Centro Holística Hayden

Escuela de Autoconocimiento personal y espiritual

Master Reiki Usui - Master Reiki Karuna - Master Reiki Egipcio Seichim - Terapeuta Holística - Facilitadora espiritual - Numeróloga Evolutiva Humanista.

A través de estas herramientas te encuentras con tu verdadero Ser...aqui estamos....esperando darte la mano.........

3 de noviembre de 2025

LUNA LLENA en Tauro — 5 de noviembre de 2025

por cristinalaird

La Luna Llena del 5 de noviembre se forma a 13º Tauro (Luna) – Escorpio (Sol) 22′ y llega bajo un cielo que tiembla en el borde del cambio. “El punto inmóvil entre el deseo y la entrega”
Brilla desde Tauro, signo de la encarnación y la estabilidad, pero se enfrenta al Sol en Escorpio, el signo de la metamorfosis.
El eje mismo pregunta: ¿Qué puede perdurar cuando todo está destinado a transformarse?

En esta lunación, el cielo susurra umbrales: planetas detenidos en los últimos grados de sus signos, conteniendo el aliento antes de cruzar hacia lo desconocido o

retornando a completar una historia.
Venus, regente de esta Luna, se encuentra en 28° de Libra, casi grado anáretico, el último instante de su reinado antes de sumergirse en las aguas profundas de Escorpio.
Neptuno, también al borde, en 29° de Piscis, retrocede hacia sus sueños familiares antes de su gran regreso a Aries en 2026 y completar un ciclo de 165 años.
Urano, mensajero del futuro, en 0° de Géminis, vacila antes de reingresar en Tauro: como si el cosmos mismo dudara entre la memoria y el despertar.

Esta tensión entre signos colorea el clima emocional: finales que aún no terminan, comienzos que todavía no se afirman.

La Gran Cruz — La geometría frágil de la paz

El mapa celeste se teje en torno a una Gran Cruz Cardinal, que vimos en la Luna Nueva en Libra, cuando el Sol y la Luna formaban esta figura de fricción y urgencia y esto no significa negativa.
Esta vez, Júpiter se expande desde Cáncer, Plutón ejerce poder desde los primeros grados de Acuario (el único planeta de la cruz en signo fijo), Venus sostiene el vértice Libriano de la diplomacia, reemplazando el Sol y la Luna que vimos en Octubre, y frente a ella Kirón y Eris en Aries reabren viejas heridas de identidad y exclusión, como venimos viviendo desde hace un tiempo.

No es una cruz fácil, eso es cierto: describe la lucha del mundo entre justicia y autonomía, negociación y rabia. En el espejo colectivo, puede resonar con la fragilidad del reciente Acuerdo de Paz entre Gaza e Israel, un equilibrio alcanzado sobre arenas movedizas y un compromiso que suena a falso sin verdadera intención.
Venus en Libra busca la armonía, pero su Yod con Urano–Sedna y Saturno–Neptuno nos recuerda lo delicado que se vuelve el concepto de paz cuando la verdad y el dolor aún no han sido plenamente reconocidos.

En el plano personal, esta misma tensión se infiltra en las relaciones.
Venus en sus últimos grados de Libra pregunta: ¿Puede el amor sobrevivir al conflicto?
¿Puede la belleza convivir con la verdad?
Esta Luna Llena nos empuja a comprender que el equilibrio no es pasividad, sino un acto de conciencia en movimiento, de compromiso auténtico, sin reservas, siempre comprendiendo que «el otro» también está herido.

Marte, Mercurio y el diálogo como pulso de la inquietud

En el momento de la lunación, Marte acaba de ingresar en Sagitario, encendiendo la voluntad de encontrar la verdad, de actuar, de hablar, de liberarse.
En oposición a Urano–Sedna en la frontera Tauro–Géminis, los impulsos rompen las contenciones: revelaciones, discusiones, claridad repentina.
Mientras tanto, Mercurio camina junto a Marte, con Hermes al borde de su retrogradación:
Mercurio se estaciona retrógrado el 10 de noviembre, regresando a Escorpio para reencontrarse con Marte alrededor del 12, en los 6° de Sagitario.

Este ciclo describe palabras que deben ser rectificadas o repensadas, verdades que emergen de las cenizas de certezas anteriores. Los mensajes pueden ser malinterpretados antes de ser comprendidos, pero ese vaivén es necesario: profundiza la conciencia. La retrogradación se convierte así en un acto de purificación: la mente (Mercurio) aprendiendo humildad ante el instinto (Marte)

En medio de la turbulencia, existen corrientes de gracia y una geometría sanadora.
Juno en Leo forma trígono con Salacia en Aries, un aspecto sutil que nos recuerda que el amor no se reduce a la posesión, ni la unión a la dependencia.
Chariclo, situada en Acuario y en el punto medio del eje de la Luna Llena, aporta la medicina de la presencia compasiva:

“La sanación comienza cuando podemos sostener la herida del otro sin intentar borrarla.”

Así, la promesa de la Luna en Tauro no es la comodidad sin desafío, sino la encarnación a través de la empatía. Nos invita a hallar estabilidad no evitando el cambio, sino reavivando la ternura dentro de él.

En medio de la tensión, el cielo ofrece un flujo estabilizador: un Gran Trígono entre Júpiter, Marte y la conjunción Saturno–Neptuno.
Esta figura actúa como una melodía oculta bajo el ruido: un recordatorio de que incluso en el caos, el sentido persiste. Sugiere que la paz, tanto global como personal, sigue siendo posible cuando la fe (Júpiter) se une a la imaginación disciplinada (Saturno–Neptuno) y a la acción valiente (Marte).
Es un patrón de esperanza a través de la integración y la paciencia.

Símbolo Sabiano de 13º de Tauro, de acuerdo a Dr Marc Edmund Jones

“Un hombre manejando equipaje.”

Este símbolo nos habla del trabajo de la transición, del arte de revisar aquello que hemos cargado con nosotros: el peso ancestral y el sentido de la experiencia.
En esta Luna Llena nos encontramos, como ese viajero, entre dos caminos: una mano en el pasado y la otra en lo que está por comenzar.

El hombre que maneja el equipaje no está oprimido, sino consciente: sabe qué debe llevar consigo y qué puede, por fin, dejar atrás. Es el símbolo de la integración, el momento en que recuerdos, vínculos y responsabilidades se re-acomodan para adaptarse a la nueva etapa.

En Tauro, este símbolo adquiere resonancia física: habla de la encarnación, de reorganizar no solo nuestras pertenencias, sino también nuestro equipaje energético, emociones, apegos, viejos hábitos.
Y bajo el Sol en Escorpio sentimos que parte de ese peso no puede seguir adelante; debe transformarse, convertirse en abono para la conciencia.

Este grado nos invita a convertirnos en guardianes de nuestro propio tránsito:
a manejar lo que cargamos con respeto y a viajar más ligeros, lo que no significa vacíos.
Todos y todas necesitamos herramientas: las que obtenemos de las experiencias de nuestros ancestros que le dan fortaleza y nos enseñaron ternura.

Esta Luna Llena, en su tensión con Escorpio, Venus y Marte, nos recuerda que la estabilidad verdadera no se encuentra en la ausencia de conflicto, sino en la capacidad de transformarlo en conciencia.
La fragilidad de los acuerdos de paz en el mundo refleja también la vulnerabilidad de nuestras propias alianzas afectivas: ambos necesitan de una presencia constante, de una vigilancia amorosa.

Venus, en su Yod con Urano–Sedna y Saturno–Neptuno, nos habla de la vulnerabilidad del amor y de la diplomacia, pero también de su poder para rehacerse una y otra vez.
El amor no es un estado, es una práctica, un verbo.
Y en estos días, el cielo parece decirnos: la belleza se sostiene cuando hay verdad; la verdad florece cuando hay compasión.

Chariclo, desde Acuario, custodia el punto medio entre Sol y Luna: el lugar donde el alma puede ver al otro sin proyectar, sin exigir. Ella susurra que sanar no es borrar el dolor, sino permitir que se integre en una forma más grande de comprensión.

El Gran Trígono entre Júpiter, Marte y Saturno–Neptuno mantiene encendida una fe madura: una espiritualidad que no huye del mundo, sino que trabaja con él.
Quizás ese sea el verdadero propósito de esta Luna: recordarnos que la paz no es la negación del deseo, sino su transmutación; que lo que duele puede transformarse en propósito; y que incluso en medio del ruido, el jardín interior sigue esperándonos, abierto, perfumado, eterno.

Bajo esta Luna Llena en Tauro, el universo parece pedirnos que encontremos la estabilidad dentro del cambio, la ternura dentro del conflicto y el valor dentro del amor.

Tal vez el mensaje más profundo de esta lunación sea simple y poderoso:

La paz comienza donde somos capaces de sostener, sin juicio, lo que en nosotros y en el otro aún busca sanar.

No olvidéis escuchar nuestro último podcast Astrología-Música y Tomate en vuestras plataformas preferidas: YouTube, Apple Podcasts, Google Podcasts, Amazon Music, ivoox, Spotify (aunque esta última nos anula episodios por la música)

Para lecturas privadas conmigo, ya sabéis: https://www.astrologiaarquetipica.com/lecturas-privadas/

No hay comentarios:

Publicar un comentario