Cuanto más nos conozcamos y comprendamos a nosotros mismos, más autenticidad irradiaremos al mundo. Al igual que las estrellas, brillamos en esos espacios sombríos… hasta que el mundo entero empiece a brillar como la Luna llena en una noche oscura.
Monica Berg
La Luna inspira a los lobos a aullar, a las mareas a subir y a los amantes a
bailar bajo su luz plateada. Este misterioso e hipnotizante orbe ha sido objeto
de investigación y fascinación para científicos, poetas y narradores desde el
principio de la existencia humana. Y durante este mes de Cáncer (Tamuz en
hebreo), podemos conectarnos con su
Esto se debe a que
Cáncer —representado por el cangrejo— es el único signo del Zodíaco regido por
la Luna. Y, debido a que Cáncer es también un signo de agua, la influencia
cósmica es todavía más poderosa. Dos veces al día, las mareas de todos los
grandes cuerpos de agua de nuestro planeta son dirigidos por la atracción
gravitatoria de la Luna. En algunos lugares, la marea puede moverse solo unos
pocos centímetros; en otros, ¡puede subir o retroceder 15 metros o más! Del
mismo modo, los cambios emocionales que experimentamos este mes, para bien o
para mal, pueden ser profundos y determinantes, incluso para la vida.
¡La buena noticia es
que esta fluctuación cósmica presenta oportunidades increíbles de crecimiento
personal! Las emociones son como un barómetro interno que indica nuestro
“estado del ser”. Y, con demasiada frecuencia, decidimos ignorarlas o hacerlas
pasar por irracionales o intrascendentes. ¡Esto es perdernos de una
oportunidad! Nuestros sentimientos más profundos tienen la función de guiarnos.
Sacan a la luz nuestras verdades interiores. Y seguirán saliendo a la luz,
aunque saquemos la escoba y tratemos de esconderlos bajo la alfombra.
Cuando verdaderamente
escuchamos nuestras emociones, sintonizamos con la cualidad más importante que
podemos cultivar: la cualidad del DESEO. ¡Para los kabbalistas, el deseo
es un impulso clave que nos hace avanzar en nuestras vidas!
La Kabbalah enseña que
el mundo de los sentidos comprende solo el 5 % de lo que existe. El otro 95 %
está oculto, muy parecido al lado oscuro de la Luna. Todos hemos oído hablar de
tomar las cosas por su “valor nominal”, lo que puede llevarnos por el camino
equivocado, al igual que la cara que algunos ven en la Luna no cuenta toda la
historia. Por eso es importante mirar más allá de lo que nos dicen nuestros
sentidos; ya sea en el comportamiento de una persona, en un trabajo actual, en
una dinámica personal o en cualquier otro aspecto de nuestra vida. Tomarse el
tiempo para reunir información y comprender el panorama completo puede guiarnos
a tomar las decisiones correctas con mayor claridad.
Pasar por alto las
verdades ocultas también puede llevarnos a juzgar, una trampa común durante el
mes de Cáncer. Dicho esto, ¡dentro de cada desafío hay una oportunidad! Una vez
más, la clave es entrar en contacto con uno mismo. Convierte esa
charla negativa que tienes contigo mismo o los pensamientos negativos en
afirmaciones positivas. Y cuanto menos te juzgues a ti mismo, menos juzgarás a
los demás. Este es un momento ideal para meditar, tomar una clase de
espiritualidad o practicar la autoexploración a través del arte, escribir un
diario u otras vías de expresión. Mejor aún, canaliza esa creciente conciencia
de ti mismo para mejorar la vida de los demás. Ayuda a alguien que lo necesite.
Conéctate con tu comunidad de nuevas maneras. Tal y como sugería Rav Berg:
¡somos lo que compartimos!
Este mes, tómate un
momento para centrarte. Luego pregúntate: ¿Qué es lo que REALMENTE
quiero?
Si no lo sabes, haz que
tu misión sea averiguarlo. Explora más tus sentimientos. Atrévete a más. Indaga
más (¡eso es lo que mejor hacen los cangrejos!). ¡Ten presente que eres digno
de felicidad y plenitud! Y cuando en efecto descubras tu deseo más profundo,
¡sal de tu caparazón y da un paso para hacerlo realidad!
Puede que miremos la
Luna con asombro y admiración, pero recuerda que ese brillo resplandeciente es
un reflejo del Sol. La Luz que compartimos funciona de la misma manera. Cuanto
más nos conozcamos y comprendamos a nosotros mismos, más
autenticidad irradiaremos al mundo. Al igual que las estrellas, brillamos en
esos espacios sombríos… hasta que el mundo entero empiece a brillar como la
Luna llena en una noche oscura.
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