Tu intención no es un deseo mental. Es una dirección
interna, una señal clara que envías al campo invisible de la vida. Sí, ese campo responde. Lo hace a través de eventos, personas, oportunidades inesperadas, y sí... también desafíos que vienen a pulir tu claridad.¿Cuál
es tu intención hoy?
No
importa si es grande o pequeña. Puede ser tan sencillo como: “Hoy quiero vivir
con calma”. O tan profundo como: “Hoy elijo recordar quién soy realmente”. Lo
esencial es que la formulación de tu intención sea honesta y sentida, no
impuesta desde la mente o el deber.
Te
invitamos a llevar adelante esta práctica mañana sábado... Por la mañana, antes
de comenzar el día, distente unos minutos en silencio. Siente cómo estás y
pregúntate: ¿Qué quiero experimentar hoy desde el alma?
Escribe
una sola frase que resuma esa intención. Respírala. Siente que ya se está
desplegando. Luego suéltala. No los controles. Permite que la vida la acomode
como mejor sepa.
Luego,
a lo largo del día, observa si esa intención empieza a manifestarse. Quizás no
de la manera que imaginabas, pero sí de la forma que más te conviene para
crecer.
Importante:
No confundas intención con expectativa. La intención es clara pero flexible; no
exige resultados específicos, sino que se abre a lo que está alineado con tu
evolución. La expectativa es “fuga” de prana.
Si
lo deseas puedes decirte: “Donde pongo mi intención, la vida me escucha. Y
donde soy coherente, la vida me responde”.
Este
es tu aprendizaje para mañana sábado. No subestimes tu capacidad de crear
realidad. Basta con que elijas, sientas y confies. La sincronicidad hará el
resto.
¡¡Bendiciones
Multiplicadas!!
Fuente:
Escuela Claridad
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