A los cuervos de la bandada
Desde el punto de vista simbólico, el cuervo -como todo pájaro- posee un
valor ascensional, desempeñando un rol de mensajero entre el cielo y la tierra.
Por su parte, su color negro lo vincula a las tinieblas, a la putrefacción, a
la muerte, a la noche, a la tierra negra fecundante, etc.
En la Gran Obra de los alquimistas, el cuervo
aparece en la
primera fase llamada “Nigredo” u “Obra al Negro” donde
debe es necesaria una putrefacción que alude tanto la muerte mística como a la
metanoia (giro, conversión), expresada magníficamente en el Evangelio de San
Juan: “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en
la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto” (Jn.
12:24) y en la carta a los Corintios: “Insensato, lo que tú siembras no
se vivifica, si no muere antes” (1 Co. 15:36).
El color negro del cuervo nos recuerda a
la ausencia total de luz, aunque el trabajo iniciático deja bien claro que
después de las tinieblas llega la luz (“Post Tenebras Lux”) y esto significa
-en lenguaje alquímico- el “blanqueamiento del cuervo” o bien su
decapitación: “caput corvi”.
La oscuridad del Nigredo deja paso a la luz
del Albedo, la Obra al Blanco representada a veces por un cisne y en otras por
una paloma. Muerte y resurreción, Solve et Coagula.
Para ascender, hay que descender. Para vivir, hay que morir, o como bien
expresan los iniciados sufíes “morir antes de morir”. En verdad,
como bien expresa Vale Amesti: “el secreto de la negrura es que
ella contiene el germen espiritual de toda Luz. La tierra del VITRIOL es
“tierra de exilio”, pero que permite re-encontrar la “Tierra Prometida”, la
“Tierra Santa”. El “buceo” o la “inmersión” en las tinieblas interiores,
permite descubrir la “Piedra Oculta”, el “Spiritus Mundi”, la parcela de Luz
Divina en el Corazón del Hombre” (1).
El alquimista Lambsprinck comenta
lo siguiente: “En el bosque hay una bestia toda negra, si alguien le
corta la cabeza perderá toda la negrura y vestirá color muy blanco. ¿Quieres
saber qué es? La negrura se llama cabeza de cuervo que una vez arrancada,
viene de inmediato al color blanco”. También dice: “Nuestra cabeza de cuervo
está leprosa, por eso el que quiera limpiarla debe bajarla siete veces al río
de la regeneración, al Jordán, como le mando el profeta al leproso Naamán el
sirio” (2).
D’Espagnet lo dice de otro modo, igualmente simbólico y poético: “De
la putrefacción de esos cadáveres se engendrará un cuervo, que poco a poco
levantará la cabeza y con el calor del baño, una vez aumentado empezará a
extender sus alas y a volar. Durante largo tiempo vagará, intentando encontrar
alguna cumbre, gracias a los vientos y nubes que se levantarán, pero ten
cuidado de que no la encuentre. Finalmente, blanqueado por una lluvia lenta y
prolongada, y por el rocío del cielo, ha de transformarse en un cisne de
blancura deslumbrante. Que el nacimiento del cuervo sea para ti la prueba de la
muerte del dragón. Blanqueando al cuervo extráele los elementos y destílalos
según la forma del orden prescrito, hasta que estén fijos en su tierra y se
transformen en una especie de polvareda muy blanca, muy sutil y muy fina, hecho
lo cual, poseerás lo que deseas en cuanto conciente a la obra al blanco” (3).
El cuervo, siempre al inicio
El cuervo es la primera de las aves nombrada en la Biblia (4) y en
varias ordenes iniciáticas aparece desde el primer momento. En los Misterios
de Mithra, por ejemplo, el primero de los siete grados -que se correspondían a
los siete planetas y a siete sucesivos estados de conciencia- era el de los
cuervos (Korax/Corvus) porque en este momento a los neófitos -según Leadbeater- “sólo
se les permitía repetir lo que habían oído a manera de los cuervos o de los
papagayos” (5). En el Mithraeum de Santa Prisca (Italia) fue
encontrado un vaso ceremonial con una inscripción que liga al cuervo con
Hermes-Mercurio: “Nama Coracibus tutela Mercurii” (“Salve a los Cuervos bajo la
protección de Mercurio”) (6).
En la Masonería la presencia del cuervo negro
se intuye en la oscuridad de la caverna (cámara de reflexión, prueba de la
Tierra) donde toda la simbología apunta a un proceso mortuorio absolutamente
necesario para que el “viejo hombre” (el profano) sea disuelto para dejar paso
al “hombre nuevo” (el iniciado). Esto mismo es lo que señala el venezolano
Fermín Vale Amesti, cuando comenta que “desde el punto de vista
hermético alquímico, la cámara de reflexión simboliza “la cabeza del cuervo”;
vale decir, el comienzo de la Obra en negro (la Nigredo) . El simbolismo de
“cortarle la cabeza al cuervo” señala en primer lugar la condición espiritual
en la cual la mente puramente racional es reemplazada por la intuición: y en
segundo lugar, en cuanto al “signo gutural”, significa la separación del modo
de ver sereno y discriminativo, de las tendencias conflictivas de los deseos
inferiores y los instintos de la mente inferior que constituyen la raíz del
mal, de la imperfección y el error, que debe ser descubierta y reconocida, a
fin de “ser puesta a raya”, controlada y sometida. El cuervo simboliza el Alma
animal y su pensamiento caótico” (7).
Para la Filosofía Iniciática, paradójicamente
la muerte (el final) aparece al principio y la Iniciación efectiva (el inicio)
se coloca al final, porque “la muerte es el inicio de la vida, la vida
es el inicio de la muerte” (8) y porque el camino verdaderamente
empieza cuando no quedan vestigios de la personalidad profana. Véase
la diferencia entre “Iniciación virtual” e “Iniciación efectiva”.
La putrefacción es un requisito indispensable
para todos aquellos que empiezan a recorrer el sendero iniciático, porque -para
avanzar a paso firme desde la oscuridad a la luz- es necesario disolver todos
los elementos que contaminan el Alma para poder -con estos cascotes, con estos
escombros del rancho demolido- construir un palacio magnífico, un edificio
nuevo y mejor.
Máscaras de cuervo en los Misterios
Mithraicos
Imágenes
El cuervo muerto, el cisne y la cola de pavo real
Primer grado del Mithraismo: Corax/Corvus
El cuervo negro, cara al sol y a punto de remontar vuelo
Caput Corvi
Notas del texto
(1) Vale Amesti, Fermín: “El arte real”
(2) Lambsprinck citado por Flamel, Nicolás en “El libro de las figuras jeroglíficas”
(3) D’Espagnet, Jean: “La obra secreta de la filosofía de Hermes”
(4) Génesis 8:6-7: “Sucedió que al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca que había hecho, y envió un cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra”.
(5) Leadbeater, Charles: “La vida oculta en la Masonería”
(6) La vinculación del cuervo con Mercurio proviene del zoroastrismo, donde esta ave era una mensajera de Ahura Mazda, mientras que en la tradición greco-romana el dios mensajero por autonomasia era Mercurio.
(7) Vale Amesti, Fermín: “Consideraciones sobre el grado del Aprendiz Masón”
(8) Freher, D.A.: “Paradoxa Emblemata”
(2) Lambsprinck citado por Flamel, Nicolás en “El libro de las figuras jeroglíficas”
(3) D’Espagnet, Jean: “La obra secreta de la filosofía de Hermes”
(4) Génesis 8:6-7: “Sucedió que al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca que había hecho, y envió un cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra”.
(5) Leadbeater, Charles: “La vida oculta en la Masonería”
(6) La vinculación del cuervo con Mercurio proviene del zoroastrismo, donde esta ave era una mensajera de Ahura Mazda, mientras que en la tradición greco-romana el dios mensajero por autonomasia era Mercurio.
(7) Vale Amesti, Fermín: “Consideraciones sobre el grado del Aprendiz Masón”
(8) Freher, D.A.: “Paradoxa Emblemata”
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