por Jennifer
Hoffman
http://enlighteninglife.com
Recuerdo una
vieja canción de coro que solíamos cantar de niños: "Haz nuevos amigos y
conserva los antiguos, los nuevos son de plata y los viejos son de oro".
Si tu vida ha sido un tanto confusa durante los últimos cinco años (o más), es
probable que muchos de tus antiguos amigos ya no estén contigo. Y está bien,
porque nos dirigimos hacia un período de reestructuración energética que nos
ayudará a alcanzar un nuevo nivel de conciencia. En él reorganizaremos nuestros
límites y estándares y, con ellos, cambiarán también las personas y situaciones
que son importantes en nuestras vidas. Nuestros viejos amigos se unirán a
nosotros en el nuevo camino o, por el contrario, nos distanciaremos y nuevos
amigos ocuparán su lugar.
El proceso de
Ascensión es el proverbial 'camino largo y sinuoso', pero no nos conduce hacia un objetivo determinado,
sino que sigue desplegándose a medida que exploramos nuevos aspectos
multidimensionales y eliminamos viejas versiones de nosotros mismos. Los hilos
que nos atan o nos unen a otros no son irrompibles; solo necesitamos saber
cuándo y cómo romperlos con gracia y dignidad. Los "viejos amigos"
pueden convertirse en "nuevos amigos" si deciden que compartir
nuestro camino de expansión y Ascensión es la opción correcta para ellos. Deben
decidir unirse a nosotros en ese viaje. Si no es así, tendremos que renunciar a
nuestro tiempo compartido en esa antigua frecuencia y la conexión habrá
terminado.
¿Es difícil
dejar de lado a una persona o dejar ir las expectativas que teníamos con ella?
¿Lamentamos la
despedida, o lamentamos la falta de aprecio y de reconocimiento de nuestros
esfuerzos?
No es difícil,
tan sólo es la realidad que tenemos que afrontar. Debemos reconocer cuando
alguien ha llegado “al final de su camino energético" (lo que significa
que ha alcanzado el límite de su expansión energética y no puede llegar más
allá). Así como crecemos hasta cierta altura, algunas personas alcanzan un
punto específico a nivel energético y no pueden expandirse más. Si decidimos
expandirnos más de lo que esas personas pueden abarcar, quizá sea hora de
reevaluar esa relación.
Es algo que
ocurre a diferentes niveles y en muchas áreas de nuestras vidas. Hoy regalé un
cristal que tuve durante casi 30 años. Ha viajado conmigo por todo el mundo y
ha sido una presencia constante en mi vida desde el día que lo compré. La
semana pasada lo saqué y me dio un mensaje muy claro: 'Es hora de cambiar de
propietario'. Ya no sentía lo mismo, no había conexión y sabía que nuestro tiempo
juntos había terminado. Mis guías y el cristal me indicaron la persona a quien
estaba destinado a continuación, me dijeron que debía ir con ella. Así que se
lo regalé, porque mi tiempo con él había terminado y ahora tiene un nuevo
propietario que necesita su energía.
Somos los
custodios de los cristales que nos llegan, así como de todas las demás energías
que nos acompañan, encarnadas en personas, situaciones y eventos. Es hora de
que redefinamos el concepto de "para siempre", y así dispondremos de suficiente
espacio para poder desconectar voluntariamente de ciertas conexiones
energéticas (sobre todo de nuestros grupos kármicos). Nunca se pretendió que
fueran obligaciones o compromisos permanentes y "para siempre".
En algún
momento debemos reconocer cuando ya no somos congruentes ni estamos alineados
con nuestra intención, nuestra misión, nuestro propósito y nuestro camino. A
veces, una conversación puede evitar la separación y posibilitar que se cree una nueva relación en una nueva
frecuencia energética. Otras veces, la separación de nuestros caminos es
claramente necesaria.
Esta
desconexión intencional, desde una perspectiva energética, requiere que
consideremos dos aspectos importantes de nuestro proceso de Ascensión: la
sensación de haber finalizado algo y la sensación de satisfacción. Deseamos
poder sentir ambas pero, a veces, solo una es posible. Por ejemplo, queremos
que una relación sea plena y satisfaga nuestras necesidades emocionales, aunque
la otra persona sólo reconozca el tiempo, la energía y cuánto hemos invertido
en ella al final de esa relación. La sensación de conclusión y de satisfacción
se nos escapan cuando deseamos ambas, porque sabemos que esa relación no
puede continuar como ha sido hasta ahora
o que determinada persona ha llegado "al final de su camino energético
" con nosotros.
¿Podemos
sentirnos satisfechos sabiendo que hicimos todo lo que pudimos y que, no
importa cuánto lo intentemos, nunca vamos a obtener la respuesta que deseamos
(que satisfaga nuestras necesidades emocionales o las expectativas de nuestro ego)?
¿Podemos
sentirnos plenos sabiendo que hemos hecho todo lo posible, que hemos cumplido
nuestras obligaciones kármicas y energéticas, que no obtendremos más recompensa que esa y que nada cambiará? Reconocer que 'feliz para siempre' puede
significar que seremos felices cuando esa situación termine, cuando esa persona
o situación ya no formen parte de nuestras vidas, puede ser una lección
difícil.
Este es un tema
complejo porque creemos que cada relación encierra la recompensa de "para siempre", y esa
definición es muy personal. En ocasiones, el final de un ciclo kármico es la
recompensa y esos finales pueden parecernos incompletos e insatisfactorios si
sentimos que hicimos un esfuerzo heroico en vano (porque nuestras expectativas
no se cumplieron y nuestros esfuerzos no fueron reconocidos ni apreciados).
Cuando
comprendemos que los viejos amigos ya han cumplido su propósito, ¿cómo sabemos
si es momento de volver a unirnos o de separarnos? Será una elección obvia si
observamos la situación sin juzgar. Podemos hacernos tres preguntas para
evaluar esa elección, como mencioné en el retiro que realicé en enero en
Sedona, Arizona.
Es el ABC
energético para todo tipo de asociaciones:
A significa
alineación: ¿estamos alineados en el mismo camino, con el mismo propósito y el
mismo potencial?
B significa
balance, equilibrio: ¿hay un equilibrio entre cuánto damos y cuánto recibimos?
C significa
congruencia: ¿es una relación congruente en la que todo encaja y fluye, y la
energía es armoniosa?
Los tres
elementos anteriores son necesarios, porque si falta uno solo de ellos es
momento de reconsiderar el tema de la responsabilidad: ver qué obligaciones
estamos asumiendo sobre la sanación de alguien y por qué.
Ha llegado la
hora de armarnos de valor y de tomar la difícil decisión de satisfacer nuestras
propias necesidades. De establecer límites energéticos claros que aseguren la
satisfacción de esas necesidades, que mantendremos nuestras prioridades y la
gestión óptima de nuestros flujos energéticos. De tener fe y confianza en
nosotros mismos y en la Fuente, sabiendo que el 'camino largo y sinuoso' de la
Ascensión tiene un final feliz. Aunque “para siempre” no dependa de una persona
ni de una situación eterna, sino de la promesa constante y sin límites de
nuestra propia alegría, nuestra paz, nuestro amor y abundancia.
Jennifer
Hoffmann
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Derechos de
autor reservados © 2018 por Jennifer Hoffman. Pueden citar, traducir, reimprimir
o referirse a este mensaje si mencionan el nombre de la autora e incluyen un
vínculo de trabajo a: http://enlighteninglife.com
Traducción:
Rosa García
Difusión: El
Manantial del Caduceo en la Era del Ahora
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
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