Algunas reflexiones sobre la Psicosíntesis después de haber participado en un taller sobre Psicosíntesis personal, rodeada de un excelente grupo. Un regalo especial!!
En el campo de la Psicosíntesis, poco conocido en nuestro país a pesar de los esfuerzos de algunos pioneros en Madrid y Barcelona desde hace varios años, se le concede mucha más atención al inconsciente superior y al desarrollo del yo transpersonal que en otras psicologías más tradicionales, abrir la terraza desde la que se puedan tomar baños de sol o contemplar las estrellas.
Es
importante construir una buena base, psicosíntesis personal, entre
los tres cerebros o polos de la personalidad: físico, emocional y mental. Una
síntesis de todas las áreas de la personalidad, llegando a comprender el
inconsciente inferior y medio. Eso significa que la psicosíntesis es holística,
global e inclusiva.
Se recurre a las imágenes, utilizando ejercicios de visualización, que después se plasman en dibujos en color, un tesoro surgido de nuestro insconsciente, material básico para poder cambiar partes nuestras. Y al final el que manda es nuestra parte más sabia, nuestra esencia interna, la conexión con lo transpersonal …. Se utilizan diversos ejercicios, en el último curso impartido se utilizó la visualización del sabio de la montaña con un efecto sorprendente de mucha energía, síntesis de lo trabajado y de unión interna.
Identificación y desidentificación
Estamos
dominado por todo aquello con lo que nuestro yo se identifica. Podemos dominar
y controlar todo aquello de lo que nos desidentificamos. El error normal que
todos cometemos es identificarnos nosotros mismos con algún contenido de la
conciencia antes que con la conciencia misma. Algunas personas obtienen su
identidad de sus sentimientos, otros de sus pensamientos, otros de sus roles
sociales. Pero esta identificación con una parte de la personalidad destruye la
libertad que surge de la experiencia del “yo” puro.
El
ejercicio de desidentificación e identificación comprende la práctica de la
percepción y de la afirmación: yo tengo un cuerpo, pero no soy mi
cuerpo. Yo tengo emociones, pero no soy mis emociones. Yo tengo una mente, pero
no soy mi mente… etc. La introspección sistemática ayuda a eliminar todas
las auto-identificaciones parciales.
El
observador es diferente de lo que observa. De modo que la etapa natural que
viene después de la desidentificación es una nueva identificación del yo: yo
reconozco y afirmo que “Yo soy un centro de pura autoconciencia. Yo soy un
centro de voluntad, capaz de regular, dirigir, y usar todos mis proceso
psicológicos y mi cuerpo físico.”
En psicosíntesis se enfatiza la responsabilidad individual. No importa lo que le haya sucedido a la persona, debe asumir su responsabilidad aquí y ahora por los cambios que quiere hacer en su personalidad y no culpar a sus padres o a la sociedad.
La voluntad
La
voluntad es el motor de cambio, uno de los fundamentos centrales de la
psicosíntesis es que existe una diferencia fundamental entre los
impulsos, los deseos y la voluntad. En la condición humana se producen
conflictos frecuentes entre el deseo y la voluntad. Y la voluntad se sitúa en
una posición central en el corazón de la autoconciencia o ego. Es cierto
que existe una multiplicidad de yoes en nuestro interior, pero la voluntad es
esencialmente la actividad del yo que permanece por encima de la multiplicidad.
Dirige, regula y equilibra las demás funciones de una manera creativa.
La
voluntad es como el director de una orquesta, según Assagioli . No es
autoafirmativa sino más bien la humilde sirviente del compositor y de la
partitura. Hay muchos tipos de voluntad, no solamente la fuerte, el poder de la
voluntad, sino también la voluntad al bien o la voluntad hábil. En el libro
el Acto de Voluntad hay varios ejercicios para trabajarlas en
la vida cotidiana.
“En el corazón del yo existe tanto un elemento activo como uno pasivo, un agente y un espectador. La autoconciencia implica que somos un testigo – un testigo puro, objetivo, amoroso – de lo que está sucediendo dentro y fuera. En este sentido el yo no es un yo dinámico sino un punto testimonial, un espectador, un observador que contempla el flujo. Pero existe otra parte del yo interior – el agente que decide o dirige – que interviene activamente para orquestar la diversas funciones y energías de la personalidad, establecer cometidos e instigar actividad en el mundo externo. Así que en el centro del yo tenemos una unidad entre los masculino y lo femenino, de voluntad y amor, de acción y observación”. (R. Assagioli)
El sabio de la montaña
La
Psicosíntesis utiliza diversos ejercicios de visualización para conectar con nuestra
esencia. Uno de los ejercicios estrella es la técnica del diálogo interior,
establecer puentes con nuestra parte más sabia. Imaginemos un hombre muy
sabio que conoce todas las respuestas a los problemas que afrontamos. Si
pudiéramos conseguir una entrevista con este hombre/mujer, ¿qué le diríamos? Es
nuestro maestro interno…
En
una entrevista, Roberto Assagioli comentaba “hoy la sabiduría está aún
más pasada de moda que la voluntad. La noción original de sabiduría apenas
tiene que ver con la necedad. Por supuesto la sabiduría implica una simplicidad
superior de espíritu, pero no es simpleza mental. En chino, el ideograma para
la sabiduría es una combinación de viento y rayo. El hombre sabio no es el que
está sereno y cansado, sino el que ya no puede ser abatido por el viento y
golpea como el rayo cuando es necesario. La sabiduría está conectada con la
intuición (esta es la razón por la que ha sido vista como una mujer – Sophia) y
con ver las cosas en su globalidad, y por ello se vincula con la perspectiva
transpersonal. Es el poder de jugar con los opuestos y establecer una
síntesis”.
Disponer
de unos minutos para visitar cada día nuestro maestro/maestra interna es uno de
los compromisos que nos debemos a nosotros mismos si queremos vivir en el presente
con alegría y gratitud de poder disfrutar de todo los que nos rodea.
Rosa
Solé Gubianes
e-mail: rosasolegubianes@copc.cat
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