Todas las terapias tienen un
objetivo común, que es alcanzar el equilibrio. Todo terapeuta sabe que las
enfermedades son el resultado de un desequilibrio que puede ser mental,
emocional o físico.
En Psicología astrológica se
habla de estos tres nieveles que están estrechamente unidos conformando nuestra
personalidad. Los tres planetas de la personalidad que representan estos
tres niveles son:
- La Luna. La psique, los sentimientos, emociones. El
niño.
- El sol. La mente, el intelecto, el pensamiento. El
padre.
Además de estos tres niveles de
la personalidad, hay un cuarto nivel, que es el Yo Espiritual o Yo superior,
que es el que va a realizar la síntesis de los tres componentes de la
personalidad.
En otras palabras, la
Psicología Astrológica se vale de la Psicosíntesis, que facilita la integración
de las diferentes partes de nosotros mismos, que nos dan la impresión de vivir
separadas, en una unidad que conforma nuestro Yo Superior.
Alcanzar
el equilibrio
Toda terapia, en última instancia, lo que busca es el equilibrio de estos tres niveles de nuestra personalidad, porque cuando hay un desequilibrio en alguno de estos tres niveles, se hace presente el sufrimiento y la enfermedad.
Toda terapia, en última instancia, lo que busca es el equilibrio de estos tres niveles de nuestra personalidad, porque cuando hay un desequilibrio en alguno de estos tres niveles, se hace presente el sufrimiento y la enfermedad.
Según Roberto Assaglioli,
creador de la Psicosístesis, en nuestra personalidad perviven diversos “pares
de opuestos”, esta es la dualidad que existe en nuestro interior, y si no la
identificamos, nuestra tendencia será ir hacia los extremos. Siempre
que nos posicionamos en un extremo estamos negando el otro. El opuesto que
negamos no se puede expresar, y de alguna manera va a buscar nuestro
reconocimiento convirtiéndose en nuestra sombra.
Según Assaglioli los “pares de
opuestos” son las dualidades entre las que tenemos la tendencia a oscilar:
espíritu-materia, bondad-maldad, alegría-tristeza, amor-odio, placer-dolor,
excitación-depresión, confianza-temor, atracción-repulsión… Cuando
reconocemos esos opuestos en nosotros, buscamos el equilibrio, esto es la
neutralidad, la serenidad. Es la ecuanimidad de la filosofía budista, que nos
explica que el "camino del medio" es la senda hacia el equilibrio y
hacia la auténtica felicidad.
Assaglioli nos muestra el
enfoque tridimensional para integrar la dualidad. El enfoque tridimensional
está relacionado con el tercer camino del budismo, llamado “camino del medio”.
Buda expresó “el camino del medio” en su experiencia vital: Nació como príncipe
y vivió toda su juventud rodeado de lujos y placeres en un precioso palacio.
Cuando descubrió que existía el sufrimiento, la enfermedad y la muerte quiso
conocer el sentido de la vida y se hizo un asceta, renunciando a todos los
lujos a los que estaba acostumbrado. Durante un tiempo, con la intención de
alcanzar la iluminación, se sentó a meditar debajo de un árbol, alimentándose
únicamente de las semillas que caían en sus manos y del agua del rocío. Un día
escuchó a unos marineros decir: “No tenséis las cuerdas demasiado pero tampoco
las dejéis demasiado sueltas”, y es ahí cuando se dio cuenta que ninguna de las
dos sendas que había experimentado en su vida, era la correcta para alcanzar la
felicidad, es entonces cuando descubrió el camino de la ecuanimidad.
El método que nos propone Assaglioli es:
1. Sabio control y utilización de las dos fuerzas opuestas.
2. La fusión de ambas en una síntesis más elevada.
Algunos ejemplos de la síntesis utilizando el diagrama triangular:
La "Sombra" según
Jung, son todos los aspectos ocultos o inconscientes de uno mismo, tanto
positivos como negativos, que el ego ha reprimido. Estos aspectos no los
reconocemos en nosotros mismos y los acabamos proyectando en los demás.
En el libro “Tratado de Biodescodificación” de Enric Corbera y Rafael Marañon, se habla de “la terapia del espejo” para identificar la sombra e integrarla.
En el libro “Tratado de Biodescodificación” de Enric Corbera y Rafael Marañon, se habla de “la terapia del espejo” para identificar la sombra e integrarla.
Todo ser humano se proyecta en
los demás cuando hay un vínculo emocional excesivo. Cuando odiamos o
eludimos, estamos luchando con nuestra sombra a través de la
represión/proyección. Hay una manera de saber si se está teniendo una
experiencia proyectiva o una experiencia de aprendizaje:
- La experiencia de aprendizaje se produce cuando la experiencia no afecta emocionalmente.
- La proyección sobre los
demás se produce cuando lo que se vive produce un fuerte impacto emocional. Es
decir, lo que se percibe provoca sentimientos de malestar, desasosiego, enfado,
etc…
En el “Tratado de Biodescodificación” se proponen dos pasos fundamentales que se aplican a la “la terapia del espejo”:
A-Exagerar deliberadamente y experimentar plenamente la emoción o el
rasgo que estamos percibiendo. De
esta manera lo inconsciente pasa a ser consciente y nos solidarizamos con la
sombra. Por ejemplo, si estas angustiado, dejas que esa angustia se exprese en
ti, primero la experimentas, después la observas, y finalmente te preguntas que
es lo que quiere decirte esa angustia, que hay detrás de ella.
B-Invertir la emoción. Por ejemplo, si odias a alguien, inviertes
ese odio hacia ti mismo y te preguntas: ¿Qué odio de mi mismo? Si odias a una
persona porque te maltrata, inviertes el sentido y tal vez te des cuenta que el
odio es hacia ti por no respetarte y valorarte.
“La sombra siempre tiene algo
que decir y pugna por abrirse paso hacia la consciencia en forma de ansiedad,
culpa, miedo y depresión. La sombra deviene en síntoma (enfermedad) y se agarra
a nosotros como vampiro a su presa” (Tratado de Biodescodificación)
Fuente: “Equilibrio y síntesis de los opuestos” por Roberto Assagioli
“Tratado de Biodescodificación” de Enric Corbera y Rafael Marañon
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