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18 de julio de 2021

El cuerpo es una expresión de la conciencia en el espacio-tiempo"

De un Diálogo con Jean Klein Extracto de: la sencillez de ser

Usted dijo hace unos días que primero se conoce el silencio objetivado y más tarde se llega al silencio real, que no está en la relación sujeto-objeto. ¿Cómo se va más allá del silencio objetivado?

Con la expresión "silencio objetivado", ¿te refieres a una ausencia de pensamiento, a lo que llamamos un "estado en blanco"? Sí, una ausencia de pensamiento es todavía un objeto, pero tú, como sujeto último, eres el conocedor de la ausencia de pensamiento. Así pues, lo que tú preguntas es cómo ir más allá de cualquier relación sujeto-objeto, cómo llegar a la ausencia de la ausencia.

Supongamos que eres consciente de una particular sensación del cuerpo. Sientes que tu cuerpo está caliente o frío o sientes un cierto estado emocional. Desde el momento en que eres consciente de una percepción, estás automáticamente fuera de ella, es decir, que no hay ya ninguna implicación o identificación con lo percibido. En esta actitud de no-implicación o "dejar ser", puedes llegar a ser consciente del silencio. Pero este "estado en blanco", esta ausencia de pensamiento, es todavía un objeto del que eres consciente.

Por eso puede surgir la pregunta: "¿A quién está referido este estado en blanco?" Cuando esta pregunta surge, hay una detención y se da un salto espontáneo de hacer hincapié en el estado en blanco, en el objeto, a hacer hincapié en el que lo percibe, en el sujeto. Y como el que percibe se encuentra desprovisto de imagen, como el que percibe no puede ser percibido, no encuentras nada a lo que puedas referirlo. Estás totalmente abierto, abierto a una respuesta. Estás ahora en el umbral del ser.

El acento está puesto ahora en la conciencia misma y el objeto, el estado en blanco, desaparece en la conciencia. No hay ya un sujeto, un observador, ni un objeto, el estado observado.

Para que esto suceda, debe haber una observación no cualificada, una observación libre de toda reacción. Hasta ahora, tú conoces sólo la observación de algo. Pero puedes llegar a vivir una observación en la que nada sea observado. Entonces, lo que llamamos el observador pierde sus atributos como tal y es puro ser.

Estamos acostumbrados a mantener la relación sujeto-objeto, observador-cosa observada. Pero debemos aceptar la posibilidad de que puede haber observación sin objeto observado, de que existe una atención silenciosa sin ninguna percepción. Puedes llegar inicialmente a este punto por medio de la meditación.

En la meditación, eres primero consciente de algo, de tus pensamientos, de tus emociones o de tu cuerpo. Puedes observar que no estás realmente en contacto con tu cuerpo, que, en lugar de ello, estás en contacto con una proyección, con un esquema inscrito en tu mente. Y también observas que tú eres el que origina ese esquema. Al verlo así, la producción cesa.

Podemos decir que la meditación es un momento de no-interferencia en que vemos hasta qué punto estamos apegados a la producción de sensaciones para dar al yo un asidero al que agarrarse. Al permitir a la percepción su plena expresión, el cuerpo se hace cargo de sí mismo, pone de manifiesto el condicionamiento y te transmite su naturaleza real. En otras palabras, le das la oportunidad de ser un cuerpo, pues anteriormente era una defensa, un hábito. Y notarás una nueva sensación corporal que nunca tuviste antes, la percepción original de tu cuerpo.

El cuerpo, como todo objeto, es una expresión de la conciencia en el espacio-tiempo. En un momento libre de interferencias, toda la energía previamente localizada en una sensación corporal retorna a su origen, se desvanece en la conciencia y sólo queda el silencio.

En una de sus charlas, usted dijo que hay una unidad esencial entre todos los seres vivos. Me resulta difícil de entender, pues mi experiencia consiste en ver las formas y las apariencias de los seres como independientes unas de otras.

Podríamos decir que cuando te encuentras por vez primera con alguien, te encuentras realmente contigo mismo, pues el vacío en ti es el vacío de todo ser vivo. Los objetos aparecen en el espacio, pero el espacio no es afectado por ellos. Cuando abandonas la conciencia de ser, toda relación, si es que todavía podemos hablar de relación, se desarrolla entre objeto y objeto. Pero un objeto necesita un agente, la conciencia, para existir. Como no tiene ninguna existencia autónoma, un objeto vive siempre en la inseguridad. Por eso, en una relación tal, cada objeto busca sentirse seguro, sentirse amado. Hay sólo aprehensión, sólo interés propio. Cada uno pretende tomar algo del otro.

¿Por eso, la personalidad, al ser una imagen, no tiene existencia independiente?

Lo que generalmente llamamos nuestra "personalidad" es realmente memoria, una localización de la imagen del yo, un refugio para la preservación del ego. Cuando te identificas con la personalidad, ésta se hace estática, se cristaliza y pierde toda flexibilidad. Pero al apartarte de esta identificación, te sitúas en la conciencia inespacial y la personalidad real emerge. Aparece en el momento de afrontar una situación y desaparece cuando la situación termina. Es una herramienta, nada más.

¿Qué es exactamente la memoria?

La memoria es una forma de pensamiento. Es un pensamiento. Cuando realmente te adentras en ella, ves que el pensamiento está siempre en el presente. Puedes localizarlo como "hace tres años", pero esa localización sucede siempre en el presente. No hay ayer. Podríamos decir que la memoria es un estado de la mente.

Al vivir la conciencia silente, ya no intentas retener o recordar nada. Estás abierto a la mente universal, a lo que llamamos memoria universal.

¿Qué quiere decir con la palabra "intuición"?

Lo que generalmente llamamos intuición, inteligencia o discernimiento son todavía facultades de la mente, aún influidas por el punto de vista fragmentario de un yo y, por tanto, no hay visión global.

La verdadera inteligencia o discernimiento emana del Sí mismo. En otras palabras, la acción aflora directamente desde el silencio sin la intervención de la mente o el ego, del pensamiento o la memoria. La inteligencia pertenece a la totalidad, a la conciencia silente. Proviene de la observación sin valoración de las diversas circunstancias de tu vida. La observación lleva a un momento de detención y en esta detención no hay ya ninguna referencia a tu entorno. Estás completamente calmo, toda la energía proyectada hacia el exterior retorna a su origen y la conciencia silente se conoce a sí misma por sí misma. Conocerse a sí mismo por sí mismo es intuición.

¿Es el conocimiento un objeto?

Ser conocimiento no es un objeto. En realidad, no hay objeto. Es un nombre que damos a una expresión de la conciencia en el espacio-tiempo. Forma y nombre hacen al objeto. Si apartas el nombre y la forma, sólo hay conciencia.

¿Entonces este ser conocimiento es una experiencia?

Si tomamos la palabra en su sentido filosófico, no; no es una experiencia. Es vida. La experiencia pertenece al dominio de la memoria, a lo conocido, al tiempo. La experiencia es discontinua, pues si no lo fuera ¿cómo podríamos llamarla experiencia? La vivencia de la conciencia es exterior al espacio y al tiempo y, en consecuencia, es algo continuo. Ser conocimiento no es una experiencia, pero puesto que nuestro lenguaje es dualista, a menudo nos referimos a la no-experiencia como experiencia.

Londres. Noviembre de 1982

 

¿Por qué estoy aquí? ¿por qué he nacido? ¿por qué moriré? ¿por qué existe el amor, el odio? ¿por qué, por qué?

Libérate del por qué. Cuando estés libre del por qué, tendrás la respuesta viviente. Antes, durante y después de la pregunta está la respuesta. Buscas el motivo únicamente en la acción, fuera de ti mismo. Pero cuando miras en profundidad, el motivo que te lleva a preguntar es la necesidad de estar en una relación perfecta con todos los seres vivos. Sólo encontrarás esta motivación subyacente cuando te hayas desembarazado del por qué, el dónde y el cuándo.

Hablas de la muerte, pero sólo puedes hablar de la muerte porque das por supuesto que has nacido. ¿Qué te da derecho a decir que has nacido? ¿Tan fácilmente aceptas una información de segunda mano?

California. Febrero de 1986

Fuente: Jean Klein. La sencillez de ser.

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