La claridad te permite observar el mundo de la materia física como lo que realmente es, un medio de aprendizaje creado conjuntamente por las intenciones del alma que lo comparte. Por lo tanto, te concede reconocer los efectos de las intenciones que conforman la realidad personal de cada ser humano en funcionamiento a niveles de realidad que han sido creados conjuntamente. Te permite, por ejemplo, observar hasta dónde las relaciones entre las naciones han sido conformadas por la energía de la personalidad y hasta dónde lo han sido por la energía del alma, y reconocer, en consecuencia, que la energía del alma se encuentra ausente en estos niveles y en muchos otros.
Se observa la dinámica de la personalidad que
es la causa del daño, así como las relaciones que mantiene esa dinámica y esa
experiencia para la evolución del alma.
La claridad te permite comprender que el
proceso de toma de decisiones en la condición humana se halla íntimamente unido
a la evolución de otros, y de qué manera. Te permite observar que participas en
la evolución de dinámicas de energía conjunta, tales como los arquetipos -las
ideas humanas colectivas- de la sociedad sagrada, de lo masculino, lo femenino,
etc., por medio de las decisiones que tomas en cada momento, y que tales
decisiones se encuentran incluidas en la realidad física que compartes con tu
prójimo.
Fuente: Escuela Claridad
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