Dos importantes aspectos más se
producen en nuestras vidas a través de Urano y al igual que sucede con las
cuadraturas, nos ofrecen grandes posibilidades de cambio, de progreso y de
contacto con la misión de vida indicada por este sagrado Planeta.
Se trata de los dos trígonos que
desde el firmamento hace Urano en tránsito a nuestro Urano natal. La primera
sucede alrededor de los 28 años. (De nuevo vemos el trabajo unido de dos
planetas aparentemente tan distintos, ya que Saturno comienza a hacernos sentir
su primer regreso a su lugar natal). El
segundo aspecto de trígono sucede ceca de los cincuenta y seis años.
En la primera cuadratura que
vivimos a los veintiún años, la rebeldía
y el deseo de enfrentamiento a todo lo que nos restringía la libertad, nos puso
sin duda en más de un problema o en el error de tomar decisiones que no eran
las más adecuadas.
Ahora en nuestras vidas y viviendo
este aspecto benéfico –o todo lo benéfico que somos capaces de vivir cuando se
presentan los cambios- también hay cosas o situaciones que ya no nos parecen
las más adecuadas, pero que van dirigidas a una mejora en todo lo que tiene que
ver con el sentido de nuestra vida.
Es importante para quienes no han
vivido aún este aspecto, darle la máxima importancia. Es un momento de clara
introspección, de encontrarnos con nosotros mismos, de conocernos mejor, ya que
el peso o sentido de conciencia y responsabilidad del primer regreso de Saturno
unido al esplendor de Urano, tiene que hacernos conscientes de las opciones y
ajustes sobre todo lo conseguido hasta ese momento.
Si por diversas razones karmicas el
potencial de atención no está en su mejor momento y estos procesos indicados no
se realizan, y dejamos las cosas liberadas a sí mismas, esquivando ese trabajo
sobre nosotros mismos, viviremos las consecuencias cuando varios años después
Urano forme oposición con nuestro Urano natal.
El segundo trígono de Urano en
tránsito con el Urano natal se produce hacia los cincuenta y seis años y es
como llegara el maravilloso momento de darnos permiso a nosotros mismos para
hacer lo que queremos, para ser como deseamos y no como creemos que debemos ser.
Al contrario de lo que se piensa de
este punto de edad y si hemos sido capaces de madurar en los anteriores estados
de aspecto, este puede ser uno de los períodos más plenos y ricos en
experiencia de nuestra vida. A los
cincuenta y cuatro hemos experimentado el tercer retorno de los Nodos, lo cual
ha traído memorias de ciclos pasados, recuerdos de promesas hechas a nosotros
mismos.
Sorteados ya muchos de los peligros
de la madurez, la promesa de libertad de Urano nos lleva hacia ese Proyecto de
Vida aceptado por el Alma y olvidado tantas veces por las exigencias de la
personalidad. Comprensión, nuevo sentido de la energía, proyectos más
relacionados con la mejora en el sentido que sea de los demás. La comprensión
de un Todo mayor y el deseo de profundizar en lo que para cada uno de nosotros
sea la sabiduría, se convierte en algo que fluye a través de la comprensión que
viene más del corazón que de la mente. Es un momento de reflexionar sobre
nuestro pasado pero especialmente, es el momento de planear los importantes años que nos restan, ya que en
ellos vamos a marcar en forma indeleble, la calidad y la cualidad de la nota
vibracional de la próxima vida.
Recordemos también que todos
nosotros estamos viviendo y sintiendo en forma especial a Urano en nuestras
vidas, ya que su tránsito de algo más de siete años por Aries, produce una
energía entre Fuego y Aire, entre materia y espíritu realmente importante para
todos aquellos que ansían transitar por el sendero de la sabiduría.
Desde el corazón
Joanna
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