Desgrabación y traducción: M. Cristina
Cáffaro
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Saludos, queridos, Yo Soy Kryon del Servicio
Magnético.
Estas son las primeras palabras que les hemos
dicho desde este canalizador en este año. Las mismas que hemos estado
diciendo durante 25 años. Y vamos a hacer algo un poquito
diferente. Vamos a hacer una ceremonia esotérica. Con esto queremos
decir que ustedes pueden participar en ella con su mente. Como antes,
esto depende de su creencia - si esto es real o no - y pueden participar en el
grado que lo deseen. Quienes están en este salón, en abrumadora mayoría, están
en sintonía. Están sintonizados con una verdad que es intuitiva; esto no
los hace mejores que otro ser humano; los hace más viejos (se ríe).
El punto de vista de la humanidad; nosotros
los vemos como una luz a través de los milenios. Ustedes miden sus vidas
por nacimiento y muerte. Nosotros medimos por acción kármica. Conozco muy
bien a quienes están sentados frente a mí. Ustedes han oído mi voz antes;
tenían rostros diferentes, y ni siquiera lo saben.
Participemos en saludar a este año.
Esotéricamente, quiero que formen un círculo. Quiero que se sienten en el suelo
como hacen los indígenas. Como aquellos que vinieron antes que ustedes:
sentados en la tierra. Nada de sillas, ni artificios, ni
comodidades. Y en medio de todos se ha preparado un fuego, lo que ustedes
llamarían una fogata, ardiendo lentamente durante horas. Ahora las llamas están
altas y sienten el calor. El sol está descendiendo, el clima es
agradable: ni mucho calor ni mucho frío; están cómodos. Y están aquí por
una sola razón: para decirle gracias a la Tierra. Ahora bien, si esto les
suena familiar (se ríe) es porque es todo lo que tienen.
Hubo un tiempo en que las almas antiguas, tan
antiguas como las hubiera, se reunían como ancianos, incluso algunas veces
desde múltiples tribus, y hacían ceremonias. A veces eran largas, a veces
cortas, pero en las del comienzo de año participaba el Bastón de la Palabra.
Éste era una batuta de sabiduría que pasaba de un anciano a otro, y cada uno
decía una frase; la mayoría de esas frases eran un agradecimiento al amor del
planeta. Esto es lo que ustedes están haciendo ahora, uno por uno, para
saludar a este año. Hablaré más sobre eso esta noche. Sé lo que piensan
sobre cómo comenzó, pero las cosas no siempre son como parecen.
Ustedes son parte de una evolución, de modo
que quiero que comiencen agradeciendo al planeta por la evolución que ha
comenzado. Uno por uno están haciendo esto. Cada uno es un alma
antigua; no presten atención a la edad que tienen ahora; en el salón están los
que son grandes y los que son jóvenes, pero eso no importa, porque han
acumulado miles de años.
La ceremonia es significativa, y la Tierra
los oye y el Espíritu los oye, y en el centro el fuego representa la vida, como
lo hacía en los tiempos antiguos para los indígenas de todas las tierras.
El fuego estaba en el centro de la vida; daba el calor que necesitaban para
cocinar sus comidas, cocía sus alfarerías y mucho más. Ustedes saben cómo
se desarrolló eso, en qué se transformó; si no lo saben les cuento. Ustedes
comprenden que a veces no se podía llevar una fogata de aquí para allá y sin
embargo ustedes querían hacer ceremonias que eran importantes, porque querían
amar a la Tierra, querían hablarle al planeta, hablar a las estrellas; fue el
comienzo de sahumar: no se puede tener humo sin fuego. De modo que eso es
el simbolismo de la fogata. Incluso las pipas que fumaban, tenían ese
atributo: el fuego. Porque no tenían cómo sostener una luz sin fuego.
Lo que hacían los indígenas era producir humo, cada uno, y pasarla al
siguiente, como una participación en el fuego del centro.
Hagan esto junto conmigo. Y quiero que lo
sientan moderno. Puede que para ustedes sea antiguo; quiero decirles que
en este año, esto es lo que queremos.
Algunos de ustedes están aprendiendo que se
necesita un regreso al pensamiento original. Y hay dos cosas que les he dicho
específicamente que esta sociedad no hace; los invitamos a aprender sobre eso,
a disfrutarlo, y a apreciarlo, y la primera es: honrar al planeta.
Porque está vivo, apoyándolos. Y si no lo creen, miren la información que
les he dado antes sobre las rejillas, tantas veces.
Y la segunda cosa es honrar a los
ancestros. Y esto es casi una broma, porque los indígenas no honraban a
los que se habían ido antes; se honraban a sí mismos en una vida pasada. (se
ríe) Están honrando a su propia divinidad. ¿Cuántas veces han
estado aquí? ¿Quiénes han sido? ¿Tienen una ceremonia para honrar
eso? La respuesta es no. Pero los indígenas sí lo hacían cada vez
que honraban a sus antepasados.
Mi socio les ha mostrado imágenes de Rapa
Nui, la isla en la costa de Chile, y las piedras gigantescas que ellos llaman
moai. Los indígenas de la isla les cuentan que las piedras simbolizan a
sus ancestros. Y que ellos impregnaban la energía de sus ancestros en las
piedras, que permanecerían allí para siempre. Y que cuando visitaban las
piedras se arrodillaban y hacían ceremonias. Eran zonas sagradas que no
podían tocar ni ir, a causa de los ancestros. ¿Saben qué estaban haciendo?
¡Son inteligentes! ¡Estaban honrándose a sí mismos y lo sabían! (se
ríe)
¿Cómo se honra una vida pasada?
Especialmente en una isla a la que uno sigue volviendo. ¿Cuántas
veces? Nadie lo sabe. Eso es inteligente.
Entonces tal vez estaban un tiempo lejos, podría
considerarse así.
De modo que estamos en círculo, con fuego en
el centro; ahora se ha puesto el sol, comienza la brisa y ustedes pueden
quedarse tanto como lo deseen. Y si están muy callados y son sensitivos,
pueden oír a la Tierra contestarles: ¡Buen trabajo, querida alma antigua! Eres
amado sin medida. Tenemos mucho que hacer juntos. (se ríe)
Y ése es el mensaje para el año, para el día,
para ustedes y para cualquiera que escuche, desde ahora en adelante.
Y así es.
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