Cada una de las diferentes frecuencias de nuestro cuerpo físico cumplen una función diferente para el cuerpo físico. Por ejemplo, nuestra luz tridimensional representa todas las actividades neurológicas que mantienen nuestro cuerpo físico vivo en la tercera dimensión. Muchos humanos solo son conscientes de su cuerpo tridimensional. Por lo tanto, aún no son conscientes de las frecuencias más altas de luz interior que viven dentro de sus cuerpos. Cuando uno está pasando por un mal momento, se siente triste o victimizado, su cuerpo sólo puede "encender" las frecuencias más bajas de la Luz del cuerpo. Lo mismo sucede con el ADN. El yo físico (como el ADN) resuena con una frecuencia de luz que es mucho más baja que la frecuencia de luz que existe dentro de nuestro yo 4D, y especialmente diferente de la luz en nuestro yo 5D. Es sólo nuestro YO SUPERIOR quien es capaz de ser plenamente consciente de nuestra capacidad de interactuar con el "conocimiento" y el ADN oculto) de las frecuencias superiores de nuestro yo físico.
Fuente: Escuela Claridad
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