Por Crisitna Laird
Con la llegada de la
Luna Llena en Capricornio justo el día después de mi cumpleaños y habiendo
nacido con esta oposición Sol-Luna, dualidad de la que puedo hablar con
experiencia propia, y además aprovechando que el día 16, Mercurio y Venus se
juntan en una conjunción en el signo de Leo, me siento a escribir sobre esta
lunación más temprano que lo habitual. Muy especialmente debido al hecho que
esta Luna Llena forma una t cuadrada con Urano y Juno que están opuestos en
este momento y Marte, en Escorpio forma un maravilloso Gran Trígono con el Sol
en Cáncer y Quirón en Piscis es decir en Agua.
Es importante tener
en cuenta que durante nuestro día pasamos por estos cuatro puntos cardinales a
raíz de la rotación de la Tierra sobre su eje. Cada día tiene su principio en
el Este, su culminación o medio día en el Sur, su declinación o crepúsculo en
el Oeste y la noche en el Norte. Al mismo tiempo, por la traslación de nuestro
planeta alrededor del Sol, que como ya sabemos ocurre en un año, pasamos por la
primavera, verano, otoño e invierno. Estos ciclos nunca cesan de cambiar y
nosotros con ellos. Pero las situaciones nunca son iguales, porque crecemos y
de la forma que nos sentimos en una primavera no será igual para la
siguiente, simplemente porque hemos tenido un año de experiencias que nos han
cambiado. Nunca somos iguales al año anterior. Esto es importante de recordar
sobre todo para aquellos que piensan o sienten que nada cambia, y que sus vidas
son iguales año tras año. Esta es la magia de la Astrología, como sabemos los
tránsitos o posición actual de los planetas varían sin repetirse en una vida.
Si bien Mercurio vuelve a su posición natal, cada 88 días, Venus cada año,
Marte cada dos, Júpiter cada 12, Saturno cada 29 años, pero Urano, Neptuno y
Plutón nunca estarán iguales en nuestras vidas. Urano quizás, si vives hasta
los 84 años. Estos factores son de mucho valor cuando sufrimos pensando en que
el dolor es siempre el mismo. Cuando esto ocurre, es porque seguimos instalados
en dolores psicológicos que tienen su raíz en nuestra niñez, cuando nos
sentíamos completamente vulnerables y sin poder alguno. Algo que es normal en
la niñez, pero no cuando somos adultos.
Los tránsitos en
Astrología, nos conectan con el AHORA, nos recuerdan que no hay dos momentos
iguales, por tanto si nos sentimos igual que año anterior, algo en nuestro
interior se está resistiendo a cambiar. En cuyo caso la pregunta
correspondiente es: ¿Para qué? Si después de separarnos de una relación
dolorosa y decepcionante, al cabo de unos meses estamos en otra con las mismas
características, podemos decir que definitivamente, algo dentro nuestro se
resiste a cambiar, y el cambio sólo es posible si miramos hacia dentro y nos
preguntamos qué es lo que se satisface en nuestro interior, al mantenernos en
las mismas situaciones, detonando los mismos dolores y sentimientos una y otra
vez? Si estamos con una persona diferente, en un trabajo diferente, en un
entorno diferente y seguimos igual, algo necesita ser analizado profundamente, para
que podamos comprender porqué o mejor dicho "para qué" lo hacemos. Y
este es el momento para volver a mirar el momento actual o Ahora y
comprobar si lo que nos rodea concuerda con la forma en que nos sentimos.
Cáncer y Capricornio, son dos signos femeninos, sí, Capricornio también lo es,
Agua y Tierra, son femeninos y aunque Saturno rija Capricornio, el viene de la
Tierra, pues su madre era Gaia, la Madre Tierra. Es ella, Gaia, quien convence
a Saturno a castrar a su padre Urano, y es sólo cuando esa castración ocurre,
que la Venus, puede nacer.
Debemos separarnos
de esos dolores infantiles de vulnerabilidad y desesperación por la propia
necesidad de sentirnos protegidos y valorados, para que el adulto en nosotros,
nuestra creatividad y nuestra belleza personal, puedan nacer en nuestro
interior y podamos sentirnos tristes, cuando algo triste ocurre, pero sin temor
a destruirnos en el proceso. El que sufre es el niño que se quedó atascado y se
resiste a crecer y qué mejor oportunidad que una luna llena en el ángulo
Capricornio-Cáncer, para poder ejecutar esa separación y tomar consciencia
de que sí tenemos poder para hacerlo, que no somos más víctimas que de
nosotros mismos y de nuestra inhabilidad de cambiar y vivir en el Ahora. Los
grandes sufrimientos psicológicos son dolores viejos, por cosas que ocurrieron
antes de que nos hagamos adultos y debemos poder entender la diferencia entre
un dolor real, como el que se muera alguien que amas o que no puedas alimentar
a tus hijos, y los dolores neuróticos del infante interno, que se tropieza una
y otra vez con la misma piedra.
La Cruz Cardinal de
esta Luna Llena, nos da una vez más la posibilidad de eliminar lo que ya no nos
sirve, lo que ha cumplido su misión en nuestras vidas y el gran Trígono en
signos de Agua, entre Quirón, Marte y el Sol, qué gran oportunidad para
encontrar la terapia adecuada para nuestros dolores. Nada está siempre
igual en este Universo del que somos parte, por más que queramos mantener las
cosas sin que cambien, no es posible. Como dice Eckhart Tolle: "
La intensidad del dolor psicológico depende de la resistencia a ver
el Ahora e insistir en volver una y otra vez, a ese lugar y momento cuando el
dolor fue creado".
Saturno forma
trígonos a Mercurio y Venus en Leo, una oportunidad sin igual para dar forma a
esa Venus, que todos llevamos dentro, sin que importe el color de tu pelo, el
tamaño o forma de tu cuerpo, para que pueda emerger desde lo más profundo de
nuestras psiquis y dejarnos claro que ella vive, dentro de cada uno de
nosotros. Venus nos habla del valor que le damos a nuestra vida y nuestra
persona. El símbolo de cortar los testículos, como Saturno hizo con su padre,
nos habla de desconectar de esa voz familiar, que nos dice que no somos lo
suficientemente altos, o bellos o inteligentes, o talentosos, etc. Esa voz
negativa de nuestro Ego, que no nos deja conectar con lo que hay de
extraordinario en nosotros. La Astrología y la carta astral nos recuerdan que
no hay dos seres iguales y que cada momento, cada nacimiento es diferente. Cada
uno de nosotros tiene algo que ofrecer, algo que nadie más puede hacer, por
poco que parezca, es único. Capricornio nos habla de ese punto Sur, de máxima
culminación en nuestra vida. Esa marca que todos podemos hacer en el colectivo
y si conectamos con nuestra generosidad, comprenderemos que debemos pasarlo a
los demás, porque cada gota en el Océano, colabora a que ese Océano siga siendo
lo que es. Lo que viene de la Naturaleza, dice Cáncer, vuelve a la Naturaleza.
Disfrutar de la Luna
Llena en Capricornio pues no habrá otra igual a esta en nuestras vidas.
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