por cristinalaird
Esta
conjunción que se formó exacta el 19 de Febrero a unos 17º de Aries, sin
embargo, desde el principio de Febrero y hasta casi el final de Marzo seguimos
con la resaca que nos ha dejado la confrontación con aquello que más nos duele,
con aquello que debemos hacer que más nos cuesta. Este es un proceso absolutamente
difícil y que hace tambalear nuestro héroe interno.
Kirón, este magnífico arquetipo herido por injusticias más allá de su control, nos muestra donde nos sentimos incompletos, inadecuados y sobre todo no completamente aceptados: «Hay algo en mi que no se
puede amar» dice Kirón. Puede ser algo de la personalidad pero también una parte del cuerpo, que nunca logra verse con buenos ojos. Sus padres lo abandonan por que el nace mitad hombre, mitad caballo. Pero es que su padre Saturno se había convertido en bello semental para seducir a la bella ninfa Filira, quien cuando ve a su hijo, sale corriendo horrorizada, rehusando a reconocerlo. Aún así, Saturno tiene la cordura de llevárselo a Apolo y Artemis (el Sol y la Luna), las luminarias quien lo adoptan y educan. Apolo le enseña Astrología, Artes curativas y a desarrollar su visión interna y Artemis lo conecta con su parte bestia, ayudándole a reconocer su contacto con la naturaleza. Tetis, la madre de Aquiles, una de las diosas del mar le enseña a curar con hierbas y tisanas.Es así que
Kirón se convierte en un mentor de héroes, como Aquiles, Jasón, Hércules y
Asclepio (el primer médico). Desde su cueva en monte Pelión que saca el nombre
del de Peleus, el padre de Aquiles, donde vive con Pholus el otro centauro
sabio, cura y enseña. Esta es una figura que a pesar de las injusticias que
vive, no es Víctima. Su enseñanza al héroe es acerca de desarrollar agallas,
para hacer lo que se debe hacer, aún no queriendo hacerlo, como las doce
labores de Hércules, que este héroe debe realizar; o el viaje de Jasón a
rescatar el Vellocino de Oro, o la guerra de Troya, que Aquiles debe
participar. Ninguno de estos héroes quieren hacer estas cosas, pero «deben»,
por mandato divino.
Donde se
encuentre Kirón en tu carta natal, es donde te encuentras herido, donde te
cuesta hacerte cargo de un mandato divino, y luchas por no hacerlo. El vencer
el miedo a confrontarse con esa parte de nuestra psique, es el trabajo que nos
impone Kirón. A menudo se refiere al Trauma, con el que hemos nacido, o que
emerge de un evento en nuestra de niñez que nos dejó marcados o heridos. A
menudo es la parte de la cintura para abajo de nuestro cuerpo que no logramos
mirar con amor. Es donde Kirón acarrea su herida incurable, provocada por una
flecha de su amigo y discípulo, Hércules. Algunos dicen que era en su muslo, o
rodilla, o su pie. Por tanto, es su parte animal, lo que más le cuesta
integrar. Puedes relacionarte a este sentimiento? cuantas veces nos herimos
esas partes del cuerpo? Es difícil aceptar completamente la parte inferior del
cuerpo, ya sea porque las piernas son muy cortas, muy largas, muy flacas, muy
gordas, o las caderas no son del tamaño que deberían ser, etc, etc. Ese es el
dolor de Kirón en nuestra vida. Quizás la peor parte de esto es que no hay
certeza de que haya un después sin dolor.
Es
importante recordar que Kirón no es un planeta y sólo se desplaza entre Saturno
y Urano, no se acerca a los planetas personales, por tanto la herida es siempre
ancestral. Es algo que heredamos sin haberlo pedido. Por tanto es un
sentimiento interno muy profundo, con el que cuesta conectar y concientizar.
Una vez que lo hacemos es el principio de la curación. Una vez que nos
encontramos con la herida, a menudo encontramos quien nos puede ayudar, como un
terapeuta, un fisio, un chiropractico, un astrólogo, etc.
Los Nodos
Lunares por su parte, tampoco son planetas. Son puntos geométricos vacíos pero
de suma importancia en la carta astral, ya que describen qué es eso que nuestra
alma ha venido a evolucionar. Qué nos toca trabajar en esta vida. Así que el
encuentro de Kirón con el Nodo Norte, y en el signo Aries, que estamos
viviendo, nos impulsa hacia la Herida, ambos nos ponen sobre la mesa «eso» que
debemos resolver y hacer para estar más felices, pero que nos da mucho miedo,
ya sea por que sentimos que no estamos capacitados para hacerlo o por que no
encontramos la forma de llevarlo a cabo sin dolor. Este puede ser un dolor
físico, por lo cual es interesante ver qué parte del cuerpo duele y casi seguro
que será de la cintura para abajo, pero también mental y emocional. Separarse o
simplemente decir lo que pensamos nos confronta con la posibilidad de sentirnos
no amados, no gustados, rechazados.
A la
generación del 1993, que nacieron con la conjunción Urano-Neptuno en
Capricornio, esta conjunción Kirón-Nodo Norte les hace una cuadratura, casi
exacta, por tanto dependiendo donde caiga la conjunción en Capricornio es donde
debe haber una separación, una resolución a la independencia, lo que les puede
causar mucha ansiedad. Los nacidos en el 1973/74, están viviendo el retorno de
Kirón, que ocurre entre los 49 y los 51 años, ya que nacieron con este
asteroide en Aries que estuvo en este signo, desde 1969, cuando también hubo
una conjunción Kirón-Nodo Norte en Aries, hasta 1976. Este importante retorno
es una estupenda oportunidad para realmente investigar esa herida que se niega
a curar. A menudo es cuando se le «siente» más claramente y entra la urgencia
de hacer algo al respecto.
Kirón tarda
unos cuatro años en pasar de un signo a otro, pero pasa de 7 a 8 años en Aries
y Piscis y sólo uno o dos años en Virgo y Libra, (punto interesante que
investigar). Comenzó su viaje a través de Aries el 17 de abril de 2018,
retrogradó a Piscis el 25 de septiembre de ese año, y finalmente volvió a
ingresar al primer signo, el 18 de febrero de 2019. Estará allí hasta el 19 de
junio de 2026.
Esta
conjunción de Kirón con el Nodo nos ha llamado a hacer esto que no queremos
hacer y sobre todo a confrontarnos con algún tipo de dolor que no logramos
manejar muy bien. He visto: operaciones de cadera, rodillas, muslos
distendidos, separaciones dolorosas, lumbares inflamadas, la muerte de Navalny
el rebelde ruso, entre otras cosas.
Como lo has
vivido tu? Qué has aprendido? Has culpado a alguien por lo que te pasa? Quien
te ha confrontado con esa herida? Estas y muchas otras son preguntas que surgen
cuando nos confrontamos con este arquetipo que tanto tiene que enseñarnos. No
le cierres la puerta, por el contrario, vé en su búsqueda y ríndete a él.
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