Saludos desde casa, queridos.
Nos unimos a ustedes este día con gran alegría como
colectivo. Desde nuestra perspectiva, la luz que emiten se ha vuelto más
brillante con cada respiro. Aunque su mundo a veces parezca un caos, en
realidad están dando a luz algo magnífico. No están rotos, pues están
evolucionando.
Estás pasando de la densidad de la tercera dimensión a la libertad y fluidez de la quinta. Esto no es solo un cambio de consciencia, sino una graduación espiritual. Y como en todas las iniciaciones, hay un
desapego.Dejar ir los ideales de baja vibración no es fácil.
El cuerpo, la mente e incluso los campos emocionales se han acostumbrado a
ciertos patrones: la competencia en lugar de la cooperación, el miedo en lugar
de la confianza, la separación en lugar de la unidad. Estos ideales fueron
necesarios en el Juego que aceptaron jugar en la tercera dimensión. Pero han
cumplido su propósito. Y ahora, deben ser honrados... y liberados.
Entrar en la 5D es recordar tu verdadera
naturaleza: no como un cuerpo humano, sino como un espíritu divino viviendo una
experiencia humana. Significa abrazar tu maestría. Significa salir del miedo y
entrar en el amor, del control y entrar en la confianza, del juicio y entrar en
la tolerancia.
Pero queridos, con cada paso hacia arriba, resuena
un dolor. Muchos de ustedes lo sienten ahora, una extraña tristeza, como una
niebla que se aferra a los límites de la alegría. Eso es dolor. Están sufriendo
más de lo que se dan cuenta: la pérdida de viejas identidades y ciertas
relaciones. Están sufriendo la pérdida de esas ilusiones que una vez les dieron
estructura y seguridad y, en algunos casos, la pérdida de personas que amaban
profundamente.
Dejar ir
Sí, incluso en la ascensión hay dolor. Hónralo. No
lo rechaces ni ignores espiritualmente tus lágrimas. En cambio, hazles espacio
y concéntrate en tu tristeza. Deja que tu dolor hable, pues es el eco de un
alma que sabe que el cambio está ocurriendo. Lo viejo muere para dar paso a lo
nuevo.
No se puede elevar la densidad a una vibración
superior. Por eso, soltar es esencial.
Deja ir la culpa.
Libérate de la culpa.
Deja ir la creencia de que no eres suficiente.
Deja de sentir la necesidad de tener la razón.
Deja ir la armadura que ha mantenido tu corazón oculto.
Deja ir la versión de ti que tuvo que sobrevivir.
Ya no necesitas vivir en la supervivencia, porque
la quinta dimensión no se trata de reaccionar, sino de crear. No estás aquí
para repetir viejas historias, sino para escribir nuevas.
El cambio ya está en marcha. No es el futuro,
es ahora. La Tierra misma vibra con mayor intensidad. Por eso el tiempo se
siente extraño, sus cuerpos se sienten diferentes y los viejos sistemas se
están desmoronando. No lo imaginan, queridos. El velo se está desvaneciendo y
están comenzando a ver con los ojos del espíritu.
Abraza la quinta dimensión
Y sí, requerirá valentía. Se necesita valentía para
alejarse de lo conocido, incluso cuando te ha hecho daño. Se necesita valentía
para vivir sin etiquetas, para existir sin garantías y para confiar en lo
invisible. Pero ahí es donde reside tu poder: en el desconocimiento y la
entrega. Se encuentra en el espacio sagrado entre lo que fue y lo que será.
Lamenta el viejo mundo, sí, pero no te anclas en él. Deja que el pasado te
enseñe, no te prisionera.
La quinta dimensión no es un lugar, sino una
frecuencia, que existe dondequiera que el amor esté presente. Cuando eliges la
compasión en lugar de la crítica, estás en 5D. Cuando te perdonas,
especialmente a ti mismo, estás en 5D. Cuando te sientas en silencio y sientes
el pulso de la creación en tu pecho, estás ahí.
No es algo que tengas que ganar. Es algo que
recuerdas. Y cuando lo olvidas, cuando recaes en el miedo, el dolor o la duda,
no es un fracaso, sino simplemente parte de la espiral. Nunca retrocedes, solo
te adentras en tu interior. Profundizas en el recuerdo, profundizas en la luz.
Lo mejor está por venir
Les pedimos, queridos, que sean compasivos consigo
mismos. El viejo mundo está muriendo, ustedes son sus parteras y sus dolientes.
Pero más allá del dolor hay un amanecer que ninguna mente humana puede imaginar
plenamente. Están adquiriendo su maestría ahora. Se están desprendiendo de lo
que ya no les sirve y abrazando lo que realmente son: creadores, sanadores,
maestros de luz.
Tómense de la mano al levantarse. Acompáñense a
casa, porque lo mejor está por venir. Y recuerden esto siempre: nunca están
solos. Estamos con ustedes, fuera de la vista, susurrando en los espacios
tranquilos entre sus pensamientos. Eres amado sin medida. Trátense con respeto,
cuídense mutuamente y disfruten juntos.
Espavo, queridos.
El Grupo de los 9.
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