El 2022 me dejó más de lo que esperaba, en realidad nunca espero nada, simplemente voy en el cada día con los que la vida me ofrece y me quita, casi como un trotamundos pero con responsabilidades y obligaciones como todos los mortales. Sé por todas las experiencias que atravesé este año que esta fecha es muy diferente para todos, lo sé porque cada alma que vino a mi lectura este año que son muchos, están pasando por distintas circunstancias que hacen de esta "fiesta" algo que difiere mucho de una realidad "ideal".
La angustia, las
lágrimas, la soledad, las separaciones, los que perdieron su trabajo los que
están lejos de sus hijos, los que perdieron a sus padres, los que están
enfermos, los que siguen sin encontrar el amor, los que faltan en la mesa, los
que duermen en la calle, los que están internados y los que allí trabajan
asistiendo esta noche, los que parece que esos sueños por los que luchan nunca
llegan son los marginados de la "fiesta ideal" de la felicidad, los
de los abrazos ausentes.
Simplemente propongo
celebrar la vida con lo triste lo alegre y lo injusto que se siente en cosas
que nos cuestan superar.
Propongo celebrar que
mientras haya vida hay esperanza hay motivos, propongo celebrar el amor, las
miradas que acarician, las palabras que sostienen, las lágrimas que convierten.
Esta es mi fiesta
para todos, sin excluídos.
Celebremos tenernos,
somos más de lo que imaginamos. Feliz 2023.
Escribió Hermann
Hesse:
"Siempre gana el
que sabe amar"
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