Los nabateos fueron una sociedad que habitó Arabia y el sur del Próximo Oriente desde el siglo III a. C. hasta aproximadamente el 106 d. C., cuando el reino nabateo fue anexionado por el Imperio romano. Conocido por sus extensas rutas comerciales, el reino nabateo se hizo muy rico y próspero en el siglo I d. C. Su capital, Petra, era un floreciente centro comercial.
Hoy en día, la región que en el pasado fue el poderoso reino nabateo es conocida como fuente abundante de hallazgos arqueológicos. Petra era una ciudad tallada en piedra, y monumentos como el espectacular templo de Al-Khazneh sobreviven aún en nuestros días en un estado casi perfecto.
En los últimos años ha sido posible descifrar
las antiguas inscripciones halladas en la ciudad. Esto, junto con algunos importantes
descubrimientos, ha permitido que ahora
sea posible conocer mucho mejor la sociedad y la cultura de la antigua Nabatea,
y particularmente la vida en Petra. Hay incluso indicios que han llevado a
algunos investigadores a cuestionar el papel de la mujer en la ciudad - ¿podría
ser posible que en alguna época no fueran exactamente iguales, sino incluso más
poderosas que los hombres?
Al-Uzza, la diosa que representaba al planeta Venus y se correspondía con Ishtar/Astarté/Inanna, aparecía tanto en betilos como en esculturas. Relieve del templo de Khirbet et-Tannur, Jordania. (CC0)
La religión en Petra
Mucho antes de que el Islam se estableciera en
el Próximo Oriente, los nabateos eran una sociedad panteísta. Adoraban tanto a
deidades locales como de otras sociedades, entre ellas Isis y Dionisos –
habrían trabado conocimiento con estas nuevas figuras religiosas a través de
sus extensas redes comerciales.
Su vasto panteón de deidades locales incluía
varias diosas poderosas. Aunque también se veneraba a otras diosas importantes,
incluidas Al-lat y Manat, una de estas diosas era Al-‘Uzza, cuyo nombre puede
traducirse como “la más poderosa (de todos)”. Es ella la que ofrece algunas de
las pruebas más claras de que las mujeres eran ciertamente respetadas en Petra.
Al-'Uzza es una diosa asociada con frecuencia al
agua, un recurso importante para una sociedad asentada en el árido desierto de
Arabia. Su asociación con un recurso tan importante nos revela que era claramente
una figura clave en la religión nabatea. Se ha encontrado en Petra lo que se
cree que su imagen tallada en losas de piedra llamadas ‘betilos’, conocidos
coloquialmente como ‘ídolos oculados’ debido a sus rostros de talla sencilla
con ojos prominentes.
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Diosa Al-‘Uzza - su imagen se puede encontrar por toda Petra en numerosos ‘betilos’, tallas religiosas realizadas sobre losas de piedra. (Zcmetallica/CC BY-SA 3.0)
El Templo de los Leones Alados
Al igual que el conjunto de ídolos oculares
supervivientes, evidencia de que la veneración de Al-‘Uzza era un hecho
generalizado, aún podemos encontrar en nuestros días en el centro de Petra las
ruinas de un gran templo dedicado la diosa. Cuando estaba en pie, debió de ser
un edificio grandioso con un gran altar elevado y enormes columnas con tallas
ornamentales. Algunas de estas tallas son las que dan al templo su nombre –
Templo de los Leones Alados.
Ruinas del Templo de los Leones Alados, Petra, Jordania. (Bgag/CC BY-SA 3.0)
Dentro de las ruinas del templo los arqueólogos
encontraron un espectacular ídolo ocular, confirmando la asociación del templo
con Al-'Uzza e indicando que era un lugar donde se realizaban rituales para
rendir homenaje y rogar a la diosa. Los historiadores creen que en el pasado
habría sacerdotisas formando parte de un culto dedicado a Al-'Uzza y que
podrían haberse realizado complejos arcanos rituales en el templo con cánticos,
incienso e incluso veneración de ídolos. Un podio cuidadosamente diseñado
habría permitido que una imagen de la diosa permaneciera oculta, facilitando su
dramática revelación durante las ceremonias.
Otras diosas de Petra
También encontramos evidencias de otras diosas
en torno a la vasta extensión de Petra. Por ejemplo, un relieve que se cree que
representaría a Atargatis, una diosa de la fertilidad.
Esta estatua procede del templo nabateo de Khirbet Tannur. Atargatis, la “diosa Siria” (Luciano, ‘De Syria Dea’) era una diosa de la vegetación. (CC BY-SA 2.0)
La condición de la mujer en la sociedad nabatea
El culto generalizado, protagonismo e importancia de las diosas en todo el reino nabateo, y dentro de la propia Petra, demuestra que las mujeres debían ser respetadas. Además, la creencia de que las sacerdotisas desempeñaban un papel clave en el culto a Al-‘Uzza podría ser evidencia de que las mujeres eran más que respetadas, y capaces de alcanzar un estatus muy elevado en la sociedad nabatea. Hay sin duda suficientes pruebas para confirmar que las mujeres nabateas tenían mayores derechos y privilegios que las mujeres de Europa o del Imperio romano en la misma época.
En 1961 los arqueólogos encontraron un asombroso conjunto de manuscritos que habían permanecido olvidados en una cueva alrededor de 2.000 años. Documentan el poder y la eminencia de una mujer de la sociedad nabatea. Estaba completamente alfabetizada, poseía importantes terrenos y su propiedad estaba vinculada a la del rey nabateo. Está claro por los documentos que aquella mujer era independiente, influyente y muy rica. Los rollos son evidencia de que la mujer gozaba de un estatus por propio derecho y podía poseer propiedades.
La diosa árabe Allat, de pie sobre un león y flanqueada por otras dos figuras femeninas, posiblemente Manat y Al-‘Uzza. (JDHaidar/Dominio público)
La idea de que las mujeres fueran una parte tan
valiosa de una sociedad antigua resultó sorprendente cuando se descubrieron las
primeras evidencias, pero las pruebas son ahora abundantes, y ya no pueden
negarse. Los templos, ídolos oculares, manuscritos e incluso edificios
esculpidos en las paredes rocosas nos demuestran en todos los casos que, por
algún tiempo, las mujeres de Petra gozaban de alto estatus y desempeñaban un
importante papel en la sociedad nabatea. Podría decirse que, durante siglos,
con un poder y una influencia sin igual, las mujeres nabateas, y más
concretamente las de Petra, gozaron de un estatus más elevado que los hombres.
Imagen de portada: Mujer en Petra.
Fuente: Danniela/Adobe
Stock
Autor: Sarah P. Young
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