por cristinalaird
Como mamíferos, los humanos somos animales con cuidados maternos obligatorios.
Obviamente, la unión tiene un
valor de supervivencia increíble para nosotros,
siendo el vínculo más crítico que hay entre la madre y la descendencia. Este vínculo proporciona la plantilla evolutiva para todos los demás apegos, incluidos los de los adultos”. – dice Frans de Waal en su magnífico libro “The Age of Empathy”, donde compara el comportamiento de Chimpanzees y Bonobos, los dos monos prácticamente más iguales al humano, ya que sólo nos separa de ellos menos del 1% de ADN.
Me pareció un buen tema
para comenzar a hablar de la Luna Nueva en Cáncer que se aproxima. Cáncer,
signo regido por la Luna y que se relaciona con la Casa 4 de la carta astral,
nos habla de la Madre y de nuestra relación con ella, como inicio a nuestra
manera de relacionarnos con otros humanos en el futuro, a partir de esa
relación, pero también con eso que llamamos Hogar. Sabemos, que como dice la
canción: ” a house is not a home….”( Una casa no es un Hogar) que cantaba el
magnífico Luther Vandross , como tampoco lo es ese lugar donde nacimos o que
llamamos nación o patria. Estos son conceptos rápidamente transformándose, ya
que cada vez más los jóvenes de hoy, vienen de padres de diferentes países y
culturas y además nacen en un país donde los padres son extranjeros y cuando se
casan, lo hacen con alguien de otra nación y raza y sus hijos viven en otro
país diferente.
La joven tenista Emma
Racunova de 18 años, la estrella de este Wimbledon 2021, es nacida en Toronto,
Canadá, de un padre rumano y una madre China y juega por Inglaterra, porque allí
creció. Mi hija nació en España, de una madre argentina y un padre danés, que
nunca vivió en Dinamarca. De su lado materno tiene sangre italiana (por
supuesto) francesa y libanesa y del lado paterno, sangre vikinga. ¿Entonces cuál
sería su hogar? Yo vengo de padres nacidos en Uruguay y Argentina, pero sus
correspondientes padres eran europeos, todos. ¿Entonces cual sería mi hogar? Me
he pasado los últimos 50 años de mi vida tratando de averiguarlo. Por tanto, el
viejo concepto de Hogar se desvanece y ese lugar donde nos encontramos
protegidos, conectados, contenidos ya no es un país o una casa, sino otra cosa,
mucho más interna y que sí tiene que ver con tribu. ¿Con qué grupo de gente nos
sentimos como en casa? Aún mas internamente, qué es eso que hacemos que nos
hace sentir en un Hogar.
Estos son temas de este
signo cuarto cardinal, que es Cáncer: La búsqueda del Hogar, la búsqueda de la
Gran Madre.
Cáncer cuida, protege,
alimenta, no puede remediarlo. Se rodea de gente que necesita ser cuidada,
protegida y alimentada. Quizás en la búsqueda de que alguien lo haga por ellos,
se especializan en nutrir y alimentar. En su parte más negativa, son los reyes
de la co-dependencia, es decir, son pareja o amigos de adictos, gente
emocionalmente herida que necesitan Madre. Pero por supuesto, que como buen
signo de Agua, son emocionalmente aptos para conectar con el sufrimiento de los
demás y el suyo propio. Cáncer no se escapa del trauma, se entrega a ello y
aprende a curar, a través de innumerables terapias y proyectos creativos. Este
es un signo extremadamente artístico y necesita estar creando todo el tiempo
como ayuda terapéutica. Como buen signo cardinal, no deja de iniciar nuevos
proyectos todo el tiempo y se siente en casa cuando conecta creativamente con
otros. Por ejemplo para un bailarín, hogar sería el escenario o los otros
bailarines.
Esta Luna Nueva en Cáncer,
se encuentra en oposición a Plutón, Dios del Submundo y gran transformador.
Todo aquello que está en aspecto a este Dios, debe transformarse. Algo debe ser
amputado de nuestras vidas, para iniciar un nuevo capítulo, donde lo que
comencemos nos ayudará en ese proceso de transformación, que todo nuestro ser
nos está pidiendo. A veces se nos presenta como una obligación, por motivos de
una enfermedad, un accidente, un traslado inesperado, que nos confronta con la
necesidad del cambio inevitable. Al mismo tiempo, Marte y Venus oponen Saturno
y todos refuerzan la cuadratura Saturno-Urano que nos viene azotando desde
principio de año y que no concluye hasta principios del próximo año. Estos dos
enemigos mitológicos, padre e hijo en la mitología griega. Saturno (el hijo) es
quien castra a su padre Urano, por que éste no dejaba de engendrar cria,
bastante monstruosa en ocasiones, que él no cuidaba. Una maravillosa alegoría
de la mente investigadora y científica humana (Urano) que a la hora de jugar a
ser científicos, no miden las consecuencias, como en el caso de esta pandemia.
Siempre se necesita a Saturno para que ponga orden, con regulaciones y
limitaciones. Sería imposible para el científico, medir y controlar su
curiosidad y necesidad de probar diferentes cosas, sin tener certeza alguna de
los resultados y por tanto de las consecuencias de dichos experimentos. En
muchas ocasiones funciona y en otras muchas no. Esta cuadratura entre Saturno y
Urano en aspecto a Venus y Marte en Leo, nos habla claramente de que nuestra
libertad termina donde empieza la del otro. Si vivimos en una sociedad el
encontrar el balance entre “ser libre” y respetar los derechos del grupo o la
comunidad es un trabajo realmente arduo que todos debemos realizar. Dicho de
otra manera como poder ejercer mis derechos individuales respetando el espacio
y derecho de los demás.
Venus en Leo, más brillante
que nunca en el cielo nocturno, en este momento, nos confirma el motivo por el
cual se le dio el nombre de la diosa de la Belleza a este planeta. Marte, con
menos luz, se esconde muy cerca, aunque para esta luna nueva en Cáncer se
encuentran en exacta conjunción a la Venus en el signo del León cósmico. Esto
es una especie de rugido extraordinario, de esa parte de nuestra psique que
tomando consciencia de ese diamante interno, con el que nacemos, que necesita
un pulido intenso y dedicado, consecuente y perseverante, para que podamos
generosamente iluminar el mundo con su brillo. Ese trabajo interno es
indispensable y el trabajo de toda una vida. Sin embargo, en el desesperado
intento de brillar, nos podemos encontrar con críticas y limitaciones que Leo
resiente, ya que no entiende, que haya alguien que no quiera dejarse encandilar
con su fulgor.
Neptuno por su parte, forma
un trígono a la Luna y el Sol desde Piscis, reafirmándonos en el deseo de
ayudarnos los unos a los otros y conectándonos con esa parte de nuestra psique
que antes que nada, socorre, protege, rescata a los demás, aún a aquellos que
no piensan como nosotros, o no hablan el mismo idioma, o tienen un color de
piel diferente. Si alguien se está ahogando en una piscina, da igual quien sea,
la reacción instintiva es lanzarse a ella a ayudar. Esa dimensión de nuestra
psique es la que debemos rescatar en estos momentos, y no dejarnos politizar
por aquellos que quieren nuestro voto, ya que ese impulso es natural e
instintivo, por tanto está en nosotros mucho antes que la política, es una
parte sagrada de Ser Humano.
La Luna Nueva en Cáncer nos
conecta con nuestras emociones, con nuestra necesidad de ser cuidados y de
cuidar, con nuestra vulnerabilidad y nuestra fuerza, que emana de conocer
nuestros sentimientos y necesidades emocionales, sobre todo con la de sentirnos
“en casa” estemos donde estemos, aún cuando estemos rodeados de gentes diversas
y no iguales a nosotros, recordándonos que los dramas humanos, aunque diversos,
son comunes a todos los que trotamos por este mundo que llamamos Tierra, nuestro
verdadero HOGAR
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