Los reptiles son las especies animales con el menor desarrollo del cerebro. El suyo, está diseñado para manejar la supervivencia desde un sistema binario: huir o pelear, con muy poco o ningún proceso sentimental. Tiene un papel muy importante en el control de la vida instintiva. Se encarga de autorregular el organismo. En consecuencia, este cerebro no está en capacidad de pensar, ni de sentir; su función es la de actuar, cuando el estado del organismo así lo demanda.
El complejo reptiliano, en los seres
humanos, incluye conductas que se asemejan a los rituales animales como el
anidarse o aparearse. La conducta animal e instintiva está en gran medida
controlada por esta área del cerebro. Se trata de un tipo de conducta
instintiva programada y poderosa y, por lo tanto, es muy resistente al cambio.
Es el impulso por la supervivencia: comer, beber, temperatura corporal, sexo,
territorialidad, necesidad de cobijo, de protección… Es un cerebro funcional,
territorial, responsable de conservar la vida y el que es capaz de cometer las
mayores atrocidades, ya que no mide las consecuencias ni tiene compasión.
De esta forma actúan aquellos a los
que llamamos "reptilianos"
Te resuena?
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