por Sarah Varcas
En el momento de la retrogradación de este Mercurio (3:46 pm UT del 30 de Enero), Lilith está en conjunción con Eris, por lo que no da golpes ni hace prisioneros. Tampoco quiere permanecer cautivo, porque promete la liberación de las cadenas de nuestros propios engaños. No hace referencia a estafas complejas, sino a las vueltas y giros cotidianos que damos para evitar encontrarnos cara a cara con quienes somos realmente. La Luna aislada en Virgo señala la necesidad de un discernimiento cuidadoso a la hora de auto evaluarnos y definirnos. La identidad es algo delicado: puede facilitar nuestro viaje por este mundo o puede ser un catalizador de conflicto y división. Necesitamos mucha habilidad para manejar sus bordes afilados con sabiduría y gracia.
No somos nuestras etiquetas
Cuanto más invertimos emocionalmente en la persona que
creemos ser, más nos costará abrazar las partes de nosotros que no encajen con
esa imagen. Si nos vemos compasivos, podemos ignorar nuestro desinterés por el
dolor de otra persona. Si nos consideramos personas espirituales, podemos dejar
de lado nuestras características humanas más mundanas o más sencillas. Si nos
percibimos singularmente diferentes, tal vez nos sea difícil reconocer lo
que tenemos en común con los demás. Este Mercurio nos invita a examinar las
etiquetas que elegimos para nosotros y por qué significan tanto. Ya sean
espirituales, políticas, religiosas o de otro tipo, todos las tenemos. Pueden
ser útiles para expresar determinadas lealtades en un mundo complejo. Pero si
están investidas de una importancia considerable, también pueden convertirse en
las mismas cadenas que nos roban la libertad.
Durante estas tres semanas podemos librarnos de las
etiquetas y ver cómo nos sentimos. ¿Cómo es desvanecerse en un segundo plano,
ser invisibles? ¿Qué se siente al dejar de lado nuestro nombre, nuestro pasado,
para renunciar a las historias que nos contamos sobre qué y quiénes somos?
¿Significa que ya no somos nadie? ¿Y esto quita sentido a nuestra vida? ¿O
descubrimos una verdad más profunda y permanente sobre quiénes somos realmente?
Esta experiencia de un yo más profundo, al que no
llegan las flechas de la vida cotidiana, es crucial ahora que nos acercamos a
la primera de las tres cuadraturas de Saturno con Urano de este año (el 17 de
Febrero). El futuro pende de un hilo y hay que tomar decisiones. ¿Mantenemos el
status quo o sentamos las bases de una nueva forma de ser? ¿Elegimos el amor
por encima del miedo o el miedo por encima del amor? ¿Abrazamos lo desconocido
o huimos de sus garras, sin importar cuán sofocante se haya vuelto lo conocido?
¿Ponemos en práctica lo que decimos o eludimos la responsabilidad que conlleva
estar vivo en estos tiempos extraordinarios?
La mayoría de las personas quedaron traumatizadas
hasta cierto punto el año pasado. El shock colectivo ha sido más que palpable y
ha reverberado a través del campo unificado que nos conecta a todos. Miedo,
desesperación, frustración, dolor, ira… Hemos sentido todas estas emociones
mientras navegábamos por circunstancias que nunca habíamos vivido antes. Tales
circunstancias polarizan a la gente. Corremos a refugiarnos o nos quedamos
congelados, como un conejo ante los faros de un coche. Cada día la vida da un
vuelco, las expectativas son arrojadas al viento, los planes se echan a perder.
Buscamos un terreno seguro que compartir con los demás y sospechamos de quienes
eligen una roca diferente. Nacen las identidades, de las que surge el conflicto.
Sobreviene la división, que nos debilita a todos.
Revelando el YO SOY
Nos encontramos en un punto crítico. Lo que suceda
este año determinará cómo se desarrollará esta década. Estamos construyendo
juntos las bases de nuestro futuro. Pero para hacerlo bien, primero debemos
conocer nuestra esencia. No quiénes creemos o elegimos ser, sino quiénes somos
bajo esa superficie: el Ser que sabe que todas las cosas son una sola, para
quien la identidad es una simple distracción. Este tránsito de Mercurio retrógrado
destruye el "Yo soy esto, aquello o lo otro" para revelar el YO SOY
que, sin alboroto ni fanfarria, descansa bajo la superficie de todo. Desde este
lugar podemos tomar decisiones prudentes y discernir la acción más sabia. Nos
anima a soltar nuestras identidades más queridas, aunque sea por un momento,
para convertirnos en lo que hay debajo de ellas.
Cuanta más energía invirtamos en la noción de
"Soy este tipo de persona que vive este tipo de vida", más
tropezaremos con esa identidad en las próximas semanas. No porque no seamos
quienes creemos, sino porque somos mucho más de lo que cualquier etiqueta nos
permite ser. El radiante corazón universal no aumenta ni disminuye por la
identidad del ego. No se puede definir en términos que satisfagan la mente, por
lo que permanece fuera de nuestra conciencia… mientras perpetuamos identidades
que sí lo hacen. Pero con Mercurio retrógrado en Acuario podemos renunciar a la
necesidad de ser alguien y bañarnos en el campo sagrado que nos conecta a
todos. Cuando más adelante la vida nos exija retomar nuestra identidad, como
inevitablemente sucederá, podremos hacerlo con menos inversión emocional, con
menos esfuerzo energético, menos insistencia. Sabremos que toda
autopercepción es un pálido reflejo de la inmensidad de nuestra esencia. Desde
este lugar más fresco surge la claridad, fluye la sabiduría. No hay nada que no
podamos saber.
Es hora de desconectar
Si últimamente te has sentido agotado o desbordado, es
un buen momento para desconectar de todo y volver a lo básico. En esta era
tecnológica en la que basta con presionar una tecla o deslizar una pantalla,
hay un exceso de información y de insidiosa adicción a las pantallas. Utiliza
estas tres semanas para discernir cuánta tecnología necesitas realmente y dónde
trazar la línea. El hecho de que cada vez nos veamos más forzados a ingresar en
un espacio en línea para cualquier actividad, no significa que debamos hacerlo.
Podemos mirar por la ventana, leer un buen libro antiguo, escribir una carta
con bolígrafo y papel, dibujar, cantar, rezar, bailar, caminar, correr, hacer
yoga, tai chi, kárate.
Mercurio retrógrado en Acuario nos trae de vuelta a
nosotros mismos, para descubrir qué y quiénes somos realmente, sin importar lo
que el mundo diga que deberíamos ser. Fíjate en quién llama tu atención en
estos días. ¿Cómo respondes emocional y físicamente a los eventos en línea?
¿Tus interacciones te aportan paz, sabiduría y claridad? ¿O desencadenan
emociones dolorosas, reacciones de estrés… o esa obsesiva y seductora
compulsión de participar en algo que te aleja de la paz por un conflicto de
opiniones?
Así es como cambiamos el mundo
Si damos un paso atrás, nos examinamos y reflexionamos
de esta manera, podremos ser más claros y sabios cuando este Mercurio
retrógrado haya terminado. Nos habremos arraigado en el Ser ilimitado del que
fluyen la verdad y la autenticidad. Podemos seguir manteniendo nuestras
opiniones y diciendo lo que pensamos, honrando nuestro conocimiento interno y
nuestros compromisos externos. Pero podemos hacerlo desde un lugar de claridad,
más allá del "pequeño yo" y viendo el campo unificado que nos conecta
a todos. Conocer en profundidad este campo ahora es vital, porque la dinámica
de este año (aunque muy creativa), es potencialmente desafiante. Hay mucho en
juego y refugiarnos en facciones de opinión enfrentadas no va a ayudarnos. Pero
una comunidad global de personas que se basen en la verdad, en la sabiduría
eterna y que honren el campo unificado del que todos surgimos…¡Imagina cómo eso
podría cambiar el mundo!
Sarah Varcas
http://astro-awakenings.co.uk/
26 de Enero 2021
Todas las fechas son UT
Traducción: Rosa García
Difusión: El Manantial del Caduceo en la Era del Ahora
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
https://www.facebook.com/ManantialCaduceo
Por el Canal "Despertando Conciencia"
de TELEGRAM: https://t.me/joinchat/UBJK3YvzA2iGn37s
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