Cuando empezamos a observar las situaciones y los eventos masivos desde una perspectiva más elevada, podemos empezar a comprender la razón y la perfección de tantos eventos; incluso algunos de los dolorosos eventos negativos que ahora ocurren con mayor frecuencia y en cantidades tan grandes. Mantenerse firme y centrado requiere mucha disciplina y gran perspicacia. Sin embargo, cuando aprendemos a soltar y nos esforzamos por ver el panorama general, se vuelve mucho más fácil.
Esforcémonos por
seguir enviando Amor/Luz y buscando nuestra propia verdad a través de nuestra
Mente Sagrada, mientras nos mantenemos centrados en nuestro Sagrado Corazón. Si
lo hacemos, estamos creando y crearemos milagros más allá de nuestra imaginación
para el bien común.
Muchos conceptos
avanzados que nos han sido transmitidos en los últimos años están siendo
validados científicamente. Hemos afirmado muchas veces: "Atraes y
manifiestas esas creencias y cosas en las que te concentras". Nuestro
concepto de "Deja ir y deja ir a Dios" nos ayuda a mantenernos
neutrales y esperar el mejor resultado, sea cual sea.
Parece que quienes
temen y se centran en los aspectos negativos de una situación pueden crear una
respuesta debilitante en nuestro sistema inmunitario que afecta tanto nuestro
bienestar físico como nuestro mundo exterior. Así que, queridos míos, "piensen
positivamente, vean y esperen el mejor resultado: "DEJA IR Y DEJA IR A
DIOS". Lleva tiempo alcanzar finalmente esa etapa de fe y confianza; sin
embargo, cuando lo logran, es increíblemente liberador e inspirador. Dejar ir y
confiar de verdad no puede ser condicional, por lo que lleva tiempo liberarlo
todo. He tenido que trabajar muy duro en la última fase de este proceso. Sin
embargo, puedo decir con sinceridad que "valió la pena". Les deseo
dulces sueños y una corriente de energía amorosa. Ronna (Hola, vibras).
Uno de los desafíos
más difíciles que he enfrentado en mi camino espiritual es comprender los
acontecimientos desde una perspectiva más elevada. Solo tardíamente he llegado
a esa posición en mi propia vida, permitiéndome hacerlo. Nunca se puede
comprender del todo las horribles tragedias que han ocurrido a lo largo de la
historia y que siguen ocurriendo: el bombardeo de pueblos, la destrucción de
sueños, recuerdos y hogares. Ciudades, pueblos, aldeas, la destrucción
desenfrenada, aparentemente sin consideración ni compasión, de toda una forma
de vida. Es imposible para nosotros ahora, como Seres de Luz, sumergirnos en la
oscuridad que vemos a nuestro alrededor, pues corremos el riesgo de ser
arrastrados hacia una trayectoria descendente. Debemos recordar que detrás de
esa oscuridad hay una Gran Luz.
Cuando no podemos
ver ni comprender, y cuando a pesar de todos nuestros esfuerzos de oración,
incluso al ascender a la cima de esa montaña para obtener una perspectiva más
elevada, aún no somos capaces de ver la meta superior, entonces, como alude
este mensaje, "dejar ir y dejar que Dios actúe" es nuestra única
alternativa.
Debemos confiar en
que todo está en Orden Divino y que la oscuridad es máxima antes del amanecer.
La oscuridad lucha contra la Luz, pero es en vano. Al final, la Luz ya ha
triunfado.
Recuerdo que hace
muchos años, durante una gran hambruna en un país africano donde cientos de
niños morían a diario, una amiga mía, monja católica, vino a mí muy angustiada.
Me dijo: «No entiendo por qué Dios permitiría que esto sucediera. Es un
verdadero desafío y una prueba para mi fe».
Volví a casa y
escribí un poema que me vino a la mente enseguida y se lo dejé. Y aunque no
recuerdo mucho, pues se ha perdido en la noche de los tiempos, sí recuerdo las
últimas estrofas donde digo, con la voz de Dios: «Me preguntas dónde estaba yo
en este infierno y yo te pregunto: ¿dónde estabas tú?».
Donde nos
encontramos ahora es como pilares de Luz, centinelas de fe y confianza
absolutas. No puede haber ninguna reserva interna al respecto. Confiando en
Dios y sabiendo que el Mandato Divino del Cielo se está cumpliendo de una vez
por todas.
Y esto se está
cumpliendo precisamente mientras esta Era llega a su fin para preparar la
Nueva, que ya está aquí para muchos de nosotros.
(imagen, "En
el Camino de la Vida", cortesía de Jo Wowo)
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