La porción de Qui Tetsé habla de la batalla contra el Lado Negativo, y me gustaría revisar unos versículos de la porción pasada, Shoftim, que hablan de la batalla. Dice que, cuando los israelitas iban a la batalla, había un sacerdote, un cohén, cuyo único trabajo era dar un discurso para despertar conciencia antes de salir. Él decía: “Hoy se acercan a la batalla”, luego daba cuatro advertencias: “No permitan que su corazón desmaye; no teman, ni se alarmen, ni se aterren a causa de ellos”.
En el
Midrash dice que estas cuatro advertencias, o los cuatro despertares de
conciencia para la batalla, eran exactamente similares a las cuatro cosas que
los reyes implementaban como tácticas de guerra. Por eso, entendamos un poco
sobre el significado técnico y luego llegaremos a un entendimiento de
conciencia.
Los reyes
hacían mucho ruido para crear miedo en el enemigo, a menudo hasta antes de que
iniciara la batalla. Los cuatro niveles de advertencias que el sacerdote les
decía a los israelitas se relacionan con esa táctica: “Aunque escuches los
caballos, no dejes que tu corazón desmaye.
Escucharás
que sus espadas y demás instrumentos de pelea hacen bastante ruido, no te dejes
intimidar por ellos. Escucharás el sonido de sus cuernos con los que intentarán
atemorizarte, no permitas que lo hagan ni actúes de manera desordenada. Y al
momento de ir a la batalla, los escucharás gritar, no te dejes abrumar”.
Así pues, la
lección técnica de lo que la Torá nos dice es que había cuatro advertencias de
conciencia que el sacerdote iba y decía. Pero ahora, entendamos la lección
espiritual. Hay una enseñanza hermosa y poderosa de Rav Simja Bunim de Peshisja
que no sólo nos permitirá mantener conciencia, sino también aumentarla.
En
Proverbios, Mishlei, está escrito: “El hombre tiene muchos planes, pero el deseo,
pensamiento y sendero del Creador prevalecerá”. La mayoría de la gente entiende
ese versículo de manera muy simple; hay gente que intenta hacer daño, pero el
sendero de Dios permanecerá, como si fueran dos cosas distintas. Tienes
negatividad a tu alrededor, pero no te preocupes, la Luz del Creador
perseverará y te guiará. Sin embargo,Rav Simja de Peshisja no dice que la Luz
del Creador perseverará a pesar de tanta negatividad. Más bien, habla del hecho
de que esta negatividad que vemos como mala es lo que realmente impulsa a la
Luz del Creador a ser revelada. Toda la negatividad que la gente y las fuerzas
negativas producen en realidad presionan a que la Luz del Creador sea revelada.
Por eso, no
es que no debamos preocuparnos debido a que la Luz del Creador perseverará a
pesar de que haya tanta negatividad, confusión y oscuridad. No; la
oscuridad, la negatividad y las acciones negativas que existen en realidad
están provocando y permitiendo que la Luz del Creador sea revelada. La
mayoría de nosotros, cuando pasamos por momentos difíciles o negativos,
decimos: “No me preocuparé por eso porque la Luz del Creador perseverará”, pero
así no es como funciona. En lugar de eso, deberíamos decir: “Estoy muy
agradecido de que haya negatividad y duda porque todo esto en realidad es lo
que provocará que la Luz del Creador sea revelada”. Los pensamientos y acciones
negativas hechas en este mundo para intentar hacer daño en realidad son los que
crean y hacen que la Luz del Creador sea revelada.
Para seguir
hablando de la batalla, dijimos que el sacerdote se acercaba a ellos antes de
ir a la batalla y les decía: “Estas cuatro cosas ocurrirán, por eso,
fortalezcan su conciencia”. No era que antes de la batalla el Cohén tenía
que decirles: “No caigan”; por el contrario, si querían ganar, necesitaban esos
cuatro niveles de desafío para que su conciencia llegara al estado en el que la
Luz del Creador pudiera ser revelada. Necesitamos esos precisos niveles para
enfrentar los cuatro niveles, ganar y, luego, la Luz del Creador puede ser
revelada.
Eso
significa que, y esto es un concepto más grande, el conocimiento básico es que
cuando tenemos una batalla no necesitamos superarla para perseverar. Sino que
debemos vivir esa duda, desafío o acción abrumadora ahora porque el Creador conoce
nuestra alma y su proceso, y si fuésemos capaces de ver el rompecabezas de
nuestra corrección, nos daríamos cuenta y diríamos: “Ah, me falta esa pieza, la
única manera de obtenerla es superando exactamente este desafío; luego esa
parte de mi alma estará corregida”. El Creador ve lo que Él necesita hacer por
nosotros, qué oportunidad puede darnos para obtener la pieza siguiente de
nuestra alma que nos falta, qué nivel de conciencia necesitamos, y crea esa
situación para nosotros.
De nuevo, no
se trata de que necesitamos recibir fuerza para perseverar en la batalla. Más
bien es entender que exactamente esa batalla, esa sensación exacta de estar
abrumado y ese preciso sentimiento de negatividad o miedo es la pieza perfecta
que necesitamos en este momento para el rompecabezas de nuestra alma. Por eso,
superar la batalla no significa simplemente que saldremos de ella; significa
que en este momento estamos corrigiendo la pieza de nuestra conciencia que
necesitamos. Toda negatividad, desafíos y dudas por las que pasa un individuo
ocurren porque el Creador dice: “Esta es la pieza que te hace falta en este
momento, por eso te daré exactamente lo que necesitas”. Una persona no pasa por
desafíos y persevera; una persona pasa por desafíos y gracias a ellos perfecciona
su alma de una manera precisa.
Está escrito
que el sacerdote decía: “Estas cuatro cosas ocurrirán y no quiero que
simplemente perseveren, quiero que entiendan por qué ocurren. Ocurren porque
hay una elevación de conciencia correspondiente que necesitan para la
perfección de su alma. Por lo tanto, para que puedan recibir ese nivel de
perfección correspondiente, el Creador crea estos cuatro desafíos exactos e
idóneos para ti. Y la elevación de conciencia que corresponde a cada uno de
ellos es exactamente lo que completa el rompecabezas de la perfección de tu
alma”.
Esto es muy
hermoso. Toda negatividad, desafíos, dudas, miedos y sensación de agobio no se
presentan para que perseveremos; están perfectamente hechos para llevarnos a
donde tenemos que crecer. La pieza que nos falta sólo puede ser fortalecida y
creada a partir de ese desafío preciso y perfecto. Y luego, sólo a partir de
ese desafío que fue creado exactamente de esa manera, podemos moldear nuestra
siguiente pieza perfecta.
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