Aquel que perdona es quien demuestra ser verdaderamente poderoso. La compasión, la mansedumbre no es un principio moral. Es una energía dinámica. En numerosas ocasiones, cuando la gente perdona desea que los otros no se olviden de que ellos les perdonaron. Esta clase de “compasión” manipula a la persona a la que se perdona. Eso no es compasión, eso no es mansedumbre. Más bien es una manera de adquirir poder externo sobre otro. Compasión significa no acarrear el bagaje de una experiencia. Cuando eliges no perdonar estás haciendo lo mismo que si llevaras unas oscuras y horribles gafas de sol que lo distorsionan todo, y eres tú mismo el que te ves obligado a contemplar la Vida cada día a través de esas lentes adulteradas porque has elegido conservarlas. Deseas que todos vean el mundo de esa manera porque tú deseas verlo de esa manera y, en realidad, es ése el mundo que tú contemplas, pero eres únicamente tú quien lo ve así. Estás mirando con las lentes de tu propio amor impuro.
Perdonar
significa que no responsabilizas a los demás de tus experiencias. Si no te haces responsable de
tus experiencias, responsabilizarás a algún otro, y si te sientes satisfecho
con lo que experimentas, intentarás cambiar esa experiencia a través de la
manipulación de aquella otra persona. Por ejemplo, la queja no es otra cosa que
la dinámica de desear que sea otro el que se responsabilice de tu experiencia y
te solucione las cosas. Pierdes energía al convertir a otro en responsable de
tu experiencia.
Un
ser humano verdaderamente poderoso es aquel que es claro en sus percepciones y
en sus pensamientos. La claridad es la percepción de la sabiduría.
Observa con sabiduría. Sé humilde y mantén el enfoque adecuado. Cuando el
esfuerzo realizado que acaba último en el tiempo posee el mismo valor que aquel
otro que acaba primero, cuando se le rinden honores a la cualidad de lo
inmortal, lo intemporal, que tiene el alma, en lugar de a la personalidad y al
cuerpo ligados al tiempo, cuando tus dones no se ven obstaculizados por el
miedo o la vulnerabilidad, cuando no te importa el tamaño, el color o la forma
de lo que recibes o de lo que no recibes, entonces estarás en condiciones de
conocer el poder de un espíritu humilde.
Fuente Escuela Claridad
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