Autor: Gustavo Capece
[Válido
también para Marte cuadratura Saturno y Marte oposición Saturno]
El enfoque
tradicional en Astrología otorga a Marte y Saturno el papel de “maléficos”.
Ellos son
los culpables de todos nuestros males: accidentes, retrasos, golpes, mal
carácter, mala suerte, muertes violentas, marginación…
La lista de
desgracias que podemos extraer de una conjunción entre el maléfico
menor y el maléfico mayor es interminable y
terrorífica.
Pero esta
forma de percibir las cosas es muy incompleta, porque parte de un
error básico: el de atribuir a los planetas cualidades humanas y
voluntad, como si fueran ellos, y no nosotros, los responsables de nuestros
actos.
Responsables de
nuestros actos. Si esta frase te resuena cuando hablamos de una conjunción
Marte-Saturno, entonces estás en el buen camino…
Supersticiones
de otros tiempos
Pensar que
los planetas son los causantes de nuestras desgracias, y que los hay buenos y
malos, era habitual en tiempos donde se consideraba la responsabilidad personal
muy limitada.
Y la
capacidad de la persona para cambiar su nivel de vibración (=autoconciencia)
prácticamente nula, o reservada a unos pocos elegidos.
Hay que
añadir, además, que este enfoque tradicional en Astrología se practicaba en
tiempos donde no se conocía el papel determinante de la psique.
En lugar de
ello, proyectaban los arquetipos de nuestro inconsciente
colectivo en realidades externas. Y las hacían culpables de
cuanto mal nos pudiera suceder.
Pero, desde
un punto de vista psicológico, esto equivale a enfadarnos con la mesa con la
que acabamos de tropezar. ¡Una mesa maléfica!
O cuando el
estudiante dice “aprobé el examen” si le sale bien, pero “el profe me
suspendió” si le sale mal. Los colegios suelen estar repletos de profesores
maléficos, siendo los maléficos mayores, generalmente, los de Matemáticas.
“Ah,
entonces esta conjunción es buena!”
Desde luego
que… ¡no! No es buena ni mala: es una herramienta, y como tal puede ser
aprovechada de muchas maneras.
El enfoque
tradicional puede pecar de ser corto de miras, pero eso no invalida que, en
principio,una conjunción como esta llevará a la persona, sí o sí, a llegar
a un acuerdo entre sus deseos (Marte) y sus responsabilidades (Saturno).
Llamarlos
maléficos no nos ayuda a comprender en profundidad la interacción entre
estos dos planetas. Pero está claro que tendrán que aprender a convivir,
lo cual supone un gran esfuerzo (Saturno) y una lucha (Marte) para la persona.
Son dos
planetas duros, que tienden a mandar más que a ceder.
Y lucharán
para imponer su propia ley…
Cuando los maléficos luchan
Con esta
conjunción, la persona se puede volver muy exigente, consigo mismo
y con su entorno. Aquí radica el “mal carácter” tan célebre de este rasgo, con
modales autoritarios y secos.
Como sacrifica
los deseos que no son “útiles” y reprime su libido para
canalizar su acción en pos de metas ambiciosas, es muy probable que se
desarrolle el sentimiento de que la vida consiste en sacrificios
constantes, en un luchar por conseguir cualquier cosa.
Y, también,
es probable sufrir accidentes (sobre todo roturas) por un
exceso de rigidez en la acción.
Un exceso de
cautela que lleva a calcular o planear cada movimiento, resta a la persona
espontaneidad y versatilidad para adaptarse a los cambios y atreverse a
comenzar algo nuevo.
En una carta
donde esté enfatizado el signo de Capricornio, por ejemplo, prevalecerán
los intereses de Saturno, y entonces la persona puede pretender controlar
sus impulsos marcianos, que inevitablemente querrán salir a la
superficie, muchas veces en forma de violencia.
Al mismo
tiempo, en una carta con mucho fuego, Marte tenderá a querer quitarse de encima
a Saturno. Generalmente, querrá conseguir esto luchando contra la
autoridad y toda figura que la represente… con las consecuencias
previsibles.
Domine uno u
otro, los resultados parecen desastrosos. ¿Pero es que no se pueden llevar
bien?
Cuando los maestros colaboran
Marte y
Saturno tienen poco en común. Esto puede parecer un inconveniente.
Pero, con un poco de conciencia, la conjunción entre ambos esconde tesoros
inestimables para lograr lo que deseamos, incluyendo la realización personal.
Al ser tan
diferentes, estos dos planetas pueden otorgar al otro cualidades de las que
carecen, potenciándose mutuamente. Si hacen equipo, su fuerza es enorme.
Porque, cuando
Marte y Saturno se entienden, una persona posee el don de dar una forma
concreta a su deseo, para poder realizarlo. Su voluntad está encaminada
hacia fines prácticos y realistas, y goza al llegar a la meta, lo
cual le da energías para fijarse su siguiente objetivo…
Marte-Saturno
es una conjunción ideal para el logro y el éxito
material.
Y también
para la realización personal, porque los deseos de esta persona son
maduros y orientados al autoperfeccionamiento, por medio de una acción
perseverante y disciplinada. ¿Te parece poco como talento?
¡Adiós a las
malas pulgas!
Una persona
que viva su conjunción Marte-Saturno con plena conciencia ¿crees que tendrá mal
carácter?
Desde luego
que no, si acepta que sus pasiones y deseos deben ser limitados y
realistas.
No sentirá
envidia al compararse con otros que parecen más afortunados, porque tiene el
poder de poner en marcha su propia ley!
¿Tendrá
muchos accidentes hasta que se rompa todos los huesos? Seguramente no,
porque habrá llegado a un término medio entre la valentía y la prudencia, y
conocerá que sus actos tienen consecuencias…
…y que no es
sensato arriesgarse más allá de los límites. Claro que, para ello, antes
debe experimentar y conocerlos.
Es así como
una persona con esta conjunción está destinada a madurar y hacerse
responsable.
Su talento para
disciplinarse, para soportar condiciones rigurosas hasta llegar al objetivo, y
una enorme capacidad de trabajo, hacen de esta conjunción una herramienta potencialmente
inestimable para el desarrollo personal y el crecimiento espiritual.
De modo que
¿sigues pensando que los planetas pueden ser malos, o que depende de ti y de
cómo los percibes?
¿Cuál es el
enfoque que eliges?
Entenderse, quererse, realizarse.
Todo empieza por conocerte.
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