Quedan dos meses más de Saturno transitando por aguas de
Escorpio (más visita express en el verano de 2015) y ha sido
mucho lo que hemos hablado de lo dura que está resultando la experiencia.
Hemos estado experimentando lo que es Saturno en
Escorpio desde Octubre de 2012. Vuelve la vista atrás y
dime cómo ha sido tu vida desde entonces… Piensa que el tránsito de Saturno por
Escorpio ha estado marcado por la recepción mutua con Plutón… Oh, ¡Plutón! El
dios del Inframundo. He ahí que esté siendo tan intensa la experiencia… Un
billete de ida en primera clase a las tierras más oscuras (¿o debería decir
al mismísimo infierno?)
Pero hoy me siento jupiteriana
(optimista) y creo que es justo que, al menos por esta vez, hablemos de las
cosas buenas que Saturno en Escorpio ha hecho por nosotros. Ahí va mi listado!
1) SATURNO EN ESCORPIO ACABA CON LAS MÁSCARAS
Información es poder. Ése es uno de los lemas favoritos de Escorpio. Y ahora, queridos,
ya sabemos quiénes están en nuestro equipo y quiénes en el contrario. Es duro,
duele y decepciona… pero es infinitamente mejor que sentirnos en Disneylandia cuando
estamos paseando por Elm Street, ¿no?
Las cartas están sobre la mesa y sabes cómo jugarlas. Se podría decir
que Saturno en Escorpio acabó con cualquier resquicio de ingenuidad que
quedara en nuestras relaciones personales. Y vale, ha sacado a gente de tu
vida… ¡y el gran favor que le debes! Esas personas eran sanguijuelas tóxicas
que te alegras de tener lejos. ¡Si aún no lo has hecho, abre los ojos ya!
2) SATURNO EN ESCORPIO TE HA REVELADO TU ESENCIA
Y es que sólo cuando uno se ve
obligado a enfrentar las más duras circunstancias, se da cuenta de hasta qué
punto es fuerte.
Saturno en Escorpio puede haberte llevado a deshacerte de todo lo accesorio…
Puede incluso haber llegado más allá, asemejándose a la diosa sumeria de
lo oscuro, Ereshkigal, que obligó a su hermana Inanna a
desnudarse y mostrar pleitesía cuando fue a visitarla, para acabar finalmente
sentenciándola a muerte. De hecho, Inanna es colgada en un gancho
para la putrefacción de su cuerpo… pero gracias a la intercesión de dos seres
que Enki, el dios de la Tierra había creado y que se ganan la
simpatía de Ereshkigal, ésta accede a revivir a Inanna.
He resumido mucho la leyenda, pero la historia de Inanna, no
es otra cosa que la narración de un viaje iniciático.
Guarda muchas similitudes con el mito griego del rapto de Perséfone por
parte de Hades (lo podéis leer en
el post sobre Ceres) Y sí, es 100% simbología plutónica: Destruir
para volver a construir, integrar la sombra para volvernos más sabios y
poderosos, despertar en el mundo y perder la ingenuidad, y en definitiva, crecer
y evolucionar, que según la que suscribe es el simple y llano secreto del sentido
de la vida.
Puede que Saturno en Escorpio te haya dejado sin nada,
pero ha conseguido algo muy valioso: Que te encuentres con tu esencia y que
tengas la libertad de decidir qué quieres hacer y a dónde quieres ir empezando
de cero.
3) SATURNO EN ESCORPIO HA SACUDIDO TU ALFOMBRA
Y es que a veces resulta muy tentador esconder toda esa suciedad que nos
incomoda y nos molesta debajo de la alfombra. Se llama negación… o
indiferencia. Como resulta muy incómodo o amedrentador enfrentarnos a lo
podrido, lo que duele o lo que apesta, miramos hacia otro lado y hacemos como
si no pasara nada… Hasta que Saturno llega a Escorpio recoge todos tus
trapos sucios y los airea… Digamos que te obliga a hacer la colada, a
reconocer que tienes asuntos pendientes y solucionarlos. Y vale, al principio
puede ser un marrón de tres pares de narices ponerlo todo en orden, pero anda
que no se siente bien cuando uno ya tiene la alfombra sin polvo y la ropa
limpita y oliendo a Mimosín colocada en el armario.
Saturno en Escorpio ha hecho (o
te ha llevado a hacer) una limpieza intensiva en tu mundo y a estas alturas,
deberías empezar a darte cuenta de que ha sido por tu bien.
Y nada. Estos son los tres principales favores que, a mi juicio, Saturno
en Escorpio nos ha hecho. Por supuesto estoy abierta a leer vuestras
vivencias personales en comentarios. Sólo recordaos que hay una
lección escondida en cada golpe y que hay más sabiduría detrás de cada
decepción. No nos quedemos en el momento y seamos capaces de mirar más allá.
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