por Prem Rawat
Espero que lo que voy a decir pueda ayudarte en
este viaje de la vida. Si eso pudiera simplificarla aunque sólo fuera un
poco, me haría muy feliz. Hablo de algo muy sencillo: tu vida, tu existencia,
el regalo del aliento que entra en ti, que se va y vuelve a venir. El hecho de
que estás vivo es muy simple.
¿Cómo se volvió tan complicado? A pesar de que puedo decir que es sencillo, y de hecho lo es, ¿por qué razón uno no lo siente así, y parece tan complicado? Están todas las cosas que has oído, en las que piensas, todas esas cosas que esperas o que no esperas.
¿Cómo se vuelve todo tan complicado? Fíjate en lo sencillo que es en realidad. El aliento viene. Te levantas por la mañana y ves que estás vivo. No es como si tuvieras que meter monedas: “Déjame vivir, tengo el dinero”. Te encuentras con que estás despierto. Luego empiezas a pensar en todo lo que tiene
Simplifícalo. Existe, acepta, comprende este momento ahora. Lo que va a
suceder, lo que no va a suceder… simplemente tómalo momento a momento. Comienza
por lo básico de quién eres.
Mira a tu alrededor. ¿Te
das cuenta de que en un radio de años luz no hay ningún otro planeta como la
Tierra? Hay planetas llenos de polvo, demasiado calientes, demasiado fríos,
demasiado lejanos, demasiado extraños, demasiado violentos. Éste en el que tú vives
es magnífico. Brilla con un tono azul, tiene preciosas nubes y relámpagos que
se pueden ver desde el espacio exterior.
¿Puedes ignorar y no estar agradecido incluso por un minuto, por un día de tu existencia en este hermoso planeta?, ¿por ser quien eres? Estás vivo en esta maravillosa Tierra. Ve lo bueno que hay en ti; reconoce lo bueno que hay en los demás. Resulta que tú y yo estamos vivos. La gente dice: “¡Qué va! Tengo este problema, y ese otro”. Somos devotos de nuestros problemas. En eso es en lo que pensamos.
Estamos en esta magnífica Tierra, que tiene unas tecnologías que no te puedes imaginar: el vapor se eleva desde el océano salado, el viento sopla arrastrándolo hacia la tierra, y luego cae en forma de agua fresca y pura. Un planeta tan increíble que sólo necesitas un puñado de semillas y un poco de agua, y te dará de comer. Cuidará de ti.
Aquí, a la distancia perfecta del Sol hay una luz preciosa para la noche, y se llama la Luna; la brisa, el océano, los pájaros, la fauna y la flora… la divinidad bailando en el viento. Belleza. No viene de ningún lugar. El espectáculo de los espectáculos. Y no puedo evitar sentir gratitud por el hecho de que yo exista en este momento. No me preguntes a quién le estoy agradecido. La gratitud brota; es una carta que no necesita dirección. De dónde viene esa carta y a quién va dirigida es un asunto del corazón. Pero es mi carta para expresar mi gratitud cada día. Hemos olvidado lo que significa la oportunidad de estar vivo, tener el privilegio de poder tomar este aliento.
Mucha gente dice: “Eso es demasiado sencillo. Háblame de algo en lo que mi cerebro pueda hurgar”. No quiero. Tu mente ya ha causado suficiente daño en tu propia vida. Te has olvidado de lo que buscabas. Miras, y todos los días esperas. De repente, todo se desploma. Eso es lo que está pasando ahora mismo. Optimismo y pánico total. Fracasar y no aceptar el fracaso. Codicia. Ésa es la causa de las crisis económicas. Mientras haya codicia, seguirá habiendo crisis una y otra vez.
Cuando reconozcas este aliento, tu corazón se llenará de gratitud y, cuando eso ocurra, tendrás éxito. Ése es el verdadero éxito. Sin dudas, sin miedo. Sólo claridad, sencillez, comprensión. Quiero disfrutar de cada día que tengo, de todos los días que pueda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario