La Llama Violeta
La luz violeta pertenece al plano
etérico que precede al plano físico. El violeta es el más próximo a la luz de
esta tierra y forma el puente entre lo visible y el mundo sutil.
Podemos acercarnos a la esfera
invisible mediante la vibración del violeta; nos une al Reino Dévico.
Las cosas de los círculos
superiores se ven a través del plano de color violeta antes de que se
manifiesten en el plano físico. Así, el Plan desciende desde el mundo espiritual
a través de la vibración violeta cósmica. La belleza de la luz violeta es
particularmente evidente en los estados de transición. En la meditación podemos
percibir el color a la entrada del templo interior, mientras se trasciende del
mental al plano Búdico. Podemos percibirla también en el espacio donde la
inhalación se transforma en la exhalación y la exhalación en inhalación. Al
despertarnos y al entrar en el sueño hay momentos en los que podemos experimentar
la luz violeta e ir conscientemente a
través de la transición. El violeta
aparece también en el cielo durante las horas crepusculares, cuando la luz y la
oscuridad se encuentran. Las medias lunas, las lunas llenas y las lunas nuevas,
así como los solsticios y los equinoccios son interludios similares vinculados
con la llama violeta que facilitan la entrada en el mundo sutil.
La tonalidad del rayo violeta es la
fuerza de la vida del planeta que provee energía a nuestro cuerpo. La llama violeta
estabiliza los cuerpos internos; fortalece nuestro escudo protector, provoca
transformaciones mágicas de nuestras energías y puede reorganizar y alinear
nuestro sistema. Si nos orientamos regularmente a la vibración violeta y
meditamos sobre ella, nos volvemos susceptibles a ella. Podemos observar la
llama violeta en la vida cotidiana, invocarla mentalmente y visualizarla en el
centro de nuestro entrecejo.
La calidad básica del rayo violeta,
también llamada el séptimo rayo de orden ceremonial, es el ritmo. El ritmo crea
orden y fortalece nuestra voluntad, incluso sin que lo notemos. Nos da la
capacidad de estructurar nuestra vida y conducirla nosotros mismos. Es por ello
que al séptimo rayo se lo llama Swaraj
que en sánscrito significa "autónomo".
Somos los maestros de nuestra
propia vida. El que puede gobernarse a sí mismo no necesita otro gobernante. El
Maestro del séptimo rayo, llamado Rakoczy
o el Conde St. Germain, nos enseña a construir un
orden interno a través de una vida rítmica para obtener la libertad de las limitaciones
y para liberarnos de la regla externa.
En las etapas iniciales el rayo
violeta nos ayuda a organizar nuestra mente y a anclar una actividad
firmemente. Nos apoya para superar las influencias de la objetividad y para desarrollar
el poder de la contemplación interior. En las etapas avanzadas, el efecto
mágico del rayo violeta se convierte entonces en un medio para fortalecer comunidades
y traer libertad a las naciones.
El Trabajo de St. Germain
Nuestra escritura es un espejo de
nuestros patrones de pensamiento. Con su letra impecable, St.
Germain demostró el control magistral del
ritmo y el orden. Podía escribir con las dos manos al mismo tiempo, y escribió
con ambas manos con la misma velocidad en dos páginas y la primera línea de la
segunda página era la continuación de la última línea de la primera página.
Por varios siglos el Maestro St.
Germain había estado viviendo en Europa.
Varios testigos de la época probaron que su forma física no parecía estar
sujeta a cambios. A principios del siglo XVIII conoció a una mujer noble rica y
a su nieta. El Maestro habló con la niña y le dio algunas cosas.
La niña creció, y cuando la señora
estaba en edad avanzada, un día volvió a encontrarse con St.
Germain de nuevo. Puesto que el maestro se
veía joven, lo tomó por el hijo de la persona a quien había conocido en su
juventud, pero él le dijo que había hablado con ella en aquel momento y que le
había dado ciertas cosas: "Mi
forma física no cambia; Aparecí en esta forma ante tu abuela y ante ti".
Hay maestros que aparecen en
diferentes formas – incluso en varios cuerpos a la vez o incluso en forma de
animales, como un águila o un cisne. El YO
SOY se expresa a través del cuerpo pero
no queda atrapado en él.
En 1675, St.
Germain comenzó el trabajo de manifestar el séptimo rayo para este ciclo. A muchas
personas se les muestra este trabajo y son incluidas. Los templos esotéricos se
están haciendo activos transmitiendo la presencia de la llama violeta a los
buscadores de todas partes; 333 después del comienzo de este trabajo. En el
2008, el Maestro KPK recibió las invocaciones de la Llama Violeta y las publicó
en remembranza de este trabajo oculto. Antes de la revolución francesa, durante
cien años, St. Germain había
advertido a los reyes y a los nobles que caerían si no cambiaban sus vidas,
pero no escucharon. En el momento de la revolución, el Maestro cambió sus ashramas
a América del Norte y del Sur. Los ashramas son etéricos y su actividad es
global; sin embargo, hay varios lugares donde se localizan. En el Sur hay un
ashrama cerca del Aconcagua en los Andes, en el Norte hay un Ashrama en Colorado
Springs.
Todos los movimientos de libertad
en América del Sur y del Norte fueron conducidos por el Maestro St.
Germain.
Muchas personas en estos países
también se sienten atraídas a la francmasonería. Sin embargo, un desarrollo no puede
ser independiente de sus raíces, y por tanto es importante entender la conexión
a la Jerarquía y la energía de Shamballa.
Todo es Un Trabajo.
El Templo Interior
En todas partes del mundo hay
templos del Maestro en el que sus discípulos trabajan rítmicamente en
conformidad con el séptimo rayo para el bienestar de la humanidad.
Todos los viernes, el Maestro da su
presencia en la noche a los grupos que se reúnen y siguen el código de conducta
dada por él. Él les enseña a conectarse con la energía de la llama violeta a
través de una vida rítmica y de las actividades de buena voluntad para acceder
al mundo sutil. Una característica esencial de esta obra de buena voluntad es
que se hace en silencio. Construye el templo interior y así acumula energía en
el entorno.
Este trabajo del templo también se
llama Francmasonería. La masonería moderna, sin embargo, es una reflexión
distorsionada de este trabajo interno, al igual que la personalidad es una
reflexión distorsionada del alma. El Maestro EK observó que la ciencia de la
masonería en su sentido más puro es llamada también "Magia
Ceremonial". El
aspecto original de esta ciencia de rituales se inaugurará una vez más en los templos,
en algún momento a mediados del siglo XXI junto con los verdaderos secretos de
la alquimia.
El Maestro del 7mo Rayo
En el tiempo del Señor Krishna, el
último Maestro del séptimo rayo fue Lokayata, el mago mencionado en el libro "La
música del alma". Él
era un tántrico y un gnóstico que usó sus poderes para la magia negra y dirigió
un ashrama de magia negra. Maitreya intentó luchar contra la logia negra y ésta
a su vez trató de destruir a Krishna. El Maestro de la logia negra invocó al
Señor Krishna para matarlo con su magia, pero en lugar de poder utilizar su
magia negra, Krishna lo transformó a través de la música del alma en un gran
Maestro porque Lokayata lleva las capacidades en sí mismo. De esta manera Krishna
dio el ashrama del séptimo rayo al
mundo. Él le mostró a Maitreya que no hay nada indeseable para la divinidad y
que la gracia de la presencia divina puede transformar cualquier cosa.
El Maestro KPK explicó que el
Maestro del séptimo rayo renació luego como José el carpintero, el padre de
Jesús y vivió simultáneamente en otro cuerpo en Nepal como Maharishi Kratu, donde
incluyó a Jesús durante algún tiempo en su ashrama para entrenamiento. Sri
Kumar señaló además que St. Germain está conectado con el Maestro Júpiter, quien es conocido
en las escrituras orientales como Agastya. El conocimiento del sonido y la magia
de Agastya es no tiene precedentes en la creación, y el maestro St. Germain
está entre sus estudiantes. Sus grupos y los de otros maestros como los del
Maestro DK se orientan cada vez más el ashrama del Maestro Júpiter para aprender el conocimiento más
profundo del sonido, los símbolos y los rituales, así como la astrología.
La clave para entrar en la
presencia de un gran Maestro es invocar y sentir su presencia. En realidad, el
Maestro está siempre con nosotros. De cualquier manera que pensemos en él, nos
exponemos a su presencia, y él nos eleva y nos magnetiza. De esta forma
encontramos también aquí al maestro St. Germain cuando nos conectamos a la luz
en el corazón y construimos un puente a Buddhi.
Así podemos experimentar no sólo la presencia de un maestro sino de muchos
maestros. El ascenso tiene que ocurrir desde adentro de nosotros mismos. La
seidad causa esta elevación. La preparación para esto es organizar nuestra vida
de manera rítmica y transformarla en un ritual. Ese ritual saca energías
normalmente latentes en nosotros. De esta manera el trabajo con el séptimo rayo
conduce a sorprendentes resultados mágicos.
Fuentes: K.P. Kumar:
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