de vida. No hay experiencias
innecesarias, ninguna se desperdicia. Cada faceta de una lección contiene una
promesa de aprendizaje, de sanación, transformación y ascensión. Progresamos en
nuestro camino cuando nos libramos de la necesidad de ser sanadores y
reconocemos nuestra propia sanación. No todo el mundo necesita estar sanado ni
sentirse completo para que la Ascensión pueda darse.
No obstante, de quienes el ciclo de Ascensión no puede prescindir es de los pioneros, de aquellos que tienen las luces más brillantes. Sé tu propio sanador y reconoce tu viaje hacia la totalidad. Permanece en la alegría, porque ese es tu propósito. Entonces te convertirás en una inspiración para el sendero de Ascensión de la humanidad y formarás parte del elevado flujo dimensional de gracia que ayuda a crear el cielo en la Tierra, viviéndolo para ti mismo, mientras inspiras al mundo con la alegría de tu luz.
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Derechos de autor reservados © 2017 por Jennifer Hoffman. Pueden citar, traducir, reimprimir o referirse a este mensaje si mencionan el nombre de la autora e incluyen un vínculo de trabajo a: http://enlighteninglife.com
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