La Estimulación de la Perceptividad

Proyecta la mirada interior hacia el tercer ojo…..efectúa rotaciones de los ojos y observa los colores y las formas….relájate y respira

La estimulación de la perceptividad permite al individuo transformar su visión de la realidad y así utilizar sus poderes más adecuadamente para equilibrarse y expresarse.

Durante el recorrido diario de ustedes, ciertas prácticas favorecen la perceptividad.

Ustedes tienen la capacidad de comunicarse con otras formas de vida, trátese, por ejemplo, de los árboles o de las piedras. ¿Van los árboles a comunicarles los secretos del universo o los acontecimientos por venir, que ustedes están curiosos por descubrir? Por supuesto que no. Sin embargo, ciertos elementos de la naturaleza pueden ser utilizados por el alma y el espíritu de ustedes como transmisores. Serán los amplificadores de sus voces interiores, de las voces de su universalidad.

Les sugerimos que exploren esa comunicación con los árboles y las piedras. Para ello, empiecen simplemente creando un estado de calma interior. Luego, déjense atraer por un árbol y apoyen su cuerpo en él. Apoyen, en particular, la espalda o el pecho, de manera de favorecer un contacto físico intenso. No hagan preguntas al árbol pues, así, activarían el mental. Estén simplemente atentos. Oirán rápidamente voces interiores de ustedes o pensamientos de ustedes, dirigidos a ustedes. Repitan a menudo esta experiencia a fin de descubrir la diferencia entre las comunicaciones del ser verdadero dentro de ustedes y el personaje, que suele aprovechar la experiencia para expresar sus deseos.

Estén humilde y simplemente atentos al árbol. Los asombrará la sabiduría transmitida no sólo en forma de voces interiores sino también de sensaciones, de colores, para aliviarlos y fortalecerlos.

Lo mismo pasa con las piedras. Tiéndanse sobre éstas. Apoyen sobre éstas la espalda, el pecho o quizás incluso las orejas, el rostro, las manos. Reciban sus vibraciones, lo que les parezca significativo.

La comunicación con los elementos de la naturaleza es en sí una apertura hacia comunicaciones más sutiles.

La comunicación con la naturaleza y los Devas será presentada con más profundidad más adelante en Boletines sobre los poderes de comunicación y de proyección. Lo más a menudo posible, regálense un diálogo interior con la naturaleza sin exigir o esperar respuesta a sus interrogaciones. Su perceptividad se verá estimulada.

Entre todos los ejercicios destinados a estimular la perceptividad, el de la mirada interior hacia el tercer ojo se integra fácilmente en su disciplina diaria. Este ejercicio energético apunta a estimular el tercer ojo. Así, durante el día, les resulta posible ser más perceptivos, no recibir la información simplemente en el plano intelectual. El tercer ojo los ayuda a captar, más allá de lo transmitido, un conocimiento sutil. Tras un período de meditación o de contemplación, o antes de un momento de reflexión, orienten sus ojos interiores hacia el tercer ojo, como si aquéllos se proyectasen hacia éste, en la raíz de la nariz, en el centro de la frente, irradiando su luz por unos instantes. Detrás de los párpados cerrados, sus ojos miran el tercer ojo, la frente y, lentamente, efectúan un movimiento de rotación. Pronto ustedes verán colores, luego, en el centro de esos colores, aparecerá una fuente focal, un disco de luz, un disco solar. Dejen luego de enfocar la mirada y, manteniendo los ojos cerrados, relájense. Repitan el ejercicio dos veces. Mediante su intención, su presencia y su práctica, ustedes estimulan el tercer ojo y la receptividad. Repitan a menudo este ejercicio. Abandonen la experiencia en cuanto experimenten un dolor o una incomodidad. Se sorprenderán al captar más colores, más imágenes, y al percibir mejor lo sutil.

Namaskar