La
palabra Shoftim significa "jueces". Y precisamente de eso se trata la porción de esta semana. Tanto la Torá como el Zóhar hablan ampliamente de
los jueces de maneras que aparentemente son muy diferentes. En la historia
bíblica, vemos que Moshé les da instrucciones a los israelitas sobre cómo nombrar e identificar jueces entre
ellos. En el Zóhar, hay una
extensa discusión sobre el proceso espiritual después de la muerte y
sobre las puertas del
Cielo. Cuando el alma deja el
cuerpo pasa por varias puertas y ante cada una de ellas hay un juez. El Zóhar
revela que estas puertas
espirituales corresponden a nuestras propias puertas físicas: los ojos, la nariz, la boca... todos los sentidos que usamos para juzgar a los demás.
El problema con
juzgar es que las cosas
rara vez son lo que parecen. Vemos que alguien hiere a los demás, pero no vemos cuán heridos estuvieron alguna vez. Vemos a quienes
actúan como tontos y no nos detenemos a pensar que la mismísima definición de
tonto incluye a alguien escaso de conocimiento o razón. Vemos a quienes se
comportan como payasos, pero no nos damos cuenta de que su motivación es
simplemente hacer sonreír a alguien.
La visión no
viene de los ojos. El ojo en
sí mismo es como un lienzo en blanco que recibe imágenes en blanco y negro y al
revés. Nuestra mente luego las voltea y crea los efectos visuales. ¿Qué
significa eso? Nuestra mente
percibe lo que vemos y, por lo
tanto, la mayoría de las veces vemos con prejuicio. Todo, desde lo que vivimos en nuestra niñez hasta
lo que ocurrió hace dos minutos, indica cómo vemos y cómo juzgamos a alguien o
a algo en el presente.
Entonces, ¿cómo podemos ver un panorama claro y
verdadero? ¿Cómo podemos
comenzar a ver la esencia de la gente y sus intenciones por lo que realmente
son? La verdad es... no podemos. Pero sí podemos comenzar a entender que podemos bajar la llama de nuestro juicio con misericordia. No sólo no nos atañe juzgar a los demás, sino que
una de las cosas más misericordiosas que podemos hacer es abrir nuestro corazón
y darles a los demás el beneficio de la duda.
Esto es lo que
muchos de los antiguos
kabbalistas hicieron su
modo de vida. Hay incontables historias sobre sabios que simplemente no podían ver negatividad en los demás. Por ejemplo, si alguien comía sin
modales y tragaba sin masticar, un kabbalista habría pensado: "Debe estar
comiendo tan apurado porque debe ir rápido a algún lugar para ayudar a
alguien". No importa lo que estos kabbalistas veían con sus ojos, lo justificaban con su mente y su conciencia como un acto hecho con el propósito de servir a la Luz. Al hacerlo, mantenían su corazón abierto, sus
pensamientos positivos y su alma en sintonía con la Luz. Ya que el Creador
también hace concesiones con nuestras acciones.
Hay una
energía presente en el
universo actualmente que
puede ayudarnos en este proceso
de ser más misericordiosos y emitir menos juicio. Usemos nuestra mente para ver de manera correcta lo que podemos estar
viendo al revés. Usemos los
ojos para ver con misericordia en lugar de juicio. En vez de crear una película
en nuestra mente que muestra a las personas en blanco o negro, apliquemos la
conciencia para ilustrar nuestras
visiones con colores gloriosos y
hermosas almas que sólo irradian intenciones
positivas.
Esta semana haz de la misericordia tu Verdadero Norte
Te deseo una semana llena de bendiciones
Karen
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