La unión del espíritu y de la materia

Lord Kuthumi habla:

“Mis amigos quienes han abrazado la vida espiritual… Eventualmente, todos los que consideran las verdades del cosmos visible e invisible llegan a desear conscientemente estudiar las obras de las manos de Dios con mayor detalle.
Ahora bien, algunos son atraídos con bastante naturalidad al estudio de la Luz y la Verdad desde la temprana infancia, y muchos de ustedes en esta clase están entre ellos. Algunos de ustedes comenzaron en líneas ortodoxas y percibieron en un punto, como todos nosotros lo hacemos, la inutilidad de estar atado a las raíces del cisma, de una doctrina cerrada, o una jerarquía eclesiástica sin inspiración.
Sus corazones se convencieron de la unidad de toda Vida y comenzaron a buscar la unidad detrás de la diversidad del pensamiento religioso. Su búsqueda de la Verdad les llevó muy lejos de su punto de partida y comenzaron un viaje hacia un entendimiento mayor de las leyes de Dios. Algunos de ustedes fueron sacudidos, y sin hallar solaz o paz en la búsqueda de metas materiales, se volvieron hacia la vida espiritual como si fuera la última esperanza.
Sin importar los comienzos o el camino agitado entre entonces y ahora. El hecho importante es que están aquí…”.

Yo me presento con la enseñanza que te permitirá ejercer el poder de la Presencia viva de Dios a medida que esa Presencia se convierta en ti en sabiduría personal y en amor personal individualizados para todos.
Se ha hablado y se ha escrito mucho sobre las iniciaciones, pues a lo largo del tiempo y en diferentes lugares de la Tierra éstas han adoptado formas muy diversas. En realidad, todas las iniciaciones, las del pasado y las de hoy, y sea cual sea el lugar, tienen sólo uno objetivo: realizar la unión del espíritu y de la materia. Sí, un solo fin: la unión, la fusión del espíritu y de la materia, del hombre y de su Creador. Y si para alcanzar este fin único las explicaciones, las presentaciones son tan variadas y múltiples, es porque los conocimientos necesarios para realizar esta fusión son infinitos. Todos los medios que el hombre posee, todos los conocimientos que adquiere continuamente, debe ponerlos al servicio de un solo fin: unirse a la Divinidad, fusionarse con la Causa primera. Mientras busque otra cosa, no hará más que errar por caminos sin salida.

El Reino de Dios fue fundado en lo alto desde la creación del mundo. Es pues abajo, en la tierra, entre los humanos, dónde ahora debemos realizarlo, sabiendo manifestar las virtudes divinas. Todos los grandes Maestros, los Iniciados saben que han venido a la tierra para trabajar en la realización del Reino de Dios. Así pues, las enseñanzas espirituales que incitan a los humanos a abandonar la tierra, con el pretexto de que es un valle de lágrimas y que su verdadera patria se halla en otra parte, no están de acuerdo con los proyectos de Dios. Según lo que sabemos y lo que los grandes Iniciados nos han enseñado, el deseo y el plan de Dios es la realización de su Reino en la tierra. El hombre debe trabajar sobre la materia, volverla sensible y sutil para que pueda vibrar en armonía con el mundo del espíritu.

El ser humano debe empezar a tomar conciencia de los diferentes elementos que lo constituyen: el espíritu, el alma, el intelecto, el corazón, la voluntad, el cuerpo físico, y después esforzarse para armonizarlos entre sí. Lo que evidentemente es muy difícil. Pero mientras no lo logre, mientras no consiga formar la unidad en sí mismo, no podrá entrar en posesión de todos sus medios.

Namaskar
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