La Cueva de la
Creación y la Chamana
Saludos, queridas damas, Yo Soy Kryon del Servicio
Magnético.
Mi socio se aleja. Todas conocen el tema para hoy. Realmente tiene múltiples capas. Es para todos, no solo para una chamana. Pero específicamente es para ustedes. Estamos asumiendo que las damas que están mirando esto, todas tienen algo que les está faltando y entonces están aquí para encontrarlo. Y no están solas, porque la humanidad en general está echando de menos algo. Lo que echan de menos es una percepción de su magnificencia que para ellos no es intuitiva.
Pero a aquellas que están mirando esto, déjenme decirles,
tienen algo que es tal vez diferente. Hay una percepción conciente de que algo
hay; algo más. Las trae a un lugar donde quieren la educación; quieren más del
conocimiento central; tal vez incluso les gustaría captar algo de la energía
original – la original – que ustedes tuvieron.
Ahora bien, la energía original va mucho, mucho más
pronto que incluso Lemuria. Parte de la lección de hoy, parte de lo que se
enseña, ha sido lo que ocupa lo que yo llamaría la Cueva de la
Creación. Una energía aún anterior a lo que es la Tierra según
ustedes la conocen hoy, porque la Cueva de la Creación fue una de las primeras
cosas que se podría decir que fue instalada aquí. Y no fue un lugar que provino
de sus Madres de las Estrellas; fue una colocación básicamente de la Fuente
Creadora. Parte del sistema de que ustedes vienen y se van, su venida y su
partida.
Si ustedes vienen conmigo a la Cueva de la Creación por
un momento, quiero mostrarles algunas cosas que tal vez no entiendan ni
conozcan. Nunca les hemos contado que en la Cueva de la Creación podría haber
un sistema. Solo les contamos que era un lugar donde ustedes contenían lo que
era la porción cristalina de su alma, e incluso esto no es correcto.
La Cueva de la Creación es un lugar multidimensional, si
desean llamarla así, que es real en este planeta. Podrían llamarla la cámara de
compensación (N.T. clearing house, en inglés) de las almas que vienen y
se van. Les contamos que cada alma, cada uno de ustedes, los miles de millones
aquí, y los que vendrán, y los que morirán, están todos representados por lo
cristalino en la Cueva de la Creación, tal vez un cristal para cada alma. Al
menos eso sería la percepción lineal, de modo que conservemos eso por un
momento. Todo es una metáfora, queridos, porque lo cristalino es una metáfora
de aquello que contiene la energía y la memoria, explica cómo se contiene allí
el akash, incluso después que ustedes dejan el planeta y cuando regresan y
recuperan su cristal y continúan. De modo que ustedes podrían decir, “Aun cuando
mi alma dejó este planeta y fui a otro lugar y regresé” ustedes recogen ese
cristal porque contiene en él todos los recuerdos de ustedes, de las vidas
pasadas, de Lemuria, de todas estas cosas, y luego ustedes continúan.
¿Alguna vez se preguntaron si en la Cueva de la Creación
pasa algo más? ¿Piensan que todos esos cristales metafóricos y toda esa energía
de miles de millones simplemente están allí en la oscuridad sin hacer
nada? Esta es información nueva. Necesitan oír esto. En la Cueva de
la Creación hay un sistema. Porque todas esas almas multidimensionales
cristalinas, si quieren decirlo así, ya sea que ustedes estén activos en este
planeta o no, se intercomunican unas con otras. Creo que esta es la cosa más
difícil que alguna vez les tenga que decir: que ustedes podrían no estar en
este planeta, y estar en algún otro lugar, mientras su cristal todavía está
activado en la Cueva de la Creación y todavía está intercomunicándose con los
otros cristales; ustedes están allí.
¿Les interesaría saber que incluso puede haber una sesión
de planeamiento allí? La hay. No todo está del otro lado del velo, como ustedes
piensan que es el otro lado del velo; algo de ello está allí. Tiene que estar.
Tiene que estar. ¿Cómo piensas que en este momento, como mujer, fuera ciertamente
planeado que serías mujer como lo fuiste en Lemuria y lo eres hoy? Y te he
dicho esto repetidas veces en estas sesiones que no es por accidente que te
encuentras en este género hoy en día, chamana. Y si no fue por accidente,
entonces tuvo que haber intención, y tuvo que haber un plan. Y todo eso se hizo
en la Cueva de la Creación, donde en algún nivel ustedes clasifican quién es
quién y qué es qué. Y parte de la selección de género sería esta: si ustedes
pasaban ese marcador del 2012, y vivían sus vidas normalmente, vendría un
tiempo en esta energía, en que ciertamente regresan como mujeres, sim importar
en qué genero estuvieron antes, con objeto de empezar a recordar la información
central del chamanismo femenino. En otras palabras, había mucho ocurriendo.
Se les ha dicho que pueden extraer del akash, y eso
siempre fue parte de las lecciones, pero hay más. Entender que en esa Cueva de
la Creación, si pudieran ir allí conmigo por un momento, eso zumba con la
energía del planeamiento, del saber, del ser. Y me gustaría decirles algo: que
si pudieran asignar una vibración a la Cueva de la Creación, desde el 2012
realmente ha estado zumbando. Porque hay algunos que están planeando en venir a
este planeta, que nunca han estado aquí, y hay algunos que están planeando
regresar y que no han estado aquí por mucho tiempo, que traerán información,
maestría, invenciones, que nunca jamás hubieran estado planeando en venir a
este planeta si ustedes no hubieran pasado el marcador. Algunas de ustedes que
están escuchando son parte de ese entorno. Creo que lo saben.
Pero vienen a esta cultura en particular, en esta época
especial, en esta energía especial, esta vibración, y tienen que ir a ese lugar
otra vez para tratar de clasificar no solo quiénes son ustedes, sino qué está
escondiéndose. Y lo que está oculto, queridas damas, es la maestría y la
majestad de lo que ustedes saben.
Esta es la invitación: ir allí y extraer de esa Cueva de
la Creación no solo su propio cristal, no solo su propio akash, sino todos a su
alrededor que también están escuchando esto. Una hermandad femenina que sabe
que son hermanas.
Estos son tiempos interesantes para todos ustedes.
Y así es.
Kryon
Transcripción y traducción: M.
Cristina Cáffaro
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