¿Cómo sabes qué es el “éxito”? ¿Puedes ver en su totalidad las causas y los efectos de tu ser, y de tus actos, y de tus palabras? Por lo tanto, ¿cómo puedes saber qué es el éxito y cómo puedes ni siquiera imaginar qué es el fracaso? ¿Qué es el “fracaso” sino una causa y un efecto? Aquello a lo que denominamos fracaso es sencillamente una causa y su efecto, simplemente el proceso es causa y efecto en acción. Es sensato imaginar que esas dinámicas que nosotros reconocemos como “fracaso” y “éxito” no existen en realidad, porque de hecho no existen si nos situamos en el terreno de la verdad, sino solamente si nos situamos en una posición de juicio.
¿Cómo puedes decir en el terreno
de la ilusión lo que tiene valor y lo que no?
Juzgamos como “imperfecto”
aquello que no está siendo perfeccionado, pero, mira alrededor tuyo. ¿Puedes
ver la perfección realizada en cada uno de los seres humanos si no es en que,
en su propio proceso, son perfectos y valiosos? Es el proceso lo que es
perfecto y valioso en cada instante, y en que tú completes totalmente la tarea.
¿Cómo es posible saber qué
es lo que debemos perseguir con la ilusión y qué no? Pregúntate cuál es la
diferencia entre tus necesidades esenciales y aquellas otras que tú mismo te
creas, o, quizá, mejor deberíamos llamarlas necesidades artificiales. ¿Cuáles
son tus verdaderas necesidades y cuáles aquellas que te has creado por razones
diferentes, por ejemplo, con la finalidad de controlar o de manejar a otros o
para convertirte en centro de atención? Distínguelas en tu interior.
Obsérvate con profundidad y
franqueza suficientes para reconocer qué constituye una necesidad legítima en
tanto que ser humano, y aquella otra parte de ti mismo que ha creado otro tipo
de necesidades por razones diferentes como, por ejemplo, la de conseguir
publicidad exterior, o prestigio, o para llega a alcanzar la categoría de
personalidad. Aprende a identificarlas y, a continuación, decide con cuáles
deseas vivir.
Fuente: Escuela Claridad
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