19 de Mayo 2014
Traducido por Liliana
Zerbino (Tahíta)
Una familia de marmotas me
enseñó una gran lección acerca de la derrota, la impotencia, la parálisis, y la
desesperanza esta semana, enfrentándome a algunos temas muy dolorosos de mi
pasado. Decidir si iba a ser derrotada por una situación que no creía poder
controlar o tomar medidas para resolver esto me movió de sentirme victimizada,
impotente, enojada y paralizada, algunos de los desafíos fundamentales de mi
vida, a superar el desafío de una manera empoderante (y salvar mi jardín de una
familia de marmotas hambrientas). Comparto esta historia esta semana, y 5 pasos
que puede seguir para pasar de la derrota a la acción.
He estado viendo una marmota alrededor de mi patio durante los últimos dos años, y sabía que había estado viviendo a tiempo parcial, en mi casa. Pero yo no era consciente, hasta hace poco, de que había fijado su residencia bajo mi porche, a tiempo completo y que había dado a luz a cuatro bebés. La semana pasada, mientras estaba sentada en mi escritorio, hablando con mis clientes de coaching, vi como tres de los bebés atravesaban mi patio, masticando mis plantas. Me sentí enojada, desamparada e impotente porque no sabía cómo detenerlos. A menos que hiciera algo, no sólo iban a diezmar mi jardín, sino que continuarían reproduciéndose bajo el porche.
Así que tomé acción y
llamé a Control de Animales, que me ayudó a atraparlos, uno a la vez, y los
soltaron en una gran reserva natural cerca de mi casa ( lo suficientemente
lejos como para que no vuelvan). Ahora todos se han ido y su acceso al porche
de mi casa se ha cerrado (con alambre y 50 kilos de cemento).
No me perdí la lección,
porque mientras estaba enojada viendo cómo insensiblemente estaban destruyendo
todo el trabajo que había puesto en mi jardín también me sentí victimizada,
paralizada y frágil, ya que de alguna manera esto hizo surgir recuerdos muy
antiguos. Después de haber experimentado la parálisis cuando era niña, todavía
recuerdo cómo se siente estar indefensa e impotente frente a algo que no puedes
controlar. Recuerdo que me sentía enojada que esto me estuviera sucediendo a mí
y sabía que o aceptaba el pronóstico de los médicos de que nunca volvería a
caminar de nuevo o podría tomar acción y hacer lo que fuera para caminar
normalmente, elegir vivir mi vida como un vencedor en lugar de como una víctima.
Mientras estaba viendo los bebés marmota comiendo en mi jardín, mi primer sentimiento fue de enojo por el dinero que había gastado en las plantas, y el tiempo y el esfuerzo que había puesto en su plantación. Entonces me sentí impotente al preguntarme cómo iba a deshacerme de ellos - que estaban muy contentos, seguros y cómodos en su guarida debajo de mi porche, siendo yo incapaz de matar a un animal, no importa lo mucho que no lo quisiera en mi casa. Y me sentí un poco desesperada porque la situación parecía imposible. Pero fue la sensación de agobio y la parálisis lo que realmente me llamó la atención porque en un principio, pensé que no había nada que pudiera hacer, que se quedarían a comer en mi jardín hasta que se decidieran a irse, si es que alguna vez lo hacían. Me sentía atrapada porque no estaba segura de cómo manejar este problema.
La captura de los animales
fue fácil, por el ofrecimiento de manzanas (que parece que les gustan de
verdad) y trampas metálicas fuertes proporcionadas por Control de Animales. Uno
a la vez, se cebaron y colocaron las trampas y en una hora pude oír una trampa
cerrándose y vi a una marmota capturada. Entonces ellos tomaban la trampa y se
llevaban a liberar a cada animal, dejándome con otra trampa para capturar a
otro. Se necesitaron tres días para capturar a todos ellos y si piensas que
esto tomó mucho de mi tiempo, energía y atención, tienes razón. Yo tenía la
esperanza de que fuéramos a atrapar a todos, pero sentía un poco de miedo de
que no cooperaran... Afortunadamente, lo hicieron y ahora se han ido.
Cuando nos sentimos
impotentes y sin esperanza enfrentando un reto es donde tenemos una opción que
puede hacer cambiar nuestra vida- podemos ser derrotados o podemos tomar
medidas. Es un cambio de vida, porque lo que elegimos hacer en ese momento de
desafío va a alterar el curso de nuestra vida desde ese momento en adelante.
Cuando elegimos la derrota, caemos en la desesperación, nos paralizamos, y sentimos que no tenemos ningún control. La derrota puede convertirse en un hábito y puede llevar a una vida de aceptación de derrotas antes de que incluso nos hagamos la siguiente pregunta, "¿Cuáles son mis otras opciones?" Si bien no podemos controlar esa situación, podemos controlar lo que elegimos hacer al respecto. Esa es la parte de entrar en acción.
La parálisis, la
impotencia y la desesperanza son un estado de ánimo - que comienzan con
nuestras creencias. Algunos de los retos son más difíciles que otros, pero cada
reto tiene una puerta de salida (que puede estar oculta a la vista) si
decidimos buscarla, primero, creyendo en que existe y, a continuación, tomando
medidas para llegar a la salida. La búsqueda de nuevas soluciones, el pedir
ayuda, la decisión de que vamos a ir más allá de la situación y obtener alivio
definitivo, son todas opciones de acción que podemos tomar en cualquier
situación. Si queremos poner la energía en movimiento, tenemos que estar
dispuestos a darla en una sola dirección, la derrota o la victoria, la
parálisis o el movimiento, la ira y la frustración o la formulación de
intenciones de gran alcance para la acción victoriosa y movernos una y otra
vez, más allá de la situación.
La solución de estos
desafíos de la vida es parte de nuestro viaje de ascensión, ya que representan
lo que hemos venido a transformar. No estamos aquí para atravesar por el
sufrimiento tanto como para aprender a vivir una vida que esté libre de
sufrimiento y lo hacemos al enfrentar un desafío y transformar nuestras
creencias para superar este reto y todos los otros que sigan. Elegimos cada
aspecto de nuestra trayectoria de vida, aún los desafíos, para fortalecernos,
alineándonos con los diferentes aspectos de nuestro poder (los que crean
alegría, paz, amor y abundancia en vez de dolor y sufrimiento), y resonando con
nuestros aspectos divinos y humanos trabajando en colaboración.
Aquí hay 5 pasos que
puedes seguir para pasar de la derrota a la toma de acción:
Paso 1: ¿Cuál es la
situación que enfrentas? Se claro acerca de lo que es y simplifícalo hasta su
elemento más básico. Podría ser algo o alguien que invade tu espacio, una
pérdida financiera, emocional o física, o algo que perturba tu paz de mente o
corazón.
Paso 2: ¿De qué tienes
miedo realmente en esta situación?
¿Será algo
permanente, de lo que nunca te recuperarás, que te marcará para toda la vida?
La comprensión de tu miedo es la parte más importante, porque esto es lo que
tienes que abordar antes de poder tomar medidas.
Paso 3: ¿Qué crees que va
a pasar si esto sigue así? Dando voz a sus temores les identificas y pones un
poco de perspectiva sobre la situación. Si piensas que suena tonto decir
"nunca voy a superar esto", o "Esto no va a terminar", has
creado una cuestión que puedes resolver.
Paso 4: ¿Cuál es el resultado que deseas en esta situación? Las intenciones son creadas a partir de los resultados que queremos obtener, por lo que identificar el resultado hace que tengas una ruta a seguir y esto también crea un camino para la energía que necesitas para cambiar la situación. Cuando te enfocas en el resultado, estás haciéndote la pregunta "¿Cuáles son mis otras opciones?"
Paso 5: ¿Cuál es la primera acción que puede tomar? Nos quedamos atascados porque pensamos que tenemos que hacer todo al mismo tiempo y no podemos hacerlo. Todo lo que tenemos que hacer es dar un paso, y luego el siguiente paso se presentará. Decide tomar una acción, entonces sabrás qué hacer a continuación. Y pedir ayuda puede ser tu primera acción, no dejes de lado esto, porque podría ser la solución que necesitas.
Cada desafío tiene una
solución, cuando estamos dispuestos a vivir la vida como vencedores en lugar de
víctimas.
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(c) 2014 por Jennifer Hoffman. Todos los derechos reservados. Usted puede citar, copiar, traducir y
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