El
Triángulo de Cualidades
La creación comienza con un impulso que surge
del Uno Absoluto. La Naturaleza se manifiesta en el tiempo y el espacio con
tres cualidades. La conciencia universal entra en la triple estructura; se
separa de la unidad y forma la primera modificación de la conciencia. Los tres
aspectos de la conciencia individualizada – Voluntad, Conocimiento y Actividad
– toman las cualidades de los tres Gunas, Sattva,
Rajas y Tamas
o compostura, dinamismo e inercia. La conciencia
individual tiene siempre una mezcla de las tres cualidades; la conciencia
universal está más allá de éstas. El nombre de la conciencia individualizada es
YO SOY; a la luz limitada
de esta conciencia separada se la denomina Buddhi.
La Divinidad está reflejada en nosotros a
través de las tres cualidades. Esto se representa como un círculo en el que hay
un triángulo. Este símbolo de la primera reflexión de la Divinidad en el hombre
también se da para la meditación. Así, estamos conscientes de que podemos
alinearnos con el original y llegar al otro lado a través del punto central del
triángulo, siempre que sea un triángulo equilátero; porque la apertura en el
centro sólo cede si los tres ángulos del triángulo son iguales, es decir, el
dinamismo y la inercia han encontrado un balance y podemos entrar en el
interior.
La segunda reflexión dentro de la objetividad
ocurre a través de los cinco sentidos. La naturaleza óctuple – las tres cualidades
y los cinco sentidos – reflejan a la Divinidad en nosotros y también la distorsionan.
Nuestras percepciones son atenuadas y nuestra vida tiene sesgos. Cuando
partimos en el viaje de la objetividad a la subjetividad, tenemos que poner las
tres cualidades en equilibrio y retirarnos de los cinco sentidos hacia el
interior.
Más allá de las tres cualidades el alma es
libre, sin limitación alguna. Sin embargo, dentro de las cualidades está condicionada
por ellas y sufre por ellas. No importa cuánto tratemos de regular las
cualidades, mientras estemos en ellas estaremos regidos por una u otra
cualidad. Todos los seres están controlados por ellas, también los Devas y las
fuerzas diabólicas de la materia. Hay pocos Devas que conocen la Divinidad.
Incluso los tres Logos:
Brahma, Vishnu
y Shiva,
son expresiones de las tres cualidades. Los videntes Védicos crearon estos
símbolos de Brahma,
el creador, Shiva, el
destructor o más correctamente la fusión, y Vishnu,
el Señor, que conserva la manifestación de la
creación para ilustrar estos principios. La sabiduría del Señor mantiene todo
en equilibrio; somos creados a través de su dinamismo, y cuando es el momento
de la disolución todo vuelve nuevamente a su propia presencia. Tamas
aparece entonces como el estado de sueño de
su naturaleza oscura, inerte. Descansa dentro de sí por un momento, y a esto se
lo llama Pralaya; y
entonces, desde la oscuridad brilla la luz de una nueva creación.
La actividad de la creación es una
interacción de los patrones de las tres cualidades. Se mezclan en combinaciones
infinitas para lograr los diferentes temperamentos de los seres. Ellas nos dan
nuestras cualidades características y nos hacen actuar de diferentes maneras.
Nos mantienen en su hechizo hasta que estamos más allá de ellas y han alcanzado
la iluminación o Samadhi.
Si entendemos a la creación como un juego de estas fuerzas y observamos nuestra
mezcla de manera impersonal, salimos lentamente de su esfera hacia planos
superiores.
Incluso entonces las cualidades continúan
trabajando y rigen las funciones del cuerpo hasta que abandonamos nuestro vehículo.
Mientras la mente y los sentidos estén moldeados por ellas, nuestra vida no
estará equilibrada. Si la inercia nos controla, experimentamos el mundo como
una compulsión que nos empuja hacia delante. Si tenemos un temperamento hiperactivo,
nos esclaviza a través de la inquietud y la curiosidad. El equilibrio es el
estado de pureza, de una vibración y radiación constantes, pero también nos ata
mientras anhelemos conocimiento y comodidades; pero incluso cuando estamos en
actividad o inercia podemos permanecer en equilibrio. Por su propia naturaleza,
los tres son divinos y no debemos rechazarlos. Esto no significa que debemos
cultivar la impureza, pero aquel que es puro no necesita rechazar u odiar algo
impuro. Rechazar algo corresponde a la calidad de Tamas.
Echemos un vistazo más cercano a esta cualidad.
Características
de Inercia
Durante el proceso de involución y evolución,
toda la creación sigue un curso. Tamas o
inercia funciona como el principio formador de materia. Produce las diferentes
formas de comportamiento de los elementos y sus compuestos, la preservación de
las propiedades del color, el sabor, el olor, etc. Asegura que todo se adhiera
a su propia naturaleza.
Nuestra naturaleza de formación de hábitos es
también una expresión de esta consistencia básica de la naturaleza.
Influye sobre los planos vitales y mentales,
así como sobre la parte inferior del Buddhi,
que está en contacto con la mente.
Así, nuestros pensamientos están
condicionados por la comida, los hábitos y el medio ambiente. Una gran parte de
nuestra vida corre como una actividad rutinaria que no requiere casi ningún
poder de pensamiento para satisfacer las necesidades básicas.
Por Tamas somos
capaces de dormir; de lo contrario el ser se perdería a sí mismo. Así, la
naturaleza ha dispuesto lancualidad de la inercia como una bendición; ya que de
lo contrario no nos retiraríamos de la hiperactividad del día; el sueño nos
abruma con inconsciencia como protección. El insomnio es una enfermedad de las
personas hiperactivas; el sueño excesivo es una enfermedad de las personas que
están insuficientemente activas. Un Yogui descansa
en un estado de conciencia superior que es diferente del insomnio. Mientras el cuerpo
descansa, el alma está activa con algunos trabajos porque no conoce el sueño.
La naturaleza del cuerpo es la inercia; nos
sentamos en una silla mientras continúa la actividad de la mente. Con la muerte,
la energía vital abandona el organismo dejando atrás sólo productos químicos
inertes. Si, sin embargo, vivimos demasiado en la inercia, dormimos demasiado o
aplazamos muchas cosas y perdemos muchas oportunidades en la vida.
Muchas personas se quedan dormidas mientras
meditan, o cuando se les imparten clases de sabiduría, porque sus tejidos son
todavía muy densos y contienen mucho Tamas.
Esto provoca sueño y una especie de somnolencia cuando la luz se transmite a
través de la meditación o a través de clases de sabiduría.
Cuando invocamos al Maestro CVV, él no nos
permite tomar un largo período de descanso; de esta manera somos elevados por
la energía desde la densidad de la materia.
La inercia y demasiada poca actividad conducen
a una ignorancia creciente, porque la luz del entendimiento y la energía vital
desaparecen lentamente. Estas personas desarrollan sus propias teorías de por
qué viven de manera arrítmica e insalubre o consumen drogas, alcohol y tienen
un comportamiento sexual arbitrario.
Desarrollan su propia lógica para
justificar su comportamiento: "no
hay nada malo en ello...."
La gente perezosa no tiene ningún deseo de bañarse
cuando el cuerpo hiede; no piensan en cambiarse de ropa. Les gustan los olores
fuertes, la comida guardada y recalentada sin ninguna vitalidad. Los alimentos
muertos son tamásicos por
naturaleza, independientemente de su origen.
Beber agua fría, peor con hielo, aumenta la
inercia en el cuerpo.
A las personas letárgicas no les gustan los
cambios, porque se sienten incómodas con ellos. Quieren seguir viviendo como estaban
acostumbradas, independientemente de que fuera bueno o malo. Reaccionan a los
cambios con enojo e irritación. Levantarse temprano es difícil para ellos; son demasiado
letárgicos para la meditación. El Maestro EK reprendía a sus discípulos cuando
se les hacía tarde para levantarse o para realizar los ritos de la mañana. Era imposible
para la gente perezosa estar alrededor de él.
Siempre estaba limpio de cuerpo y mente y
siempre llevaba ropas frescas.
A las personas letárgicas les resulta difícil
entender y retener las enseñanzas de la sabiduría. Algunos pretenden haber escuchado,
pero no lo hacen. Aplazan y olvidan los buenos pensamientos. En su ilusión,
aplican las enseñanzas incorrectamente y las tuercen. De igual manera,
distorsionan la verdad de las enseñanzas al propagarlas. Gran parte de la sociedad
vive en convicciones nacidas de las ilusiones de la inercia. Si continuamos no
utilizando el cuerpo correctamente, la naturaleza nos transferirá a reinos inferiores,
aunque en general la puerta hacia éstos está cerrada. O naceremos como seres
humanos, pero en razas donde sólo hay poca comprensión de las cosas. Si usted
ha vivido en los centros inferiores también saldrá del cuerpo a través de estos
centros durante la muerte; el alma llega así a un renacimiento en los estados
inferiores de conciencia.
Podemos apoyar a las almas en orientarse
hacia arriba para elegir una salida más elevada en la cabeza.
Transformación
Guiar de ese estado a una persona dominada
por la inercia es sanación. La sanación con sonido es la más eficaz. El pronunciar
sonidos sacros regularmente genera un fuego interior que transforma la materia
de las células y elimina la inercia. El sonido estimula la energía de Urano que
hace los tejidos luminosos y ligeros.
Incluso si alguien es de inercia máxima,
será despertado cuando invoque el sonido C.V.V.
Esta es la promesa del Maestro, que él traerá
a la persona al equilibrio, por lo que después de doce años llegará a un temperamento
normal y permanecerá en armonía, al margen de lo que suceda a su alrededor.
Fuentes: K.P. Kumar
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