Lo que quizá no sabes es que el calendario egipcio comenzaba con el orto helíaco (momento en el que una estrella aparece por el horizonte justo después de su conjunción con el sol, poco antes de su salida) de la estrella Sothis (Sirio), todo un acontecimiento porque anunciaba el comienzo de la época de las inundaciones del Nilo, que justamente acontecía dentro de la constelación de Leo.
Los egipcios identificaban a Sothis con su diosa Egipcia Sopdet, personificación de Sirio, la estrella más brillante de todo el cielo nocturno vista desde La Tierra, que también tuvo un papel muy importante en otras civilizaciones antiguas como la griega, la maya y la cultura polinésica.
Todo esto te lo contamos porque, justamente durante esta semana, se produce el novilunio de Leo para el 28 de julio, que nos indica cambios importantes y un nuevo ciclo.
Para terminar esa conexión entre Leo y Sirio, y en palabras de Alice Bailey:
Leo establece una relación única con el Sol en el corazón de nuestro sistema solar. La alineación planetaria que se establece durante el mes de Leo es una alineación corazón/alma. El corazón de la humanidad, el corazón del planeta y el corazón del Sol crean un canal que se extiende hasta Sirio, «la gran estrella de la iniciación» en el universo. Sirio tiene una relación única con nuestro planeta Tierra, y a través de Sirio la energía pura del amor fluye a través del centro solar y en el corazón planetario.
Veamos el gráfico de este novilunio.
Observamos que seis planetas (Marte y Urano, en Tauro; el Sol, la Luna y Mercurio, en Leo; Saturno, en Acuario) y el Nodo Norte (también en Tauro) se encuentran en signos fijos, que recordemos son signos de construcción, estabilidad, organización y plenitud.
El único signo fijo que encontramos sin planetas es Escorpio, pero su energía de transformación de lo caduco también está presente, ofreciéndonos fuerza de voluntad para cambiar aquello que ya no nos sirve y que acentúa el compromiso con uno mismo, la naturaleza y los grupos afines.
Por otra parte, Plutón intensifica la fuerza del nuevo ciclo y Venus (la gran discriminadora) une a la figura lineal de nuevos retos (Neptuno/ Plutón/ Sol/ Luna/ Júpiter/ Venus) con el triángulo de eficiencia que ayudará a concretar los cambios a través de los planetas (antes nombrados) en los signos fijos.
Sí, es una época de cambios, de transformación, de una necesidad de trascender nuestra subordinación y salir de la zona de confort, algo que ilustra muy bien el grado sabiano que corresponde a este Novilunio, a 6º de Leo: «Una dama conservadora y anticuada enfrentada a una muchacha hippie».
Requerimos en estos momentos un grado de observación de la impermanencia de la mayoría de las cosas que la sociedad imprime en nuestra mentalidad colectiva, así como también de la relatividad de los valores sociales.
Darnos cuenta de los patrones caducos activa la voluntad personal y nos permite pensar, sentir y actuar desde nuestro centro, el corazón.
¿En qué casa de tu carta se sitúa este Novilunio? Ahí es
donde se darán las cambios más relevantes.
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