Centro Holística Hayden

Escuela de Autoconocimiento personal y espiritual

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A través de estas herramientas te encuentras con tu verdadero Ser...aqui estamos....esperando darte la mano.........

26 de julio de 2015

TU CAMPO MENTAL

¿Por qué se nos hace difícil encontrar la divinidad cuando todo lo que nos rodea es divino? Un rayo de sol entra por mi ventana y atravesando un prisma se descompone en los colores del arco iris. Me introduzco en él y siento una felicidad muy interna y a la vez silenciosa. Mi cuerpo apenas esboza una sonrisa. Pero hay una sensación de calidez interna y de aceptación de lo divino. Si pudiera permanecer más tiempo en ese estado, que por ahora sólo es fugaz, creo que vería el rostro de Dios.

La Verdad es tan simple. Las complejidades las añade la mente. Pero la mente también es la que nos lleva a ese punto en la conciencia en donde podemos encontrar la Luz del Alma y fundirnos en ella si somos capaces de entrenarla de manera que se quede quieta para poder trascender su mundo de complejidades y entrar en el mundo del Ser, de la existencia, y desarrollar esa capacidad superior que nos permite percibir la vida, más simple, más llena de luz y de divinidad.


La mente tiene la costumbre de generar opiniones en cada circunstancia que la vida le presenta y se le dificulta percibir la existencia como se desenvuelve graciosamente a pesar de las expectativas y proyecciones propias. Siempre está condicionada por el recuerdo o por las expectativas del futuro y se pierde la gloriosa existencia que sólo se percibe en el momento presente.

Para entrenar la mente a percibir lo divino es recomendable mirar adentro y observar los pensamientos. Esta práctica hace que poco a poco se desarrolle en nosotros un "observador". Cuando el observador no está atento, los pensamientos lo secuestran pero en el momento que se da cuenta vuelve a ser el observador. Persistiendo en ello, como un juego de paciencia y con el tiempo, el observador se hace estable. Entonces puede estabilizar la mente que se hace transparente, como un cristal. La luz del Alma la atraviesa y somos mucho máss genuinos.

Esta práctica se dificulta porque tenemos una sensación de que somos el pensamiento. Pero con esta práctica descubrimos que somos "aquello" que le da vida a la mente.

... Meditando busco la conexión vertical. Siento sobre mi cabeza un techo. Un límite. Me doy cuenta que es mi propio campo mental lleno de imágenes y conceptos. Me digo, tengo mucha información. Y es precisamente lo que me ha permitido llegar hasta aquí. Lo celebro, lo valoro, pero me doy cuenta que tengo que atravesar ese techo. De lo contrario, todo el esfuerzo no habrá valido la pena. Ahora recuerdo... "Entra solo", es el mandato. "No traigas nada". Ahora entiendo. Pero... ¿cómo lo atravieso? Me doy cuenta que tengo que conocer mejor el techo porque debe tener un pasadizo, una grieta, algo que me permita pasar. No me queda otra opción que conocer el techo, cómo está conformado, cuáles son los materiales, qué contiene... Y así fue como empecé a observar los pensamientos.

Antes de llegar ahí tuve que aprender a observar las emociones. Una tarea más fácil porque es una tarea mental. Es simple. Reflexionar sobre tus emociones. Reconocerlas. Pero ahora se trata de los pensamientos. Si fuera reflexionar... pero no, sólo hay que observar. Y para observar hay que salirse y ver de fuera, porque si no, no ves nada. Porque la mente te hace creer que tú eres tus pensamientos y no los ves; y tú eres el que le da la vida, el que usa la mente. Eres mucho más, eres la Conciencia, el Alma.

Es todo un proceso que puede tomar más de una vida.

Pero no te desanimes, el proceso mismo es hermoso. Es muy bueno saber que el contenido del campo mental es diferente para cada ser humano. Ahí están los pensamientos, creencias, percepciones, experiencias, recuerdos y... ¡Todos diferentes!  Cada uno en su mundo mental. El Universo es así. Es la Existencia Una en la diversidad. Y esa diversidad le da la belleza a la Creación. Lo interesante, cuando comienzas a conocer tu campo mental, es que reconoces que cada uno tiene el suyo propio pero en el fondo, como tú, es sólo su campo mental sostenido por su Conciencia. Y la Conciencia es Una. Entonces aprendes que puedes unirte a tus semejantes reconociendo su Alma y respetando la diversidad, esto es, sus creencias, gustos, recuerdos, etc. Porque en la diversidad esta la belleza y el esplendor de la vida.

Observa tu campo mental, observa dónde estás comprometido, cuáles son tus tendencias, conoce tu personalidad para que no se interponga en lo que realmente quieres hacer en tu vida. Y así, poco a poco, irás descubriendo el pasaje secreto, ese que te conecta con tu esencia divina. Poco a poco irás recibiendo destellos de esa luz mayor que empezará a iluminar tu vida marcando nuevos rumbos, nuevas percepciones que le darán un significado diferente a todo lo que te rodea. Nada cambió, solo cambió tu forma de mirar, de percibir y en ese mundo viejo y gastado, descubres un mundo nuevo, de belleza y esplendor. Por un resquicio ha entrado un rayo de luz de tu Alma y todo ha cambiado.

Empieza por observar tus pensamientos sustituyéndolos por pensamientos divinos, de amor y de servicio, que es el amor en acción. Así, poco a poco, vas transformando tu forma de pensar y vas acercándote mas a tu Alma, tu ser divino, el inmortal que eres. Y la vida se transforma y descubres otro mundo, mucho más bello y esplendoroso, y tu conducta, que es guiada por tu forma de pensar, reflejará ese único mandamiento: "Ama Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo"

Y en ese Amor, crecemos todos, ¡siempre unidos, siempre juntos!

Desde mi corazón,

Carmen Santiago

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