¡Los Chamanes la usan todo el tiempo!
Gregg Braden
En 1991 los científicos hicieron un descubrimiento, un
avance que realmente abrió una puerta para esta conversación. Descubrieron en
todo corazón humano unas 40.000 células especializadas, configuradas de una
manera que crea una red neural en el corazón. Son como células cerebrales pero
no están en el cerebro, están en el corazón. Y en realidad las llaman “el
pequeño cerebro en el corazón.”
Lo que encontraron los científicos, lo que descubrieron, es que estas células piensan de manera independiente del cerebro craneano: sienten y recuerdan. Y lo que eso quiere decir es que cada experiencia que tenemos, incluso esta ahora mismo, se está registrando en dos lugares. Esta es una buena experiencia, de
modo que no hay problema, la estoy registrando en mi cerebro craneano así como en mi corazón. Pero si estuviera teniendo un trauma, igual se registraría en ambos lugares, y si yo tratara de sanar ese trauma solo pensando en él, o hablando desde mi mente, podría sentirse incompleto. La sanación sería incompleta. Y la razón es que solo me he dirigido a lo que pasó aquí (señala la cabeza), y no a lo que sucedió aquí (señala su corazón). Y lo sabemos intuitivamente.Hice un experimento hace unos años, en cada cultura que
visité, y en cada grupo de edad, le pregunté a los niños pequeños, “¿Dónde
estás ahora mismo? Muéstrame dónde estás.” Y ellos dicen “Estoy aquí, justo
aquí” (se golpea el pecho). O le preguntas a los indígenas, ¿Dónde
vives? dicen “Este es mi hogar” Y casi instintivamente sabemos que el
corazón es la sede de nuestra existencia, es el lugar de nuestro ser, uno no
los ve tocándose la cabeza o un brazo u otra parte.
De modo que hablamos de la inteligencia del corazón, lo
que estamos hablando es de la capacidad de estas neuronas para que nosotros nos
comuniquemos con las neuronas de una manera que sea significativa para esas
neuronas.
Estas neuronas están relacionadas con una sabiduría, con
una inteligencia, que es la correcta para nosotros. La mía es la adecuada para
mí, la tuya es la adecuada para ti. Y cualquier pregunta que le hagas a esta
inteligencia, la responderá de manera que te sirva en ese momento. Nunca te
dirá que hagas algo peligroso, ni algo que lastime a otros.
Te daré un ejemplo perfecto; estuve en Australia
durante el 11 de septiembre. No podía regresar a mi propio país, hasta que se
habilitaran los vuelos. Y cuando se reanudaron yo estaba en Sydney, Australia,
y había un Boeing 747, un avión grande, con menos de 20 personas que viajaban a
Estados Unidos. Y allí estaba el mostrador de pasajes, y estábamos en la puerta
de embarque para subir al avión y la agente dijo: “Hay tan pocas personas que
no vamos a embarcar por filas de embarque, puedes subir a este avión si quieres
ir a América.” Y yo dije, “Bueno, no suenas muy alentadora” y ella dice “No sé
que pasó en ese país, pero este avión va a ir para allá, si quieres ir. No sé
si volverá a suceder eso, no sé si todo terminó, pero si quieres subir al
avión, sube al avión…” Y realmente no me inspiró mucha confianza a mí ni a las
otras personas que estaban allí.
Yo dije: “Sostenga ese pensamiento, espere un minuto.” Y
di vuelta a la esquina. Hay una técnica con la que literalmente puedes tocar tu
corazón así (apoya la mano en el centro del pecho) y cuando tocas tu
corazón, tu percepción conciente siempre irá al lugar donde sientes el toque.
Entonces llevas tu atención a tu centro corazón, así, y haces más lenta tu
respiración, solo unas pocas respiraciones más lentas que lo habitual. Cuando
tu respiración es más lenta, eso le dice a tu cuerpo que estás a salvo, estás
en un lugar seguro. Y cuando estás seguro, te sientes seguro; es como un
interruptor, como un disparador emocional que libera el rejuvenecimiento en una
química sanadora en el cuerpo, porque la química del estrés y de supervivencia
no son necesarios si te sientes a salvo.
Entonces cuando haces más lenta la respiración y te
enfocas en tu corazón, esa será la puerta. Y los chamanes hacen esto todo el
tiempo, los monjes, las monjas, lo ves en ellos todo el tiempo, esa
inteligencia del corazón.
Y le pregunto a mi corazón, “Corazón mío, ¿este vuelo es
seguro para que yo lo tome?” Porque la cabeza, si le preguntas a tu cabeza, que
es tan interesante científicamente, porque el cerebro es un órgano de
polaridad, cerebro izquierdo y cerebro derecho, y siempre habrá un
correcto/equivocado, bien/mal, bueno y malo, éxito y fracaso, Y si le haces una
pregunta a tu cerebro bajo presión, tu cerebro recurrirá a los circuitos de la
lógica y del ego que te impedirán llegar a la respuesta.
Cuando le preguntas a tu corazón, el corazón no es un
órgano de polaridad, de modo que conscientemente te liberas de esos circuitos,
hacia lo que se llama inteligencia del corazón. Y generalmente tu corazón te
responderá; tu corazón te conoce muy bien, ha estado contigo largo tiempo. Tu
corazón te responderá aún antes de que termines la pregunta.
Transcripción y traducción:
M. Cristina Cáffaro
www.traduccionesparaelcamino.blogspot.com.ar
En
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