“Niños cristal”, “semillas estelares” y “guerreros arcoíris”. Qué dice la astrología para acompañarlos en su crecimiento.
Una madre orgullosa sentirá que su hijo es especial, maravilloso, adelantado, increíble. Pero, también, sin el ojo emocionado de una madre, un papá o un abuelo, son muchos los que intuitivamente piensan y observan que de un tiempo a esta parte los niños vienen "en otra frecuencia"; "con otro chip", se suele decir.
Generaciones y astrología
Cada generación trae una información diferente. Astrológicamente hablando, los nacidos en el 2020, por ejemplo, bajo la conjunción de Plutón, Saturno y Júpiter en Capricornio, vienen a patear todas las estructuras sociales e instituciones formales. Son un revival de los "niños índigos" de los años 80, que llegaron al mundo con una alineación similar, pero en el signo de Libra.
Los nacidos a mediados de
los noventa, bajo la conjunción Neptuno Urano, son aquellos que
nos traen una profunda conexión con el arte y los mundos espirituales, con una
sensibilidad extraordinaria para la música y una interpretación de los mundos
vinculares, amistosos y de pareja, distintos a otras generaciones.
Nacidos a partir de los años 2000
Se los ha llamado "niños
cristal", "niños solares", "semillas estelares" o
"guerreros arcoíris", y nacieron a partir del 2000, siendo
aquellos que llegaron luego del 2012 los que expresan estas cualidades
más evidentemente.
Algunos afirman que han elegido
venir en este momento de "reseteo planetario", "ascenso a la
quinta dimensión" o "ingreso a la "Era de Acuario" para
cumplir una tarea en particular.
También dicen que muchas de las
"semillas" -que ya son adolescentes o jóvenes- están despertando
ahora, justo en estos tiempos, con la intención de "sanar" al
planeta, evitar un desastre ecológico, transmitir algún mensaje en
particular y desarrollar cualidades de intuición y comunicación
sensible.
Niños cristal, los de la nueva era
Cerca del año 2000 comenzaron
a llegar los niños cristal, ya tenían muchas cosas facilitadas por la
generación anterior (los índigos, nacidos en los años 80) y podían manifestar
el poder del amor y de la compasión.
Según el nombre que define a
la generación cristal podemos deducir sus características. Los
especialistas aseguran que el aura de los niños cristal es
transparente, pura y lúcida, como el cristal.
Con sus grandes ojos penetrantes,
estos pequeños miran el mundo con serenidad y empatía. Son
capaces de sentir lo que vos sentís aunque estés lejos físicamente. Es como si
su alma ingresara en otros planos y llegara al fondo de tus emociones.
Poseen una gran capacidad
afectiva que les permite sentirse muy conectados con los demás y por
eso a menudo se involucran pacíficamente en reclamar todo tipo de cuestiones
por otras personas o por el medio ambiente.
Conectan profundamente con la
energía de la naturaleza. Muchos de ellos rechazan la carne, los
lácteos y todos los alimentos basados en el comercio con la explotación
animal. Sería una opción no forzar procesos, y criarlos desde
una perspectiva antiespecista.
A veces se molestan en
espacios cerrados o con mucha gente. Disfrutan estar solos y en
tranquilidad.
La cuestión de los límites en ellos no se resuelve
con forzamientos, sino explicándoles o transmitiéndoles información desde el
corazón, pues tienen muy abiertos los chakras cardíaco y corona.
Vengo del Sol
Recordemos el libro ilustrado "Vengo
del Sol" que Flavio Cabobianco escribió a sus
seis años, en 1991, ayudado por sus padres Alba y Omar. Éxito en ventas,
traducido a varios idiomas, también le valió unas cuantas invitaciones a
programas de televisión más o menos serios. Un predecesor del
santafesino Matias De Estéfano, el
"niño índigo" que convoca multitudes y viaja por el mundo
hablando de realidades cuánticas, vidas pasadas y evolución terrestre.
En "Vengo del Sol", Flavio
Cabobianco reflexiona sobre el tiempo, el destino, la vida en otros planetas,
su supuesto origen solar y el misterio de la vida antes del nacimiento.
"Cuando escribí 'Vengo del
Sol', era muy chico y conocía pocas palabras. Quiero aclarar que no se trata
del Sol físico, sino del Sol espiritual. Antes de llegar a la
Tierra estuve en esa fuente de luz para poder ingresar en el plano físico",
¿impresionante?
"Para ayudar a los chicos hay
que ayudar a los grandes. Si los padres están abiertos, van a cuidarlos sin
imponerles sus propias ideas, su visión del mundo. Lo principal es darles
espacio, darles tiempo, dejarlos pensar, dejarlos que hablen. Es importante
hablarles de Dios, de lo espiritual, pero sin insistir en que se tiene la
verdad".
Niños del cosmos
Andrea Barnabé es
argentina y tiene actualmente fascinados a muchos seguidores de su canal de YouTube
e Instagram a propósito de las informaciones -para nada científicas- que
ofrece en materia de la llamada "Ascensión Planetaria de la Tierra" o
"salto cuántico a la quinta dimensión".
Andrea asegura que el sistema
educativo tendrá que reformarse para recibir a los niños nacidos a partir del
año 2000, y que incluso que surgirán nuevas pedagogías -o se reflotarán las
alternativas, como Montessori- a través de ellos.
¿Creemos? Será cuestión de escuchar
lo que los niños mismos expresan. ¡A estar
atentos!
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