Sé que hace tiempo, muchos de
nosotros decidimos que queremos vivir la vida sirviendo. Que hemos sentido, en
lo profundo del corazón, que servir el Plan de Dios sobre la Tierra es el
propósito de nuestras vidas, la razón de nuestro existir. La "Afirmación
del Discípulo" que Maestro Tibetano D.K. nos dio expresa bellamente el
compromiso de nuestras almas y nos une en oración.
Somos un punto de luz dentro de una luz
mayor.
Somos una corriente de energía
amorosa dentro de la corriente de Amor divino.
Somos un punto de fuego de sacrificio
enfocado dentro de la ardiente Voluntad de Dios
Y así permanecemos.
Somos un camino por el cual los
hombres pueden llegar a la realización.
Somos una fuente de fuerza que les
permite permanecer.
Somos un haz de luz que ilumina su
camino
Y así permanecemos.
Permaneciendo así, giramos
Y hollamos el camino de los hombres
y conocemos los caminos de Dio
Y así permanecemos.
El gran poeta y espiritualista hindú
Rabindranath Tagore recoge este sentir:
“Dormía y soñaba que la vida era
alegría, desperté y vi que la vida era servicio, serví y vi que el servicio era
alegría.”
Los que estamos sirviendo y queremos
servir, a veces no nos preguntamos cómo servir, cuándo servir, a quién servir y
de qué modo servir. Creo sinceramente que es importante reflexionar sobre
la mejor forma de servir para acompañar debidamente el trabajo de nuestra Alma
cuyo instinto es el Servicio.
La Jerarquía Espiritual, esa Fraternidad
de Sabios, llenos de Amor y Luz, nos ha ido entregando, a través del tiempo y
por intermedio de sus más amorosos representantes, enseñanzas que incluyen
estrategias, un verdadero baúl de herramientas para servir más, para servir
mejor. Nos han enseñado a ofrecer y dar como lo hace el Sol. A imitar la
naturaleza cuando el árbol no se come sus propios frutos, ni la vaca se toma su
propia leche.
El gran Maestro Djwhal Khul nos ha
enseñado tanto que una vida no alcanza para poder aplicarlo, pero hay algo
puntual y fácil de seguir, nos entregó una estrategia de alta magia: el
movimiento de Triángulos y el uso masivo de la Gran Invocación.
En América tenemos el trabajo
concentrado del Maestro Racokzy, también conocido como Conde de Saint Germain
quuien nos ha dado dos grandes dispositivos para trabajar con el Séptimo Rayo:
El uso del Fuego Violeta y la geometría sagrada del Templo del Séptimo
Rayo
En tiempos muy recientes, se nos ha
facilitado el uso del Fuego Sagrado con el libro "Invocaciones de la Llama
Violeta" escrito por el Maestro Kumar, más conocido como el Maestro
K.P.K. También nos ha enseñado a construir el Templo del Séptimo Rayo en
nosotros y nos ha dado la facilidad de trabajar para la justicia social mundial
incorporándonos a la red diamantina todos los domingos. El nos enseña tanto, y
como nadie conocido, ha repetido y replicado la enseñanza de la Ley del Ritmo.
Nos ha enseñado el manejo consciente del ritmo de la respiración, ése que nos
permite ingresar a la Sagrada Pulsación. Nos ha enseñado a conocer y utilizar
el ritmo de cada día con el amanecer y el atardecer, y el ritmo de invocar cada
doce horas o, si queremos ir más profundo cada seis horas y si queremos copiar
el ritmo del Ashrama cada tres horas, ocho veces al día.
El Maestro K.P.K. también nos enseña a
seguir la Ley del Ritmo de cada día de la semana alineándonos con su planeta
regente. A meditar siguiendo el ritmo de la Luna con las Lunas Nuevas y
Llenas, y el ritmo del Sol con los solsticios y equinoccios
reconociendo, con conciencia, el poder de cada uno de estos tiempos marcados
por la naturaleza para ofrecernos, con mayor eficiencia, en Servicio al Plan.
Tenemos a disposición este Baúl de
Herramientas que nos ha entregado la Gran Fraternidad Blanca. Utilízalo con
amor y devoción, aplica la Ley de Ritmo y haz un servicio más aplicado,
más eficiente.
Demuestra tu amor consagrándote a un
Servicio mayor, a un Servicio mejor, a un poderoso
Servicio Grupal, cada día de tu
vida.
Desde el alma y con amor,
Carmen Santiago
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