Por José L. Stevens
Recibo muchas preguntas de mis estudiantes y clientes
respecto a elevar su vibración y elevar la vibración de las situaciones en las
que están, incluso tal vez elevar la vibración de miembros de la familia,
colegas, vecinos, etc. Esto es un tema interesante, de modo que aquí hablaré de
los pros y contras de cómo hacerlo, cuándo es apropiado, qué es posible hacer y
qué no lo es.
Los seres humanos que ocupan el plano físico generalmente vibran dentro del contexto de una octava mayor y ascienden y descienden por la escala pero se confinan a esta única octava. La vibración más baja de la octava vibra en el miedo y esas cosas que lo acompañan tales como sentirse víctima, mártir, indefenso, impotente, y así sucesivament
e. Las vibraciones más altas disponibles en esta octava son el cariño, el amor por la familia y los amigos, la satisfacción general y la felicidad. Entre medio están todos los estados que nos son familiares y que observamos en nosotros mismos y en otros en diversas ocasiones, incluyendo la agresión, atacar, juzgar, culpar, los celos, la envidia, y luego están el tristeza y el duelo, y luego el juego y la diversión, el entusiasmo, luego la inspiración y la creatividad, la excitación, incluso momentos de generosidad, de bondad, de perdón, de calma, e incluso sentimientos de paz. Todos están disponibles para los seres humanos en el curso general de la vida. Cada uno de ellos es un campo o una vibración que puede ser discernida y experimentada. Y vamos hacia arriba y hacia abajo por la escalera. Algunas personas están atascadas la mayor parte del tiempo en uno u otro de los estados más bajos, y algunos eligen elevarse y pasar más tiempo en los más altos. Todas estas vibraciones brindan aprendizaje de un tipo u otro. Sin embargo, casi ninguna de estas vibraciones es verdaderamente expansiva, pues están fuertemente atadas a expectativas, pensamientos, sentimientos y condiciones externas ante las cuales reaccionamos. Desde estos estados es muy difícil impactar o influir en el entorno de alguna manera que no termine en algún tipo de sufrimiento, ya que son condiciones temporarias o impermanentes.Casi todos estos estados están fuertemente ligados al
proceso de pensamiento que tiende a querer analizar, definir y etiquetar todo
lo experimentado, y esto lleva a reducir el enfoque o a contraer la percepción
consciente o a dividirla en fragmentos para posteriores análisis, lo cual
conduce a visiones de la realidad más miopes aún. A la larga todo esto lleva
hacia la especialización, así que tenemos especialistas en cada campo que han
dominado operaciones de unidades de consciencia muy pequeñas, pero, al hacerlo
así, han perdido de vista el panorama mayor, la intrincada red de conexión con
todas las cosas. Este es, por ejemplo, el estado actual de la ciencia médica y
esto es lo que limita su efectividad. Cada uno sabe un montón acerca de un
pedacito.
Desde esta situación, se vuelve muy difícil elevar la
vibración. Todo está demasiado fragmentado en nuestra percepción. Si no podemos
elevar nuestra propia vibración, entonces es casi imposible elevar la vibración
de nuestro medioambiente o de nuestra circunstancia. Sin embargo, es posible
soltar nuestro análisis miope persistente y entrar en un estado de consciencia
más unificado tal como la gratitud, el amor, el asombro, el perdón, la bondad,
la compasión y similares. Estos estados, en lugar de disminuir el enfoque, son
más expansivos y amplios en contexto y se mueven hacia arriba y hacia afuera.
Son parte de una octava más alta que es alcanzable si uno sabe cómo. Este es un
tema mucho más grande y no vamos a introducirnos en ello aquí. Tan solo digamos
que, de tanto en tanto, nos tropezamos con esa octava más alta durante breves
períodos de tiempo, y entonces suceden cosas especiales.
Al ego o la falsa personalidad no le gustan estas
percepciones de octava superior porque resultan amenazadoras para su propia
agenda de mantener a la personalidad distraída y temerosa, que es lo mejor para
dominarla. Estos estados vibratorios más altos tienden a unificar más que a
criticar, juzgar, aislar, definir, etiquetar, y diagnosticar. Noten que estos
estados de rendición conducen a una mayor relajación o a dejar ir, en tanto los
miopes requieren y desean más control. Tienes que rendirte más para poder
perdonar o ser bondadoso de lo necesitas rendirte para poder diagnosticar o
involucrarte en pensamientos de crítica. Estas actividades de pensamiento
conducen a un sentimiento de estar en lo correcto, en tanto el perdón o la
bondad conducen a una sensación profunda de saber qué es lo correcto. Estos son
dos estados muy diferentes, uno controlado por el ego y el otro alineado por la
esencia. Desde estados de amor, gratitud o asombro, por ejemplo, no hay
especulación; tan solo saber, muy simple, muy directo. De manera similar, el
pensamiento conduce a tipos limitados de conocimiento, pero la bondad, por ejemplo,
suele venir con una mentalidad de “no lo sé”. No sé por qué, pero estoy
motivado a ser bondadoso en esta situación. Este perro trató de morderme, pero
igual trataré de limpiarle su herida. No sé por qué, pero me encuentro saliendo
de mi camino para llevar a este desconocido al aeropuerto. Me doy cuenta de que
esto se siente bien y correcto.
Cuando venimos de estos estados vibratorios superiores
podemos despertar el estado vibratorio elevado, el cual es intrínseco al
entorno pero puede que no sea obvio ya que puede estar dormitando bajo un manto
de descuido. En verdad, todo ya es elevado: los árboles, los campos, la gente,
los animales, las plantas e incluso los objetos hechos por el hombre. La manera
en que son percibidos y tratados puede estar escondiendo su alta vibración y
haciendo que parezcan sombríos, opacos, o faltos de luz. Verlos como llenos de
luz hace que se iluminen desde adentro para revelar su verdad. Este puede ser
el caso también con las personas, pero no los podemos llenar de luz a menos que
ellos estén de acuerdo, pues tienen libre albedrío. A veces la gente abraza la
oscuridad porque está aprendiendo una dura lección, o porque les permite sentir
lástima de sí mismos, o les da algo para quejarse con razón. No siempre
conocemos la razón, y, de muchas maneras, eso no importa. Lo que sí importa es
que respetemos su elección de permanecer en la oscuridad por un rato más,
sabiendo que, antes o después, ellos emergerán, cuando elijan hacerlo.
Entonces, nosotros elevamos la vibración de lo que podemos cuando podemos, pero
solo después de haber elevado nuestra propia vibración a su estado natural
enfocándonos en lo que es inspirador, en las cosas y personas que amamos, en
las cosas por las que nos sentimos agradecidos, por actos de bondad y compasión,
etc. De todas formas les ofrecemos a nuestros hermanos y hermanas la más alta
vibración y les dejamos decidir si la aceptan o no.
Una práctica poderosa e impactante es mirar gente al
azar como las expresiones de sus seres multidimensionales ocupando muchos
marcos de tiempo, locaciones, estados de consciencia y dimensiones, todo al
mismo tiempo. Esa persona sin techo que ves arrastrando los pies es en este
momento mismo un Maestro Budista Tibetano iluminado en otra vida y un asesino
con un hacha en otra. Ella puede ser una madre de diez hijos indigente y
golpeada por su marido en otra vida, y, sin embargo, puede ser en otra vida una
cantante de ópera con gran triunfo y muy aclamada. Todo el tiempo estas son
expresiones de su yo multidimensional eternamente presente que ya es divino,
sagrado, bendito y completamente iluminado. Puedes verla en sus partes y
juzgarla, arrollarla y pasarle por encima, o puedes verla en su totalidad y
bendecirla y, sin importar qué, su esencia registrará eso y brillará con luz.
Ella puede ser quien te salve la vida en una vida distante o podría ser el amor
de tu vida en otra. No lo sabes. Nosotros, o bien no sabemos un cuerno, o bien
sabemos lo que necesitamos saber. Nuestros yoes multidimensionales saben todo
lo que hay para saber. Por tanto, no hay problema que haya que pensar y
resolver por medio de la personalidad. No hay nada que reparar, nada que hacer
aquí, tan solo estar consciente.
Este estado de percepción consciente es el único Dios
que llegaremos a conocer. Está aquí mismo, ahora, siempre ha estado y siempre
estará. Está conectado a todo lo que es, la consciencia universal del
multiverso y mucho más. Para alguna gente esto le llega como un shock
horripilante. Pero ¿qué hay de mi maravillosa idea de Dios o de la Diosa que me
sostendrá en Su regazo y me amará para siempre? ¿Cómo puedo estar satisfecho
con solo una percepción consciente? Bueno, creo que la mejor respuesta es: no
la descartes hasta que hayas llegado a conocerla. Llegamos a conocer esta
percepción consciente de una única manera, estando conscientes de ella, no
analizándola. Esto requiere de lo que los budistas llaman el vacío, la esencia
del contenedor, la cosa que hace que el cuenco tenga propósito. Los contenidos
van y vienen, pero el vacío del espacio es perpetuo, esto es, tanto como el
cuenco dure. Allí es donde se rompe la metáfora. El espacio de nosotros mismos
es infinito y atemporal, y es el espacio que realmente somos, no los
contenidos. Los contenidos van y vienen, lo que significa que la persona que
lleva nuestro nombre es una ficción y en cierto grado no es importante. Lo que
es totalmente importante es el espacio y sin él no habría un yo ficticio para
ocupar algo por un breve tiempo. Todo esto puede sonar loco, o muy abstracto
para algunas personas, y eso está bien, pero es la clave para el fin del
sufrimiento y eso es ciertamente una posibilidad atractiva.
Sin embargo, el espacio vacío no es el todo ni el fin
absoluto. Si eso fuera todo lo que hay, sería más bien aburrido. El espacio
vacío es realmente auto-luminoso, como el sol, y esa luminosidad podría
describirse como la Inteligencia Suprema del Universo. La Inteligencia Suprema
del Universo transmitiéndose a través del espacio vacío, o lo que Eckhart Tolle
describe como la Espaciosidad Trascendente. Eso es nuestra percepción
consciente. Para entrar en contacto con ello todo lo que tienes que hacer es
preguntarte a tí mismo: “¿Estoy vivo?”, “¿Me doy cuenta de ello?, ¿Estoy
consciente?”. La respuesta debiera ser inmediatamente obvia. Luego, te hundes
en esta percepción consciente. Siéntete como cayendo de espaldas dentro de
ella. Siente como se expande en todas direcciones queriendo ser más y más
grande, y más expansiva. Puede ir mucho más allá de tu cuerpo. Incluso puedes
perder la pista de las sensaciones momentáneas de tu cuerpo al expandir tu
percepción consciente hacia el cosmos o solo hasta tu región. Házlo a menudo.
Practica el ser grande. Está bien hacerlo.
Con la práctica mejorarás en mantener esta percepción
consciente mientras estás ocupado con otras cosas, tal vez cantando,
escribiendo, leyendo, caminando, hablando con alguien. Puede parecer difícil al
principio o incluso un poco extraño, pero gradualmente se hará más fácil, con
resultados asombrosos e interesantes que solo puedes experimentar si realmente
lo practicas. Es tu decisión.
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Traducción: Marcela Borean
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