Descripción numérica a través de la Descomposición del año 2021- 2 parte

 En su conjunto ¿Qué nos dice el numero 20?

                En su generalidad con el 20 hay que tomar muchas decisiones. Tenemos que aprender a juzgar basándonos en la razón, no en las apariencias. Cuando examinemos o clasifiquemos a la gente, fijémonos en sus obras, no en su reputación. Las aparien­cias externas pueden decepcionar. Por lo tanto, debemos ejercitar la atención antes de formular un juicio definitivo. A las personas les gusta controlar a la gente dentro de su círculo de influencia y prefieren dirigir las cosas hacia los fines que considera valiosos. Tal posición necesita hacer elecciones. En consecuencia, se interrogan constantemente. ¿Debo hacer esto o lo otro? ¿Me conviene tomar este camino? ¿Me decidiré por lo nuevo o persistiré en lo antiguo? De manera muy profundo, tomamos siempre en cuenta los opuestos, por lo que nos enfrenta a una necesidad continua de elegir. De ahí se deriva una vida de adaptación y renovación. Los nuevos planes, los nuevos propósitos y las nuevas ambiciones presentan un guion continuado, que exige actos decisivos. Este proceso cíclico da lugar a una personalidad humana despierta, ya que el momento de juzgar coincide con el momento de conocer. No tomamos una decisión hasta que ha pasado y medido todos los datos, llegando a un conocimiento perfecto de la situación. A través de la acción decisiva, nos desarrollamos y superamos las dificultades de la vida. Dejemos que la conciencia nos guie.

               El 20 posee el poder de hacer o deshacer, de salvar o destruir, renueva sin cesar la vida gracias al gran número de decisiones que debe tomar, incrementando la realización y el conocimiento de las adaptaciones perpetuas que requiere la vida.

               Este año encierra momentos cruciales, decisio­nes, conocimiento, adaptabilidad, reconstrucción. Acontecimientos repenti­nos nos obligarán a tomar una decisión que puede constituir un momento crucial en nuestras vidas. Un cambio de lugar, un nuevo trabajo o relaciones recientes exigen nuevos pensamientos, sentimientos y acciones.Mostrémonos capaces de ver las alternativas, los pros y los contras. De este modo aprenderemos mucho sobre nosotros mismo y sobre la capacidad de adaptación. Si pesamos y medimos con exactitud la situación actual, o cualquier situación que se nos presente durante este año, formularemos un plan provechoso para ponerlo en prác­tica más adelante.

               A menos que actuemos de manera decisiva para poner nuestras ideas en práctica, la influencia del número 20 nos hará sentirnos inquietos e incómodos. No perma­nezcamos ocioso y no perdamos el tiempo. Es un periodo de crecimiento, en el que germinan futuras realizaciones. Captemos, asimilemos y creemos formas a partir de las energías que operan en este momento. Se trata de una época excelente para la planificación. Lleguemos a conclusiones razonadas, y la fuerza cíclica hará que se cumplan pronto los planes.

               No hay que resistirse a la necesidad de cambio. Mostrémonos adaptables, recurramos al sentido común y busquemos la conclusión lógica. De este modo cumpliremos los requerimientos de este periodo.

 En caso de un 20 negativo, temeremos a la muerte y al cambio de los hábitos con que estamos familiarizados. Aprendamos a controlar las emociones. La debilidad da origen a una mala salud, a la desilusión, la pérdida de bienes materiales y la separación de aquellos a quienes ama.

En el Tarot es la carta del Juicio. A los antiguos iniciados se les llamaba serpientes y, cuando queremos reclamar silencio, emitimos el sonido de la letra correspondiente a esta clave: sh. Esto indica el silencio de la prudencia. «Sed prudentes como serpientes» (Mateo 10.16).
               La sabiduría, equivalente al silencio guardado, invalida las formas del mundo exterior y revela la naturaleza oculta de las cosas, de manera que se absorba la esencia espiritual.
               La analogía reside en que la sabiduría actúa como un ácido que corroe de inmediato todo lo falso. Por consiguiente, la palabra clave de esta carta es realización.   Astrológicamente, está regida por Vulcano. Cuando hemos conquistado la realización de las cosas espirituales, nuestra concien­cia personal se encuentra preparada para armonizarse con la conciencia universal. Entonces conseguimos la unión con Dios y la unidad con toda la humanidad. Este estadio de la conciencia se inicia con una comprensión mental del mundo real, con lo cual nuestra actitud se opone a la de la mayoría de la gente, puesto que nos identificamos con la Única Realidad. La verdadera voluntad domina nuestra mente subconsciente.
               Nuestro día del juicio coincide con el día en que hemos logrado la facultad de distinguir lo verdadero de lo falso. El ángel Gabriel llama a aquellos que están preparados para oír la verdad, que les hará libres y les infundirá una nueva vida. Los ataúdes de piedra, el cuerpo humano, surgen de las profundida­des. Mientras se hallan cerrados, son de color negro, a causa de la falta de luz, es decir, de la verdad. De ellos surgen los tres estadios de la conciencia: el hombre o la mente consciente, la mujer o la mente subconsciente, y el niño o la mente supraconsciente. En versiones más antiguas del Tarot. sus brazos señalan la palabra lux. luz. Acaban de entrar en la iluminación.
 
En Astrología, según la mitología, Vulcano fue arrojado del cielo. Se convirtió enton­ces en el guardián del fuego, vigilando las fraguas del cielo y la tierra. También se le conocía como el patrono de los artesanos. A pesar de la cojera resultante de su caída, se desplazaba con frecuencia entre el ciclo y la tierra.
               La analogía del mito representa la caída de nuestro espíritu en la forma, regida por Saturno. El cuerpo físico estorba la libertad del espíritu. Hay que vigilar la fuerza vital ígnea, a fin de mantener abierta la comunicación entre el cuerpo y el espíritu.
               Vulcano fue el servidor y mantenedor perfecto de la salud. Los artesanos dependen también de Virgo.
En el 20. el poder de Dios. 0, actúa a través de Vulcano, 2, para aportar la unión de lo que en la forma física aparece como dos partes separadas, el espíritu y la materia.

 Por Gala Shendrix

Luna de Sirio, Tejedora de Luz Aroíris