por Prem
Rawat
Hace poco, alguien me preguntó cómo ser bondadoso.
Se sentía frustrado con su vida y quería ser “mejor persona”. Le dije: “No
intentes ser mejor persona, porque ya lo eres. La bondad que quieres sentir, ya
la tienes. Pregunta a un agricultor cómo prepara el terreno. No lo hace con
frustración. Cuando te sientes frustrado tienes el anhelo, el deseo, pero no
sabes qué hacer con él. Por lo tanto, prepara el terreno”.
Tú eres el terreno, prepáralo. ¿Cómo? Te harás un experto en aquello que más practiques en tu vida. Quizá seas bueno en sentirte frustrado. Si eso es lo que más practicas, te harás un experto en la materia. Así que, en lugar de eso, empieza a practicar la bondad.
Y para practicarla, sólo tienes que ser un poco más consciente. Si vas a hablarle a alguien, primero piensa: “¿A quién estoy hablando?”. Muchas veces los padres en realidad quieren decirle a sus hijos: “Te quiero”, pero no es eso lo que sale y, en cambio, les dicen: “¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué no puedes ser así? Te he dicho mil veces…”. Sin embargo, lo que verdaderamente quieren decirles es: “Te quiero”.
Ser consciente proporciona muchos beneficios. Lo sé porque cuando no soy consciente, digo cosas que luego lamento. Así que no me estoy dirigiendo a ti como un experto, sino como alguien que tiene mucha experiencia Conciencia. Ésta es tu vida. No dejes que las circunstancias la d
Pero, ¿qué pasa con la “realidad” de todas las cosas que tienes que hacer? Ésa no es la realidad, es ficción. Para mí no hay ninguna diferencia entre pensar en todo lo que tienes que hacer y pensar que en el armario hay un monstruo, como hacías cuando eras pequeño. No hay ningún monstruo en tu armario. ¿Acaso debes hacer ahora todo lo que tienes que hacer? Quizá te levantas a las 6 de la mañana, pero la oficina no abre hasta las 9. Sin embargo, piensas: “Tengo que hacer eso, y aquello y lo de más allá”.
Dedica un momento a ser consciente. Sólo se tarda una fracción de segundo. Si vas pilotando un avión, más te vale no ser inconsciente y apretar el botón equivocado. Pulsar el botón correcto sólo lleva una fracción de segundo. Y si quieres ser consciente, sólo se tarda una fracción de segundo en pensar: “¿Qué es lo que estoy a punto a hacer?”.
La bondad está en ti. No tienes que crearla. En ti hay más bondad y más amor de lo que puedas imaginar.
¿Por qué deberías ser bondadoso? Cuando lo eres, eso hace que tú te sientas bien. Muchos quieren ser amables para que los demás aprueben su conducta. Pero cuando eres amable, tú te sientes bien. Un aliciente muy bueno. Y es muy contagioso.
¿Quieres ser bondadoso? Empieza por serlo contigo mismo. Sí, la gente se enfada y todo lo demás, pero tienes que perdonar y perdonarte a ti mismo. Ahí empieza la bondad. Si no puedes ser bondadoso contigo mismo, serlo con los demás es arbitrario. Todos cometemos errores y seguiremos haciéndolo. Si no los cometiéramos, no podríamos aprender de ellos. Pero tenemos que aprender de ellos y avanzar, cueste lo que cueste. Cometer errores no es ningún problema, siempre y cuando aprendas de ellos.
Así pues, tienes bondad; tienes todo lo que necesitas. Practícalo. Te harás un experto en aquello que practiques. Es muy sencillo, de verdad.
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