Maestro K.
P. Kumar
Pregunta:
Cuando
necesito protección, me rodeo de luz en una burbuja. ¿Es adecuado hacerlo
respecto a la luz violeta?
Respuesta:
En lo
que respecta al discipulado, el trabajo es ingresar al violeta desde lo
material. Una vez que entras en el campo de la luz violeta, puedes utilizarlo
después con propósitos curativos. A través del violeta se puede hacer mucha
curación. Les hablé de curar a los humanos, los vegetales y los animales.
También está muy en orden construir un escudo protector con el violeta, para
poder moverte sin exponerte a peligros. Pero en este contexto, me gustaría
darles una pequeña información. Las personas que trabajan para la luz,
generalmente están protegidas. Los que trabajan para la luz son aquellos que
trabajan generalmente para el bienestar de los demás. No realizan ninguna
actividad para su propia protección. Protegerse a sí mismo es contrario a la
Ley ocultista. Tú proteges a los demás seres y eres protegido, esa es la Ley.
Cuando trabajamos con la luz, para curar a otros, para protegerlos, estamos
intentando transmitir la buena voluntad a todos. Si te ocupas de ese trabajo,
la luz que estás intentando transmitir a todo el entorno, también te rodea a ti
y te protege.
También cuando se
realizan las plegarias, no se hacen para uno mismo. Entonces esa plegaria no es
plegaria. La plegaria puede hacerse para unirse con el Ser divino, ofrecerse al
Ser divino, hacer un llamado al Ser divino para que ayude a los que están
sufriendo de diversas maneras. Buscar a la divinidad para uno mismo no es
distinto de buscar riquezas para uno mismo. Es también una actividad egoísta.
Un verdadero trabajador de la luz no tiene que pedir nada para sí mismo. Puede
pedir para su prójimo, y “prójimo” incluye a los desconocidos. Por lo tanto,
cuando hacemos las plegarias, lo que estamos haciendo es alinearnos con lo
Divino, no estamos pidiendo nada a lo Divino.
Las plegarias y
las meditaciones tienen la intención de buscar el alineamiento con lo Divino,
para que lo Divino funcione a través de ti. A medida que lo Divino funciona a
través de ti y ayudas al entorno, eso también te ayuda a ti, porque estás
tratando de ayudar a otros. Si estás trabajando para iluminar a otros, eres
iluminado. Si estás trabajando para proteger a otros, eres protegido. Si estás
trabajando para alimentar a otros, eres alimentado. Esa es la Ley. De manera
que pedir para uno mismo es un acto de ignorancia. Buscar para los demás es un
acto de conocimiento. De manera que, cuando trabajas con el violeta e invocas
abundante luz violeta, debes asegurarte de que esta luz ayude a los que tú
sabes que están sufriendo por diversas causas. De manera que cuando lo haces,
lo Divino que es absolutamente compasivo, no sólo satisface al entorno sino
también a aquel que está tratando de trabajar por el entorno. Toda la práctica
consiste en neutralizar el yo individual en el Yo divino.
Les narraré una
pequeña historia en relación con esto. Hubo una vez, un gran discípulo. Él
estaba en la forma de un elefante. Meditaba continuamente en el Señor SHIVA,
entonces SHIVA se le apareció. Estaba muy entusiasmado de ver la forma del
Señor, su belleza y el bienestar que genera. Por eso le pidió al Señor que
viniera y se quedara en su estómago: “Por favor, quédate en mi estómago”. El
Señor lo complació y permaneció en el estómago de esa persona con cabeza de
elefante. Entonces todo el mundo echaba de menos al Señor Shiva. Por lo tanto,
el segundo Logos -VISHNU- se acercó a
este discípulo, junto con el toro que es el vehículo del Señor SHIVA. El toro
realizó una danza exquisita ante la persona con cabeza de elefante. El
discípulo con cabeza de elefante estaba tan complacido de ver esta danza tan
especial del toro, que le dijo a la persona que vino con el toro que le
otorgaría algún favor -a él o al toro- por la alegría (recibida). Entonces el
Segundo Logos dijo: “El Señor que está en tu estómago, es buscado por este
toro. Este toro ha sido un antiguo gran discípulo del Señor. Ha estado
sirviendo al Señor. Ha estado ayudando al Señor a cumplir el Plan. Y tú eres un
discípulo muy posterior del Señor SHIVA. Cuando el Señor se presentó, tú
debiste haberte ofrecido a Él y haberte unido al Plan divino. En lugar de
hacerlo, buscaste al Señor para ti mismo. Ahora dices que le ofrecerás un favor
a este toro, pero el toro ha venido para llevarse al Señor.”
Entonces el
discípulo comprendió el tema que está detrás de todo el trabajo divino. Se dio
cuenta de que era una tontería buscar al Señor para sí mismo. Y apreció el
trabajo que hace el toro al cooperar con el Señor para el cumplimiento del
Plan. Por consiguiente el discípulo decidió abrirse el vientre y liberar al
Señor. Y le rogó al Señor que antes de que el Señor saliera del abdomen,
utilizara al de cabeza de elefante para cualquier propósito que el Señor
quisiera.
Es una historia
en la que se mencionan dos actitudes de los discípulos. Un verdadero discípulo
es aquel que se ofrece a lo Divino para ser utilizado por Él. El segundo,
utiliza a lo Divino para sí mismo. De modo que ahora se le ha dado la
iniciación para que cambie su actitud de utilizar a lo Divino para sí, y en su
lugar ofrecerse a lo divino para ser utilizado para el Plan. Así tiene lugar el
cambio. Esta historia se narra todos los años en el mes de Virgo, porque Virgo
representa la virginidad, la pureza. Uno tenderá a ser puro en tanto se
ofrezca. Tenderá a ser impuro mientras requiera de su entorno. De manera que
ése es el tema. Aunque construyamos un escudo protector alrededor de nosotros
cuando estamos trabajando con la luz, debido a que lo Divino es omnipresente y
omnipotente, cuantos más actos de buena voluntad hagamos, más protección
recibimos. Pero si no lo haces, y sólo buscas tu protección, la Ley de la
Naturaleza impide esa protección. Así que, buscar a lo Divino para el yo
personal, es el vacío hacia el cual caminó la humanidad en el KALI YUGA.
Solamente en el KALI YUGA, se hace realidad este aspecto de pedirle a Dios en
lugar de ofrecerse a Él, y es un acto de ignorancia.
El BHAGAVAD GITA dice:
“El que busca para sí mismo, es un
ratero”. Uds. saben que un ratero es aquel que roba por todas partes para
sí mismo. No sé si Uds. todavía las tienen en sus casas, las ratas hacen eso.
Las ratas en las casas comen un poco por aquí, un mordisco allá, comen una
fruta, o un pedazo de pan. Todo eso, un poquito aquí y un poquito allá, van
robando para sí mismas. Es como robar un pedacito de tierra de esta nación, un
poquito de tierra de otra nación. Su tierra, su propiedad o su gente. Es todo
un proceso de ignorancia. Mientras que esta práctica de construir un escudo de
luz a nuestro alrededor es muy popular, yo les doy esta otra dimensión de que,
en tanto trabajen para el bienestar de los demás, no necesitan buscar
protección. Están protegidos. Esto ocurre.
Les puedo dar
algunos ejemplos. Cuando estaba en un vuelo que había despegado, el motor
explotó. Sin embargo pudimos aterrizar con seguridad. Cuando estaba viajando en
Argentina, un camión enorme nos golpeó de atrás, dimos muchas volteretas y
fuimos a parar a un campo de cultivo. No tuvimos ni un rasguño. Esto sólo nos
muestra la gloria del Señor, no es nuestra grandeza. Sólo nos muestra que la
gloria del Señor te protege cuando estás ocupado en actos de buena voluntad.
También ocurrió
así con HPB. Cuando ella estaba en un lugar donde había un tumulto terrible en
Mumbai, literalmente fue recogida por una mano invisible que la tomó del abrigo
y la llevó a la otra calle. Desde el lugar del peligro hasta otra calle,
sujetándola del abrigo. Ella lo escribió.
Nuestra confianza
en la Divinidad es suficiente. No tenemos que pedir para nosotros. Por eso, un
Maestro de Sabiduría recientemente ha expresado:
“No pidas. No seas un mendigo. No golpees la puerta de un
Ashram. No violentes la puerta.”
La idea es que
las puertas se abran de acuerdo con la calidad de tus actos. En última
instancia, en esta creación, la calidad de tus actos te abre o te cierra las
puertas. Todo se genera desde la calidad de todos los actos que hacemos. Esa es
la Ley. Con esto no estoy desalentándolos a construir escudos de protección,
pero existe una dimensión superior de la Divinidad. Cuanto más confías en Él, o
en la Divinidad, se ocupa de todas las dimensiones al relacionarte con ella.
Al entrar,
podemos usar esta luz violeta para beneficio de los alrededores. Podemos
emplear la luz que visualizamos y transmitirla a las personas enfermas, a las
personas que sufren, a los animales enfermos, a los vegetales enfermos, o a los
lugares oscuros. La química que ocurre con el violeta al entrar en cualquier
área, como dije de mañana, penetra en el interior. Penetra, despeja la
oscuridad o las impurezas, y las transforma en luz. Por lo tanto, la mejor
bendición que se puede hacer para elevar al entorno, es la que se puede hacer con
la luz violeta o la llama violeta. Comencemos a trabajar con esa dimensión para
relacionarnos con la Divinidad.
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