Veamos
el gráfico para esta lunación.
Como podemos observar, destaca el «triángulo de rendimiento» entre el Sol (en Leo), la Luna (en Acuario) y Júpiter (en Tauro).
Este
triángulo es una figura portadora de energía, permitiendo un intercambio
dinámico entre los planetas que la configuran.
Al mismo tiempo, todos ellos están sometidos a una presión de rendimiento para cambiar algo relacionado con los tres signos fijos involucrados (Tauro, Leo y Acuario).
De
todos modos, desde una perspectiva más global, y teniendo en cuenta que el
conjunto de la estructura de aspectos es más bien lineal que triangular, esa
transformación de energía no es constante, sino rítmica, dependiendo de los
estímulos y necesitando fases de reposo una vez alcanzada cada meta.
En
esta lunación, el corazón de Leo se une a la razón intuitiva de Acuario,
fusionándose ambos en forma de sabiduría personal y grupal.
...
Y hay que aprovecharlo.
Piénsalo
así: el desarrollo de nuestra propia individualidad depende también de la
comprensión de los valores sociales y del respeto por la libertad (y las
distintas peculiaridades) de cada ser humano.
La conciencia grupal va unida a
nuestro propio crecimiento.
¿Dónde
se sitúan los signos de Leo y Acuario en tu carta? Cuando identifiques las
cartas, sabrás en qué ámbitos de tu vida tendrás esos cambios más relevantes.
Eje
Leo/Acuario
El
eje de esta lunación nos invita a revisar temas relacionados con la identidad y
lo creativo.
Y
lleva un reto: conseguir brillar con luz propia en el entorno (Leo), dentro del
fluir de la red de todos los seres que configuramos la Humanidad (Acuario).
No
es de extrañar que lo conozcamos como «Eje de Relaciones».
En
el plano mental, y desde el punto de vista esotérico, Acuario es el reflejo del
centro del corazón... en la cabeza.
En
este signo, la inteligencia se une con el amor y se convierte en la voz
interior, la razón pura o la sabiduría que nos guía y que debemos seguir
incondicionalmente.
Esta
«voz interior» también es conocida como «la voz del silencio», «la luz de la
cabeza», «iluminación» o «intuición» y hace referencia a esas verdaderas
ráfagas de inspiración que irrumpen en la conciencia y que, por lo general,
desaparecen rápidamente.
Y
este es justamente el proceso de desarrollo de una persona nacida en Leo, una
vez unificada en su conciencia la tensión polar Leo–Acuario. O, dicho de otro
modo, unificando su corazón con su cabeza.
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