Déjame pintar el panorama: decides enseñarle algo a alguien para que pueda independizarse. De este modo, no serás la única responsable de una tarea que podría compartirse fácilmente. Suena bien, ¿verdad? ¡Mírate nada más, delegando, compartiendo conocimientos, empoderando a otros con conocimientos! Pero… durante la práctica, ¿esa persona se enoja, se frustra y complica deliberadamente hasta las tareas más sencillas?
Dos
palabras: incompetencia estratégica. Es un patrón de comportamiento en el que
una persona, intencionalmente o no, fingirá ser mala en una tarea para evitar
la responsabilidad.
Es
exasperante y también extremadamente efectiva. ¿Por qué le enseñarías
cuando te llevará tres veces más tiempo que hacerlo tú misma a perpetuidad,
VARIAS VECES?
La
incompetencia estratégica también es algo como:
“No
tengo la paciencia ni el ojo para los detalles que tú tienes”.
“A ver, hice lo mejor que pude”.
“Cariño, tú eres mejor en esto que yo”.
“¿No puedes simplemente hacerlo? Es mucho más fácil para ti”.
Esto
aparece en las relaciones con frecuencia. Kristen y Scott han estado casados
por cinco años y ambos tienen trabajos de tiempo completo y agendas ocupadas.
Pensaron que, si dividían las tareas domésticas de manera uniforme, crearían
más tiempo para pasarlo juntos. Suena como un gran plan, ¿verdad? En teoría,
absolutamente, pero en la práctica era algo menos ideal. Scott a menudo afirma
que no puede hacer la cama de forma tan prolija como Kristen o cargar el
lavavajillas correctamente, y a pesar de las repetidas demostraciones de
Kristen, Scott sigue con una ejecución atropellada, dejando que Kristen tome el
relevo o incluso rehaga por completo estas tareas.
La
falsa incompetencia ha entrado en el chat.
Muchos
de nosotros hemos experimentado una versión de esto, ya sea nuestro cónyuge,
hijos adolescentes, compañeros de trabajo (¡tal vez incluso nosotros mismos!).
La incompetencia estratégica puede parecer una frustración menor en el momento,
pero cuando se vuelve crónica, puede conducir a un profundo resentimiento.
Las
relaciones, ya sean personales o profesionales, prosperan con el respeto mutuo,
la colaboración y el esfuerzo; todas cosas que requieren equilibrio.
Identificar la incompetencia estratégica puede ser difícil, puesto que a menudo
se oculta detrás de ignorancia genuina o falta de habilidades, pero estas son
algunas formas en que puede aparecer:
Siempre
se equivoca en las mismas tareas
Un cónyuge que constantemente hace un mal trabajo en cosas simples y
específicas, a pesar de que sea completamente competente en otras áreas.
Evita
tareas que no le gustan
Puede afirmar que no es bueno haciendo la cama, pero son expertos en mecánica.
En otras palabras, no tiene nada que ver con su competencia…
No
intenta mejorar
A pesar de recibir instrucciones repetidas sobre cómo limpiar u organizar,
sigue evadiendo la responsabilidad o comete los mismos errores.
Siempre
tiene una excusa
Ya sea por quedarse dormido, tener demasiadas entregas en el trabajo o
simplemente haberlo olvidado, siempre hay una razón por la que la tarea no se
cumple.
Estos
ejemplos pueden ayudarte a entenderlo, pero abordarlo es una historia
completamente diferente y requiere un poco más de delicadeza; en especial
porque la incompetencia estratégica suele enmascarar sentimientos complejos
como la inseguridad o la crítica a uno mismo. Sin embargo, esto ciertamente no
significa que deba quedar sin abordar, y conversarlo puede ser una oportunidad
maravillosa para una mayor intimidad. He aquí algunas formas de empezar:
Comunícate
abiertamente (y con compasión)
Inicia una conversación tranquila y sincera sobre el comportamiento. Algo como:
“Me siento abrumada cuando tengo que rehacer tareas que acordamos compartir”
inicia la apertura sin hacer que la otra persona se sienta acusada.
Establece
expectativas claras
Describe claramente las responsabilidades y expectativas para cada persona.
Asegúrate de que las tareas se dividan de forma justa y que cada persona
entienda su papel. Puede ser tan simple como alternar tareas a fin de honrar
las fortalezas de cada uno o intercambiar las más indeseables para que nunca
recaigan en la misma persona por mucho tiempo.
Fomentar
la responsabilidad
Esta es especialmente poderosa para nuestros hijos. Animarlos a que se hagan
cargo de sus tareas ayuda a fomentar la responsabilidad, pero también la
confianza en sí mismos. Ofréceles apoyo y orientación cuando sea necesario,
pero evita intervenir para terminar la tarea por ellos.
En
hebreo, la palabra para “desafíos y pruebas” es la misma que para “elevación”.
A menudo, esos desafíos también contienen algo de lo desconocido que, tal y
como enseña la Kabbalah, tiene más bendiciones que lo conocido. Así que cuando
algo es difícil y desafiante, ¡estate atento a las bendiciones! Ya sea que
estés abordando la incompetencia estratégica en ti mismo o en otra persona, hay
una bendición en el conflicto que está esperando ser descubierta.
La
incompetencia estratégica puede socavar la confianza y el respeto en cualquier
relación, pero no tiene por qué ser así, y tomar conciencia de ello —en uno
mismo y en los demás— crea un entorno en el que se fomenta el crecimiento.
Tomar conciencia del comportamiento y abordarlo de manera constructiva te
ayudará a trabajar en pos de una relación y un hogar más equitativos y
armoniosos. La incompetencia estratégica puede convertirse en la puerta de
entrada para que todos experimenten cuán competentes son realmente. ¿A quién no
le encantaría eso?
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