Osho
Estás soñando con el futuro porque todavía no probaste el
presente. Empieza a probar el presente.
Encuentra unos pocos momentos en los que simplemente te deleites. Mirando los árboles, sólo sé la mirada. Escuchando a los pájaros, sé el oído que escucha. Deja que los pájaros lleguen a lo más profundo de tu corazón. Deja que su canción se desparrame en tu ser.
Sentado al lado del mar, sólo escucha el salvaje rugir de las
olas, conviértete en uno/a con ellas... porque ese salvaje rugir de las olas no
tiene pasado, no tiene futuro; si puedes sintonizar con ellas, tú también te
convertirás en un rugido salvaje.
Abrázate a un árbol y relájate en él. Siente la forma verde
penetrando en tu ser.
Recuéstate en la arena, olvídate del mundo, sé uno con la
arena, con su tibieza, siente como su tibieza te embriaga. Ve al río, nada y
deja que el río nade en ti... chapotea en el agua y conviértete en esa
salpicadura.
Haz cualquier cosa con la que sientes que disfrutas y
disfrútala totalmente.
En esos pocos momentos, el pasado y el futuro desaparecerán y
tú serás aquí-ahora. Y esos momentos traerán la primera buena nueva, el primer
mensaje de Dios.
El mensaje está en los ríos y en el rugir salvaje del océano y
en el silencio de las estrellas. La buena nueva está escrita en todas partes.
Todo el universo es un mensaje. Descífralo, aprende su lenguaje, es el lenguaje
de aquí-ahora.
Tu lenguaje es de pasado y futuro. Por lo tanto, si tú sigues
hablando el lenguaje de la mente, nunca estarás en sintonía, en armonía con la
existencia. Y si no pruebas esa armonía, ¿cómo puedes parar de soñar?, porque
eso justamente es tu vida.
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