El 8 de agosto de 2015 la luz pura del centro de la Vía Láctea entrará con gran ímpetu en la atmósfera de la Tierra, dando a luz otro nivel completo de iluminación tan brillante que hasta los ciegos verán. Tan poderosa es esta vibración solar que –a medida que entra en nuestro campo energético- no tendremos más remedio que dejarla pasar a través de nosotros mientras miramos al Yo a los ojos. Permítanle que los rodee exteriormente mientras mantienen su campo de camuflaje. No pueden hacer que esta energía los obedezca. Ha viajado durante eones de tiempo para entrar en el ámbito de la Tierra en este momento. Los campos electromagnéticos que salen del espacio exterior y del centro galáctico están cambiando la biología mundial. Nuestros genes se reinventan en este bombardeo electromagnético y fotónico que cambia constantemente. Todas las estrellas y las vibraciones estelares que vienen del espacio exterior están aquí para ayudarnos a adoptar una vibración que nunca existió en la Tierra.
El 8.8.8 es una celebración más allá del tiempo que nos escolta al hogar en las Estrellas. Las terminaciones mismas de nuestro ADN se abren para aceptar una nueva conexión con las naciones estelares. El 8 de agosto (8-8) está compuesto por la unión de la materia y la antimateria. Es un lugar donde las polaridades se encuentran y cielo y tierra beben de la copa del otro. Es una celebración más allá del tiempo que nos conduce a casa. La intrepidez necesaria en la próxima etapa de nuestro viaje no es negociable y no es reembolsable.
Todo se ha prestado a sí mismo al Ahora: cada encarnación, cada palabra, cada amor, cada odio. Cada tiempo conocido y desconocido se une a medida que las cadenas temporales del universo se tuercen yendo hacia atrás y hacia adelante en el tiempo. Todo en la Tierra viene de las estrellas. Literalmente, estamos hechos de Polvo de Estrellas. Mientras dejamos atrás las limitaciones de este universo contenido, nos acercamos al centro galáctico y recordamos nuestra herencia estelar. Ustedes son un vórtice viviente, un emisario de lo que la humanidad tiene de bueno.
El 8 de agosto es un portal natural. Nada forzado, nada acicateado. Un recuerdo natural a medida que la línea de distribución del universo hace una pausa para recalibrarse. El 8:8:8 simboliza al ADN humano más uno. Lo que viene a ser aún no se ha despojado de sus capas protectoras. Estos registros velados por el tiempo están contenidos dentro de un código cristalino que reside dentro de cada filamento de ADN del Universo entero.
Gillian MacBeth-Louthan.
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