por cristinalaird
JÚPITER, el gran gigante de gas de nuestro sistema solar, en el cual se presume que casi 1300 Tierras serían contenidas, es decir, inimaginablemente grande, tiene su significado arquetípico de acuerdo a su tamaño. Júpiter (para los romanos), era Zeus (para lo griegos), Dios máximo del Olimpo, con su correspondiente importancia en nuestra psique. Hablar de Júpiter sin Saturno sería imposible, ya que juntos forman el contexto social en el que nos movemos, y en el que hemos nacido. Júpiter complementa a Saturno y viceversa. Uno sin el otro sería terrorífico y afortunadamente caminan de la mano, la mayor parte del tiempo.
Como dice Dane Rudhyar: “Júpiter, el Sumo Sacerdote
de la religión tribal actúa dentro de la estructura establecida por Saturno el
Gran Antepasado, líder y conquistador de la tierra sagrada tribal”…..””Júpiter
es el poder beneficioso de la expansión sólo si está balanceado por la continua
inhibición de la Ley Saturnina”.
Cada conjunción de estos dos planetas, algo que
ocurre cada 20 años, un nuevo impulso nace en la consciencia y comprendemos que
debemos realizar un función social (Jupiter), que necesita de una estructura
(Saturno) y plan. Acabamos de vivir una conjunción de estos dos planetas para
el solsticio de Diciembre 2020, iniciando así 3 ciclos: uno de 20 años: hasta
la próxima conjunción de estos dos planetas; uno de 200 años: cuando estas
conjunciones dejen de formarse en el mismo elemento y uno de 800 años: cuando
el ciclo completo alrededor del zodíaco se concluya.
Tanto a nivel mundial como personal, comenzamos una
nueva época, una nueva dimensión de consciencia, que todos debemos reconocer.
Después de 200 años de conjunciones en signos de Tierra con la excepción de
1981 cuando se juntaran en Libra, iniciamos un periodo de 200 años en signos de
Aire con una sola excepción en el año 2159, cuando ocurrirá en Escorpio. DE
acuerdo a los astrólogos de la antigüedad, el ciclo de 20 años significaba
cambio de gobierno, como hemos visto esta vez en varios países del mundo y
sobre todo en las controvertidas elecciones en los Estados Unidos; el de 200
años cambio de dinastía, lo que también estamos viendo en el resurgir poderoso
del Asia y la decadencia del Occidente. La evidencia de la necesidad de
nuestras instituciones de renovarse, para estar más de acuerdo con el orden
social emergente, es irrevocable e innegable. El ciclo de 200 años se asocia a
un cambio de Profeta, algo que también estamos viendo, en la toma de
consciencia de la realidad y necesidad de “creer”, la importancia de la “fé”, al
mismo tiempo que tomamos consciencia del resultado de la religión en la psique
humana y el conflicto que emerge de las diferentes interpretaciones de los
libros sagrados. Esta conjunción Júpiter-Saturno última, inició el ciclo de 20
años que concluye en Octubre 2040, cuando se juntarán una vez más en Libra.
Por supuesto que cada vez que estos ciclos
comienzan, (raramente en el mismo signo), el resto de los planetas no están en
la misma posición, por tanto la situación cuando ocurren no es nunca igual. Este
es el caso de la entrada de Júpiter en el signo de Piscis, que comienza el 14
de Mayo, y que continuará en este año hasta el 29 de Julio cuando vuelva a
entrar en Acuario, debido a la moción retrógrada de este planeta que comienza
el 21 de Junio, justo para el solsticio de Verano-Invierno. Desde el 29 de
Julio hasta el 28 de Diciembre, Júpiter volverá a recorrer los últimos 8º
(último decanato) de Acuario. Luego finalmente entrará en Piscis, signo en el
que viajará hasta el 11 de Mayo, cuando entrará en Aries, signo por el que
viajará hasta el 28 de Octubre, cuando volverá a sumergirse en Piscis para
finalmente terminar el recorrido por el signo de los peces para el solsticio de
Invierno-Verano en Diciembre 21, 2022. Podemos decir que durante el 2022, Júpiter
viajará por el signo de Piscis, algo que también hizo en el 2010. Aún así
tendremos una degustación de ello a partir del 13-14 de Marzo (dependiendo
donde te encuentres en el mundo) hasta el 28 de Julio. Aunque Júpiter completa
su vuelta al Sol cada 12 años, el resto de los planetas están en diferente
posición, por tanto la experiencia nunca es idéntica, aunque active cada vez,
la misma parte de tu carta natal. Esta vez, por única vez en la existencia de
todos los que estamos vivos hoy, Júpiter, regente de Piscis, formará una
conjunción a Neptuno el otro regente de Piscis en el signo de Piscis. Esto es
algo que nadie ha vivido o volverá a vivir jamás, por que todavía la vida
humana no es de 165 años, que es lo que le toma a Neptuno retornar a su propio
signo, como lo estamos viviendo ahora.
LAs últimas veces que Júpiter transitaba Piscis:
1962 – con Saturno en Acuario cuadratura a Neptuno
en Escorpio – Plutón en Virgo
1974 – Con Urano en Libra cuadratura a Neptuno en
Sagitario – Plutón en Libra
1986 – Júpiter en cuadratura a Saturno en Sagitario
– Neptuno en Capricornio – Plutón en Escorpio
1998 – con Urano y Neptuno en Acuario – Plutón en
Sagitario
2010 – con Urano en Piscis en mutual recepción a
Neptuno en Acuario – Plutón en Capricornio
2022 – en conjunción a Neptuno (Abril, por primera
y única vez en la la vida de los que estamos vivos hoy) – con Plutón en los
últimos grados de Capricornio y con la cuadratura Saturno (en Acuario) – Urano
(en Tauro) todavía resonando.
La última conjunción Júpiter-Neptuno en Piscis fue
en 1856.
Podemos asumir que es un momento único en nuestra
historia, con sus características y consecuencias particulares. Los dos
regentes del signo Piscis formando una conjunción en su propio signo. Hasta
Septiembre del 1846, cuando se descubre Neptuno, el regente de este signo era
Júpiter, compartiendo la regencia con el signo de Sagitario. Los astrólogos no
pensamos igual respecto de estas regencias, hay aquellos que siguen
considerando a Júpiter como “verdadero” regente de Piscis y para los más
contemporáneos, Neptuno es el indiscutible regente de este signo de los dos
peces nadando en opuesta dirección. Aprovechando el simbolismo de ello, podemos
argumentar que hay un pez jupiteriano y el otro neptuniano.
Miremos el relato de Júpiter, de acuerdo con Dane
Rudhyar: “Júpiter re-vitaliza la búsqueda del Grial, o esa otra búsqueda, más
terrenal, de oro y riquezas que abre al individuo todos los caminos y todos los
mares, lo que lo hace “absorber” o “perderse” en la inmensidad de un todo social
y planetario cada vez mayor. Por lo tanto, él es el poder expansivo de la
riqueza, de la fortuna y que con demasiada frecuencia hace que el hombre llegue
con codicia más allá de su capacidad de asimilación y/o digestión”. DE Neptuno
dice: ..”El reino de Neptuno, es el reino del éxtasis y la revelación mística,
el reino del glamour y los fantasmas engañosos, el reino de la alucinación y la
intoxicación, el reino del mar astral, pérfido en sus aguas poco profundas,
sublime donde las grandes profundidades equilibran la superficie iridiscente.
Es el reino del colectivo, donde el individuo se pierde en nirvanas falaces o
recibe la Túnica de la Gloria, el Manto de Cristo, de la que todos los místicos
han hablado. El reino de la disolución y el caos, o el reino de la síntesis y
la conciencia trascendente en la que se mira el rostro de Dios…”
Júpiter funciona en una forma más racional y con
ideales de expansión social, donde siempre va de la mano del mandato saturnino.
Neptuno disuelve todo ello, y nos lleva al encuentro de aquello que llamamos
dioses, diosas o ancestros, para los más terrenales. Ambos aspectos describen a
Piscis, pero la experiencia del dolor universal que vive Piscis en su propia
piel, es más neptuniano que de Júpiter. Esta pandemia que ocurre en el medio
del tránsito de Neptuno en su propio signo, por única vez en la vida de los que
estamos vivos hoy, nos confirma el reino de Neptuno, ya que hemos podido ver la
muerte y el sufrimiento a nivel global, sin diferencia de naciones, raza,
posición social, género. El virus nos afecta a todos los humanos, sin los
envoltorios saturninos de posición social, cuenta bancaria o preferencias
sexuales. Neptuno en Piscis nos ha recordado sin envoltorios que la mayoría de
la gente forman parte del 99% y los ricos, gobiernos y corporaciones que tienen
toda la riqueza del mundo son el 1%.
La pregunta que emerge de ello es sin duda: “es
posible que el 99% no tenga poder alguno en contra del 1%?” La respuesta a esta
pregunta no es simple, pero sí nos envía un mensaje no tan complicado: si el 1%
nos maneja y controla, entonces debemos pensar duro para comprender que es lo
que el 99% está o no, haciendo. La toma de consciencia es sin duda el primer
paso, para hacernos cargo de esta realidad. La victimación, el desempoderamiento
ante el colectivo son temas Piscis y si bien es cierto que no hay nada que yo
pueda hacer respecto de mis antepasados y el karma con el que he nacido, sí es
verdad que con consciencia y trabajo personal puedo individuarme y se menos
esclava o víctima de aquello que he heredado. Estos momentos acuarianos que
hemos comenzado a transitar, nos ayudarán o mejor dicho facilitarán la tarea,
pero para ello debemos correr a la misma velocidad que los tiempos y no
quedarnos en los estados de consciencia que el kairos nos pide transcender.
La conjunción Júpiter-Neptuno en Piscis, que es una
combinación profundamente mística y que habla de amor universal, que se forma
en Abril 2022, pero hacia la que vamos transitando durante todo este año, nos
ofrece la oportunidad de despertar a las necesidades colectivas del mundo y por
ende de nosotros, los que lo habitamos. La mentalidad de funcionar como
naciones separadas y aisladas no podrán luchar contra este mandato divino de
unión, de compasión por los humanos y nuestras luchas actuales, como el cambio
climático, la importancia de hacer algo al respecto y sobre todo, una visión
más profunda, más allá de Saturno, que nos habla de la estimulación y
enriquecimiento espiritual de nuestros jóvenes. En el mundo Piscis, de ambos
Júpiter y Neptuno, las barreras fronterizas se disuelven, nos guste o no. La
expansión de Júpiter nos lleva a cruzar fronteras y enriquecernos de otras
culturas, otras gastronomías, otras gentes, y Neptuno nos recuerda que a nivel
espiritual todos somos UNO. Los valores morales y éticos que nos marca Júpiter,
de integridad, honestidad, compasión, son universales.
Cada vez más, la gente trabaja en casa virtualmente
con el mundo entero, en mis talleres y tertulias astrológicas, participan
hombres y mujeres de diversas partes del globo, y allí nos encontramos para
compartir nuestras experiencias humanas, que no parecen ser diferentes por
encontrarnos en diferentes países. Los problemas vinculares que sufrimos hoy,
son compartidos por todo el mundo, salvo algunas pequeñas variantes culturales.
Aún así el enamorarse es igual de mágico vivas donde vivas, el dolor, el
hambre, la alegría, son experiencias humanas que compartimos con todos los
humanos, sin diferencias sociales, raciales, o financieras, ni siquiera religiosas.
En lo que concierne a la religión, Júpiter nos ayuda, ya que expande nuestros
horizontes más allá de nuestra realidad diaria, pero es Neptuno quien nos habla
de un Dios, sea cual sea el nombre que le den las diferentes religiones.Eso que
buscamos que transciende nuestra realidad humana, y nos habla del Edén, ese
lugar al que todos aspiramos retornar, es lo divino, se llame Buda, Jesús,
Mahoma, Allah.
A un nivel más terrenal lo que esta conjunción
Júpiter-Neptuno nos trae y el tránsito de Júpiter por Piscis, es la toma de
consciencia que aunque la crisis del Covid-19 está a la vista, gracias a la
implementación efectiva de vacunas a gran escala, para los que estén de acuerdo
o no con ello. Pero la creciente cifra de muertos dejará atrás a millones de
personas afligidas, atormentadas por el sufrimiento que la pérdida de un ser
querido ha podido dejar. Se trata de una crisis de salud pública con
consecuencias que pueden durar generaciones, que actualmente no disponemos de
los instrumentos o recursos políticos a abordar.
Primero necesitamos tener una idea del alcance de
nuestro dolor universal. Los investigadores están empezando a contar los
afligidos, y aunque las estimaciones actuales sugieren que cinco millones de
estadounidenses han perdido a un ser querido en Covid-19, es probable que el
recuento final sea mucho mayor.
Los efectos del dolor pueden ser tan físicos como
los síntomas de cualquier enfermedad. Los impactos a corto y largo plazo están
bien estudiados e incluyen problemas para dormir, presión arterial más alta,
depresión y ansiedad. Los estudios han encontrado que las personas que pierden
a un cónyuge mueren antes que sus compañeros casados. Los niños que
experimentan la pérdida de un padre pueden sufrir consecuencias duraderas,
incluyendo calificaciones más bajas y fallas en la escuela, así como una mayor
experimentación con drogas y alcohol.
Esta toma de consciencia de la realidad que nos ha
traído esta pandemia es también parte de la experiencia Júpiter-Neptuno en
Piscis.
La apertura a un tipo de vida más en contacto con
los mandatos de la Naturaleza y el desarrollo de una espiritualidad más
profunda que vaya más de la mano con el idealismo, el amor por la Humanidad, el
misticismo y el Amor por el Arte, sin duda las mejores cualidades humanas, es
quizás el llamado interno despertado por estos dos planetas en este signo, el
último signo del zodíaco, que nos invita a despertar nuestra sabiduría interna
que muy poco tiene que ver con títulos universitarios.
Aquellos que tengan planetas en los últimos grados
de Cáncer, Virgo, Sagitario, Géminis, Escorpio y Piscis, vivirán este impulso
energético, de una forma más elocuente, y seremos empujados a “re-setear”,
nuestra vida desde una visión más global y espiritual, que nos llevará a
inimaginables dimensiones. Los nacidos en los años en que Júpiter estaba en
Piscis, enumerados más arriba en este artículo, estarán viviendo además el
retorno de este planeta que ocurre cada doce años. Una vez más, una oportunidad
de expansión, de renovación de visión, de incorporación de algo más inclusivo y
global. Para
Con Júpiter pasando el resto del 2021, a partir de
Julio en Acuario y Saturno también allí, el llamado espiritual de juntarnos, de
religarnos en una nueva forma de religión que nos permita recuperar la fé en el
ser humano, el verdadero creador de dioses y diosas y poder transcender así
nuestra humanidad de la mano de otros humanos y por el bien de la Humanidad y
este maravilloso planeta que llamamos Hogar
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