Siempre pensé que la verdadera iluminación es posible sólo a través del amor en una
relación entre hombre y mujer. ¿No es
esto lo que nos hace completos de nuevo? ¿Cómo
puede la vida estar realizada hasta que
esto ocurra?
¿Es cierto eso en su experiencia? ¿Le
ha ocurrido a usted?
Todavía no pero ¿Cómo podría ser de
otra forma? Sé que ocurrirá.
En otras palabras, usted está esperando
por un evento en el tiempo que lo salve. ¿No es
este el error fundamental del que hemos estado hablando? La salvación no está en otro
lugar en el tiempo o en el espacio.
Está aquí y ahora.
¿Qué quiere decir esa afirmación,
"la salvación está aquí y ahora"? No la entiendo. Ni
siquiera sé lo que significa salvación.
La mayoría de las personas persiguen
placeres físicos o muchas formas de gratificación
psicológica porque creen que esas cosas
los van a hacer felices o a liberarlos de una
sensación de miedo o de carencia. La
felicidad puede percibirse como un sentido
realzado de vida alcanzado a través del
placer físico, o una sensación de sí mismo más
segura y más completa lograda por medio
de alguna forma de gratificación psicológica.
Esta es la búsqueda de salvación a
partir de un estado de insatisfacción o insuficiencia.
Invariablemente, cada satisfacción que
se obtiene es fugaz, y la condición de
satisfacción o logro habitualmente se
proyecta una vez más hacia un punto imaginario
lejos del aquí y el ahora. "Cuando
logre esto o esté libre de aquello, estaré bien". Esta es
la actitud mental inconsciente que crea
la ilusión de la salvación en el futuro.
La verdadera salvación es un estado
liberación del miedo, del sufrimiento, de un estado
percibido de carencia y de
insuficiencia y por lo tanto de todo deseo, necesidad, codicia
y apego. Es la libertad del pensamiento
compulsivo, de la negatividad y sobre todo del
pasado y el futuro como una necesidad
psicológica. Su mente le dice que usted no puede
llegar allá desde aquí. Tiene que
suceder algo o usted tiene que volverse esto o aquello
antes de poder ser libre y realizado.
Le dice de hecho que usted necesita tiempo, que
usted necesita encontrar, ordenar,
hacer, lograr, adquirir, llegar a ser o comprender algo
antes de ser libre o completo. Usted ve
el tiempo como el medio de salvación, mientras
que en verdad este es el mayor
obstáculo para la salvación.
Usted piensa que no puede llegar a ella
desde donde está y siendo quien es usted en
este momento, porque todavía no está
completo o no es suficientemente bueno, pero la
verdad es que aquí y ahora es el único
punto desde donde usted puede llegar a ella.
Usted "llega" allá dándose
cuenta de que está ya allá. Usted encuentra a Dios en el
momento en que se da cuenta de que no
necesita buscarlo. Así que no hay un camino
único de salvación: puede utilizarse
cualquier condición, no se necesita una condición
particular. Sin embargo sólo hay un
punto de acceso: el Ahora. No puede haber
salvación fuera de este momento. ¿Está
solo y sin pareja? Entre al Ahora desde ahí.
¿Está involucrado en una relación?
Entre al Ahora desde ahí.
No hay nada que pueda hacer o alcanzar
que lo acerque a la salvación más de lo que lo
está en este momento. Esto puede ser
difícil de comprender para una mente
acostumbrada a pensar que todo lo que
vale la pena está en el futuro. Ni nada de lo que
usted hizo o le hicieron en el pasado
le impide decir sí a lo que es y enfocar su atención
profundamente en el Ahora. No puede
hacer esto en el futuro. Lo hace ahora o no lo
hace.
RELACIONES DE AMOR/ODIO
Hasta que no entre en la frecuencia de
conciencia de la presencia, todas las relaciones y
particularmente las relaciones íntimas
serán profundamente defectuosas y en últimas
disfuncionales. Pueden parecer
perfectas por un tiempo, como cuando está "enamorado",
pero invariablemente esta perfección
aparente se interrumpe cuando las discusiones, los
conflictos, la insatisfacción y la
violencia emocional o incluso física ocurren cada vez
con mayor frecuencia. Parece ser que la
mayoría de las "relaciones amorosas" se
convierten en relaciones de amor/odio
muy pronto. El amor puede convertirse entonces
en un ataque salvaje, en sentimientos
de hostilidad o en el abandono completo del afecto
en un abrir y cerrar de ojos. Esto se
considera normal. La relación entonces oscila por un
tiempo, unos meses o unos años, entre
las polaridades del "amor" y el odio, y le
proporciona tanto placer como dolor. No
es poco común que las parejas se vuelvan
adictas a esos ciclos. Su drama los
hace sentir vivos. Cuando se pierde el equilibrio entre
las polaridades positiva y negativa y
los ciclos negativos, destructivos, ocurren con
frecuencia e intensidad crecientes, lo
que tiende a ocurrir tarde o temprano, no pasará
mucho tiempo antes de que la relación
finalmente fracase.
Puede parecer que si usted simplemente
pudiera eliminar los ciclos negativos o
destructivos, todo iría bien y la
relación florecería hermosamente, pero esto no es
posible. Las polaridades son mutuamente
interdependientes. Usted no puede tener una
sin la otra. Lo positivo ya contiene en
sí mismo, aunque todavía sin manifestar, lo
negativo. Los dos son de hecho aspectos
diferentes de la misma disfunción. Estoy
hablando aquí de lo que se llama
comúnmente relaciones románticas, no del verdadero
amor, que no tiene contrario porque
surge de un lugar más allá de la mente. El amor
como un estado continuo es todavía
bastante raro, tan raro como los seres humanos
conscientes. Sin embargo son posibles
breves y elusivos atisbos de amor, siempre que
hay una ruptura en la corriente de la
mente.
El lado negativo de una relación es,
por supuesto, más fácilmente reconocible como
disfuncional que el positivo. Y también
es más fácil de reconocer la fuente de la
negatividad en su pareja que en usted
mismo. Puede manifestarse en muchas formas:
posesividad, celos, control,
retraimiento y resentimiento no manifestado, la necesidad de
tener la razón, insensibilidad y
enfrascamiento, reclamos emocionales y manipulación,
la necesidad de discutir, criticar,
juzgar, culpar o atacar, ira, revancha inconsciente por el
dolor pasado infligido por un padre,
rabia y violencia física. En el lado contrario, usted
está "enamorado" de su
pareja. Este es al principio un estado profundamente
satisfactorio. Usted se siente
intensamente vivo. Su existencia se ha vuelto
repentinamente significativa porque
alguien lo necesita, lo desea y lo hace sentir
especial, y usted siente lo mismo por
él o ella. Cuando están juntos, se sienten
completos. El sentimiento puede
volverse tan intenso que el resto del mundo se
desvanece en la insignificancia.
Sin embargo, puede que usted se haya
dado cuenta también de que hay una cualidad de
carencia y de apego en esa intensidad.
Usted se vuelve adicto a la otra persona. Él o ella
actúa sobre usted como una droga. Usted
está en un punto alto cuando la droga está
disponible, pero incluso la posibilidad
o el pensamiento de que pueda no estar ahí para
usted puede llevarlo a los celos, la
posesividad, los intentos de manipulación por medio
del chantaje emocional, la inculpación
y las acusaciones, el miedo a la pérdida. Si la otra
persona lo deja, esto puede hacer
surgir la más intensa hostilidad o la tristeza y la
desesperación más profundas. En un
instante, la ternura amorosa puede convertirse en
un ataque salvaje o en una tristeza
espantosa. ¿Dónde está el amor ahora? ¿Puede el
amor cambiar en un instante a su
contrario? ¿Era amor desde un comienzo o solamente
un apego adictivo?
LA ADICCIÓN Y LA BÚSQUEDA DE LA
PLENITUD
¿Por qué nos volveríamos adictos a otra
persona?
La razón por la que la relación de amor
romántico es una experiencia tan intensa y
universalmente perseguida es que parece
ofrecer la liberación de un estado
profundamente arraigado de miedo,
necesidad, carencia y falta de plenitud que es parte
de la condición humana en su estado no
redimido o iluminado. Hay una dimensión física
y otra psicológica en este estado.
En el nivel físico, usted obviamente no
está completo, ni lo estará nunca: es un hombre
o una mujer, es decir, la mitad del
todo. En este nivel, la añoranza de la plenitud -el
retorno a la unidad- se manifiesta como
una atracción entre el macho y la hembra, la
necesidad del hombre de una mujer, la
necesidad de la mujer de un hombre. Es un
impulso casi irresistible de unión con
la polaridad de energía contraria. La raíz de este
impulso es espiritual: la añoranza del
fin de la dualidad, un retorno al estado de plenitud.
La unión sexual es lo más cerca que
usted puede estar de este estado en el plano físico.
Por eso es la experiencia más
profundamente satisfactoria que puede ofrecer el reino
físico. Pero la unión sexual no es más
que un atisbo fugaz de la plenitud, un instante de
bienaventuranza. Mientras se busque
inconscientemente como un medio de salvación,
usted está buscando el fin de la
dualidad en el nivel de la forma, donde no puede
encontrarse. Usted recibe un atisbo
tantálico del cielo, pero no se le permite habitar allí y
se encuentra a sí mismo de nuevo en un
cuerpo separado.
En el nivel psicológico, la sensación
de carencia y de falta de plenitud es, acaso, aún
mayor que en el nivel físico. Mientras
esté identificado con la mente, usted tiene un
sentido de sí mismo derivado del
exterior. Es decir, usted obtiene el sentido de quién es
de cosas que en últimas no tienen nada
que ver con quién es usted: su papel social, las
posesiones, la apariencia externa, los
éxitos y fracasos, los sistemas de creencias,
etcétera. Este ser falso, elaborado por
la mente, el ego, se siente vulnerable, inseguro y
siempre está buscando cosas nuevas con
las cuales identificarse para que le den una
sensación de que existe. Pero nunca
nada es suficiente para darle una realización
duradera. Su miedo y su sentido de
carencia y necesidad permanecen.
Pero entonces llega esta relación
especial. Parece ser la respuesta a todos los problemas
del ego y llenar todas sus necesidades.
Al menos así parece al principio. Todas las
demás cosas de las que usted derivaba
su sentido de sí mismo antes, ahora se vuelven
relativamente insignificantes. Usted
tiene ahora un solo punto focal que las reemplaza a
todas, da sentido a su vida, y a través
del cual usted define su identidad: la persona de la
que está "enamorado". Ya no
es un fragmento desconectado en un universo carente de
afecto, o eso parece. Su mundo ahora
tiene un centro: el amado. El hecho de que el
centro esté fuera de usted y que, por
lo tanto, usted todavía tenga un sentido de sí mismo
derivado del exterior, no parece
importar al principio. Lo que importa es que los
sentimientos subyacentes de no
plenitud, miedo, carencia y falta de realización, tan
característicos del estado egotista, ya
no están ahí. ¿O sí? ¿Se han disuelto o continúan
existiendo bajo la feliz realidad
superficial?
Si en sus relaciones usted experimenta
"amor" y su contrario -ataque, violencia
emocional, etcétera- es probable que
esté confundiendo el apego del ego y la
dependencia adictiva con el amor. Usted
no puede amar a su pareja un momento y
atacarla al siguiente. El verdadero
amor no tiene contrario. Si su "amor" tiene un
contrario, entonces no es amor sino una
fuerte necesidad del ego de un sentido más
profundo y completo de sí mismo, una
necesidad que la otra persona llena
temporalmente. Es el sustituto del ego
para la salvación y por un corto tiempo casi se
siente como la salvación.
Pero llega un punto en el que su pareja
actúa de forma que deja de llenar sus
necesidades, o más bien las de su ego.
Los sentimientos de temor, dolor y carencia, que
son una parte intrínseca de la
conciencia egotista pero que habían sido ocultados por la
"relación amorosa", ahora
salen a la superficie. Igual que con cualquier otra adicción,
usted está en un punto alto cuando la
droga está disponible, pero invariablemente llega
un momento en que la droga ya no le
hace efecto. Cuando vuelven a aparecer esos
sentimientos dolorosos, usted los
siente incluso con más fuerza que antes, más aún,
ahora percibe a su pareja como la causa
de esos sentimientos. Esto quiere decir que los
proyecta hacia afuera y ataca al otro
con toda la violencia salvaje que es parte de su
dolor. Este ataque puede despertar el
dolor de la pareja y él o ella puede contraatacarlo.
En ese punto el ego todavía espera
inconscientemente que su ataque o sus intentos de
manipulación serán suficiente castigo
para inducir a su pareja a cambiar su conducta, de
modo que pueda usarla de nuevo como
protección de su dolor.
Toda adicción surge de una negativa
inconsciente a enfrentar el dolor y salir de él.
Toda adicción comienza con dolor y
termina con dolor. No importa a qué sustancia sea
usted adicto- alcohol, comida, drogas
legales o ilegales, o una persona- usted está
usando algo o a alguien para ocultar su
dolor. Por eso, después de que la euforia inicial
ha pasado, hay tanta infelicidad, tanto
dolor en las relaciones íntimas. Ellas no producen
dolor o infelicidad. Sacan a la luz el
dolor y la infelicidad que ya hay en usted. Toda
adicción hace eso. Toda adicción llega
a un punto en el que ya no funciona para usted y
entonces usted siente el dolor más
intensamente que nunca.
Esa es una de las razones por las que
la mayoría de las personas están siempre
intentando escapar del momento presente
y buscando algún tipo de salvación en el
futuro. Lo primero que podrían
encontrar si enfocaran su atención en el Ahora es su
propio dolor y eso es lo que temen. Si
supieran lo fácil que es acceder en el ahora al
poder de la presencia que disuelve el
pasado y el dolor, a la realidad que disuelve la
ilusión. Si sólo supieran cuán cerca
están de su realidad, cuán cerca de Dios.
Evadir las relaciones en un intento por
evitar el dolor no es la solución tampoco. El
dolor está ahí de todos modos. Es más
probable que tres relaciones fallidas en tres años
lo obliguen a despertar que tres años
en una isla desierta o aislado en su habitación. Pero
si pudiera traer intensa presencia a su
soledad, eso también funcionaría para usted.
DE LAS RELACIONES ADICTIVAS A LAS
RELACIONES ILUMINADAS
¿Podemos convertir una relación
adictiva en una verdadera?
Sí. Estando presentes e intensificando
la presencia al prestar atención más
profundamente al Ahora: sea que usted
viva solo o con una pareja, esa sigue siendo la
clave. Para que el amor florezca, la
luz de su presencia debe ser lo suficientemente
fuerte para que no vuelva a ser
dominado por el pensador o el cuerpo del dolor y los
confunda con quien es usted. Conocerse
a sí mismo como el Ser que hay bajo el
pensador, la quietud que hay bajo el
ruido mental, el amor y la alegría que hay bajo el
dolor, es libertad, salvación,
iluminación. Dejar de identificarse con el cuerpo del dolor
es traer presencia al dolor y así
transmutarlo. Dejar de identificarse con el pensamiento
es ser el observador silencioso de sus
pensamientos y su conducta, especialmente los
patrones repetitivos de su mente y los
roles representados por el ego.
Si usted deja de darle
"identidad", la mente pierde su calidad compulsiva, que
básicamente es el impulso de juzgar y
así resistirse a lo que es, que crea conflicto, drama
y dolor nuevo. De hecho, en el momento
en el que el juicio se detiene por la aceptación
de lo que es, usted está libre de la
mente. Usted ha dejado sitio para el amor, para la
alegría, para la paz. Primero usted
deja de juzgarse a sí mismo: después deja de juzgar a
su pareja. El mayor catalizador para el
cambio en una relación es la aceptación completa
de su pareja como es, sin necesidad de
juzgar o de cambiarla de ninguna manera. Esto lo
lleva a usted inmediatamente más allá
del ego. Todos los juegos de la mente y todo
apego adictivo se acaban entonces. No
hay más víctimas ni victimarios, ni acusadores y
acusados. Este es también el final de
toda dependencia mutua, de ser arrastrado a los
patrones inconscientes de otro y por lo
tanto hacer posible que continúen. Ustedes
entonces, o bien se separarán -en el
amor- o entrarán juntos más profundamente en el
Ahora, en el Ser. ¿Puede ser tan
simple? Sí, es así de simple.
El amor es un estado del Ser. Su amor
no está afuera: está profundamente dentro de
usted. Usted nunca puede perderlo y él
no puede dejarlo. No depende de otro cuerpo, de
otra forma externa. En la quietud de su
presencia usted puede sentir su propia realidad
sin forma y sin tiempo como la vida no
manifestada que anima su forma física. Usted
puede entonces sentir la misma vida en
lo profundo de todos los demás seres humanos y
de todas las criaturas. Usted mira más
allá del velo de la forma y la separación. Esa es la
realización de la unidad. Ese es el
amor.
¿Qué es Dios? La Vida Una eterna bajo
todas las formas de la vida. ¿Qué es el amor?
Sentir la presencia de esta Vida Una en
lo profundo de sí mismo y de todas las criaturas.
Ser eso. Por lo tanto, todo amor es el
amor de Dios.
El amor no es selectivo, lo mismo que
la luz del sol no es selectiva. No convierte a una
persona en especial. No es exclusivo.
La exclusividad no es el amor de Dios sino el
"amor" del ego. Sin embargo,
la intensidad con la cual el verdadero amor se siente puede
variar. Puede haber una persona que
refleja su amor más clara e intensamente que las
demás y si esa persona siente lo mismo
hacia usted, se puede decir que usted está en una
relación amorosa con ella o él. El lazo
que lo conecta con esa persona es el mismo que
lo conecta con la persona que se sienta
a su lado en el autobús, o con un pájaro, un árbol,
una flor. Sólo que el grado de
intensidad con el cual se siente es diferente.
Incluso en una relación que es adictiva
en otros sentidos, puede haber momentos en los
que algo más real brilla, algo más allá
de sus necesidades adictivas mutuas. Esos son
momentos en los que su mente y la de su
pareja brevemente se calman y el cuerpo del
dolor está temporalmente en un estado
latente. Esto puede ocurrir a veces durante la
intimidad física. O cuando los dos
están presenciando el milagro del nacimiento de un
niño, o en presencia de la muerte, o
cuando uno de los dos está gravemente enfermo,
cualquier cosa que vuelva la mente
carente de poder. Cuando esto ocurre, su Ser, que
está habitualmente enterrado bajo la
mente, se revela y es eso lo que hace posible la
verdadera comunicación.
La comunicación es comunión, la
realización de la unidad, que es amor.
Habitualmente, esto se pierde de nuevo
muy rápido a menos que usted sea capaz de
permanecer suficientemente presente
para mantener fuera la mente y sus patrones. En
cuanto la mente y la identificación con
ella retornan, usted ya no es usted mismo sino
una imagen mental de usted mismo, y
empieza a representar papeles de nuevo para
llenar las necesidades de su ego. Usted
es una mente humana de nuevo que aparenta ser
un ser humano, interactuando con otra
mente, representando un drama llamado "amor".
Aunque son posibles breves atisbos, el
amor no puede florecer a menos que usted esté
permanentemente libre de la
identificación con la mente y su presencia sea lo
suficientemente intensa para haber
disuelto el cuerpo del dolor, o al menos pueda
permanecer presente como el observador.
El cuerpo del dolor no puede dominarlo
entonces y volverse así destructor del
amor.
LAS RELACIONES COMO PRÁCTICA ESPIRITUAL
Mientras el modo de conciencia egotista
y todas las estructuras sociales, políticas y
económicas que este creó entran en su
etapa final y se destruyen, las relaciones entre
hombres y mujeres reflejan el profundo
estado de crisis en el que la humanidad se
encuentra ahora. En la medida en que
los humanos se han ido identificando cada vez
más con la mente, la mayoría de las
relaciones no se arraigan en el Ser y así se
convierten en una fuente de dolor y
permanecen dominadas por los problemas y el
conflicto.
Ahora hay millones de personas que
viven solas o como padres solteros, incapaces de
establecer una relación íntima o
renuentes a repetir el drama demente de las relaciones
pasadas.
Otros saltan de una relación a otra, de
un ciclo de placer y dolor a otro, en busca de la
meta esquiva de realización a través de
la unión con la polaridad de energía contraria.
Otros se comprometen y continúan juntos
en una relación disfuncional -en la que
prevalece la negatividad- por el bien
de los hijos, por la seguridad, la fuerza de la
costumbre, el miedo a estar solos o
algún otro arreglo "beneficioso", o incluso por la
adicción inconsciente a la excitación
del drama emocional y el dolor.
Sin embargo, cada crisis supone no sólo
un peligro sino también una oportunidad. Si
las relaciones energizan y magnifican
los patrones de la mente egotista y activan el
cuerpo del dolor, como ocurre en estos
tiempos, ¿por qué no aceptar este hecho más que
tratar de escapar de él? ¿Por qué no
cooperar con él en lugar de evitar las relaciones o
continuar persiguiendo el fantasma de
un compañero ideal como respuesta a sus
problemas o como un medio de sentirse
realizado? La oportunidad que está oculta en
cada crisis no se manifiesta hasta que
todos los hechos de una situación dada se
reconocen y aceptan completamente.
Mientras usted los niegue, mientras trate de
escapar de ellos o desee que las cosas
sean diferentes, la ventana de la oportunidad no se
abrirá, y usted permanecerá atrapado en
esa situación, que continuará siendo la misma o
se deteriorará más.
El reconocimiento y la aceptación de
los hechos traen consigo un cierto grado de
libertad. Por ejemplo, cuando usted
sabe que no hay armonía y se da cuenta de ese
hecho, a través de ese conocimiento ha
aparecido un nuevo factor y la falta de armonía
no puede permanecer sin cambiar. Cuando
usted sabe que no está en paz, su
conocimiento crea un espacio tranquilo
que rodea a su falta de paz en un abrazo
amoroso y tierno que la transmuta y la
convierte en paz. En cuanto a la transformación
interior, no hay nada que usted pueda
hacer. No puede transformarse a sí mismo, y
ciertamente no puede transformar a su
pareja ni a ninguna otra persona. Todo lo que
usted puede hacer es crear un espacio
para que ocurra la transformación, para que entren
la gracia y el amor.
Así pues, siempre que su relación no
funcione, siempre que lo "enloquezca" a usted y a
su pareja, alégrese. Lo que era
inconsciente está saliendo a la luz. Es una oportunidad de
salvación. Todo el tiempo esté
consciente de ese momento, particularmente de su estado
interior. Si hay rabia, sepa que hay
rabia. Si hay celos, actitud defensiva, impulso de
discutir, necesidad de tener la razón,
una frialdad interior que pide amor y atención, o
dolor emocional de cualquier tipo, lo
que sea, conozca la realidad de ese momento y esté
atento a ese conocimiento. La relación
entonces se volverá su sadhana, su práctica
espiritual. Si usted observa una
conducta inconsciente en su compañero, manténgala
dentro del abrazo amoroso de su
conocimiento para no reaccionar. La inconsciencia y el
conocimiento no pueden coexistir
durante mucho tiempo, incluso si el conocimiento está
en la otra persona y no en la que está
actuando llevada por la inconsciencia. La forma de
energía que hay tras la hostilidad y el
ataque encuentra la presencia del amor
absolutamente intolerable. Si usted
reacciona ante la inconsciencia de su compañero, se
vuelve inconsciente también. Pero si en
ese momento se acuerda de conocer su reacción,
nada se ha perdido.
La humanidad está bajo una gran presión
de evolucionar porque es nuestra única
oportunidad de sobrevivir como especie.
Esto afecta todos los aspectos de su vida y las
relaciones cercanas en particular. Las
relaciones nunca antes han sido tan problemáticas
ni han estado tan cargadas de conflicto
como ahora. Como habrá notado, su objetivo no
es hacerlo feliz o realizarlo. Si usted
continúa persiguiendo la meta de la salvación a
través de una relación, se
desilusionará una y otra vez. Pero si usted acepta que la
relación es para hacerlo consciente en
lugar de feliz, entonces sí le ofrecerá salvación y
usted se sintonizará con la conciencia
superior que quiere nacer en este mundo. Para
quienes se aferran a los patrones
antiguos, habrá cada vez más dolor, violencia,
confusión y locura.
Supongo que se necesitan dos para hacer
de una relación una práctica espiritual,
como usted sugiere. Por ejemplo, mi
pareja todavía actúa según los viejos patrones de
celos y control. Le he señalado eso
muchas veces, pero es incapaz de verlo.
¿Cuántas persona se necesitan para
hacer de su vida una práctica espiritual? No
importa si su pareja no quiere
cooperar. La salud mental -la conciencia- sólo puede
llegar a este mundo a través de usted.
Usted no necesita esperar a que el mundo se
vuelva cuerdo, o a que otro se vuelva
consciente, para ser usted un iluminado. Podría
llegar a esperar por siempre. No acuse
a los demás de ser inconscientes. En el momento
en que usted comienza a discutir, se ha
identificado con una posición mental y está
defendiendo no sólo esa posición sino
también su sentido de sí mismo. El ego entra a la
carga. Usted se ha vuelto inconsciente.
A veces puede ser apropiado señalar ciertos
aspectos de la conducta de su cónyuge.
Si usted está muy alerta, muy presente, puede
hacer eso sin involucrar el ego, sin
culpar, acusar o hacer daño al otro. Cuando su
compañero actúa inconscientemente,
abandone todo juicio. El juicio es, o bien confundir
la conducta de alguien con quien es esa
persona o proyectar la propia inconsciencia en
otra persona y confundir eso con lo que
es ella. Abandonar el juicio no significa que
usted no reconozca la disfunción y la
inconsciencia cuando la vea. Significa ser "el que
conoce" en lugar de "ser la
reacción" y el juez. Entonces, o bien usted estará totalmente
libre de reacción o reaccionará y aún
será el que conoce, el espacio en el que la reacción
se observa y se le permite ser. En
lugar de luchar contra la oscuridad, usted trae la luz.
En lugar de reaccionar al error, usted
lo ve y sin embargo al mismo tiempo mira a través
de él. Ser el que conoce crea un
espacio claro de presencia amorosa que permite a todas
las cosas y a todas las personas ser
como son. No existe mayor catalizador para la
transformación. Si usted practica esto,
su compañero no puede quedarse con usted y
permanecer inconsciente.
Si ambos están de acuerdo en que la
relación será su práctica espiritual, mucho mejor.
Entonces pueden expresar sus
pensamientos y sentimientos mutuamente tan pronto
como ocurran, o tan pronto como una
reacción surja, de modo que no crean una brecha
de tiempo en la que una emoción o una
queja se encone y crezca. Aprenda a dar
expresión a lo que siente sin acusar.
Aprenda a escuchar a su compañero en una forma
abierta, no defensiva. Déle espacio
para expresarse. Esté presente. Acusar, defenderse,
atacar, todos esos patrones diseñados
para fortalecer o proteger el ego o para llenar sus
necesidades se volverán inoficiosos.
Dar espacio a los demás -y a usted mismo- es vital.
El amor no puede florecer sin ello.
Cuando usted ha suprimido los dos factores que
destruyen las relaciones, cuando el
cuerpo del dolor se ha transmutado y usted ya no está
identificado con la mente y con las
posiciones mentales, y si su pareja ha hecho lo
mismo, usted experimentará la felicidad
del florecimiento de la relación. En lugar de
reflejar el uno en el otro su
sufrimiento y su inconsciencia, en lugar de satisfacer sus
mutuas necesidades adictivas del ego,
reflejarán mutuamente el amor que sienten en lo
profundo de ustedes, el amor que viene
con la comprensión de su unidad con todo lo que
es. Ese es el amor que no tiene contrario.
Si su compañero está todavía
identificado con la mente y el cuerpo del dolor mientras
que usted ya es libre, esto
representará un reto mayor, no para usted sino para su
compañero. No es fácil vivir con una
persona iluminada, o más bien, es tan fácil que el
ego lo encuentra extremadamente
amenazador. Recuerde que el ego necesita problemas,
conflicto y enemigos para fortalecer la
sensación de separación de la que depende su
identidad. La mente del compañero no
iluminado se sentirá profundamente frustrada
porque sus posiciones fijas no
encuentran resistencia, lo que significa que se tambalean
y se debilitan e incluso corren
"peligro" de derrumbarse completamente, lo que
produciría la pérdida de la identidad.
El cuerpo del dolor está pidiendo retroalimentación
sin recibirla. La necesidad de
discusión, de drama y de conflicto no se satisface. Pero
atención: algunas personas que no
responden, que se encierran, que son insensibles o
están desconectadas de sus sentimientos
pueden pensar, y convencer a los demás, de que
son iluminadas, o al menos de que no
hay "nada malo" en ellas y todo lo malo está en su
compañero. Los hombres tienden a hacer
eso más que las mujeres. Pueden ver a sus
compañeras como irracionales o
emocionales. Pero si usted puede sentir sus emociones,
no está lejos del cuerpo interior
radiante que hay bajo ellas. Si usted está
fundamentalmente en su cabeza, la
distancia es mucho mayor, y necesita traer la
conciencia a su cuerpo emocional antes
de llegar al cuerpo interior.
Si no hay una emanación de amor y
alegría, presencia completa y apertura hacia todos
los seres, entonces no hay iluminación.
Otro indicador es cómo actúa una persona en
situaciones difíciles o amenazadoras o
cuando las cosas "van mal". Si su "iluminación"
es autoengaño del ego, entonces la vida
pronto le ofrecerá un reto que sacará a flote su
falta de conciencia en cualquier forma,
como miedo, ira, actitud defensiva, juicio,
depresión, etcétera. Si usted sostiene
una relación, muchos de los retos le llegarán a
través de su pareja. Por ejemplo, una
mujer puede tener el reto de un compañero
insensible que vive casi completamente
en su cabeza. Se sentirá amenazada por su
incapacidad de oírla, de darle atención
y espacio para ser, lo que se debe a su falta de
presencia. La ausencia de amor en la
relación, que suele sentirse más agudamente por
parte de la mujer que del hombre,
disparará el cuerpo del dolor de la mujer y a través de
él atacará a su compañero, lo culpará,
lo criticará, le hará ver que está equivocado,
etcétera. Esto a su vez se convierte en
el reto de él. Para defenderse del ataque del
cuerpo del dolor de ella, que ve como
totalmente injustificado, se atrincherará aún más
profundamente en sus posiciones
mentales, mientras justifica, se defiende o contraataca.
Eventualmente esto puede activar su
propio cuerpo del dolor. Cuando ambos han sido
dominados así, se ha alcanzado un
profundo nivel de inconsciencia, de violencia
emocional, de ataque y contraataque
salvajes. No disminuirá hasta que ambos cuerpos
del dolor se hayan reaprovisionado y
entren en estado latente. Hasta la siguiente vez.
Esta es sólo una de un número
interminable de posibles situaciones. Se han escrito
muchos volúmenes y se podrían escribir
muchos más, sobre las formas en que la
inconsciencia sale a flote en las
relaciones entre hombre y mujer. Pero, como dije antes,
una vez que usted entiende la raíz de
la disfunción, no necesita explorar sus
innumerables manifestaciones.
Miremos de nuevo brevemente la
situación que acabo de describir. Cada amenaza que
contiene es una oportunidad de
salvación. En cada etapa del proceso disfuncional que se
desarrolla, es posible la liberación de
la inconsciencia. Por ejemplo, la hostilidad de la
mujer podría ser una señal para que el
hombre salga de su estado de identificación con la
mente, despierte al Ahora, se vuelva
presente, en lugar de sentirse aún más identificado,
aún más inconsciente. En lugar de
"ser" el cuerpo del dolor, la mujer podría ser el
conocedor que observa el dolor
emocional en sí misma, accediendo así al poder del
Ahora e iniciando la transmutación del
dolor. Esto suprimiría la proyección compulsiva
y automática del mismo hacia el
exterior. Entonces podría expresar sus sentimientos a su
pareja. No hay garantía, por supuesto,
de que él escuche, pero le da una buena
oportunidad de volverse presente y
desde luego rompe el círculo malsano de la
actuación involuntaria según viejos
patrones mentales. Si la mujer pierde esa
oportunidad, el hombre podría mirar su
propia reacción mental-emocional al dolor de
ella, su propia actitud defensiva, en
lugar de ser la reacción. Podría entonces observar
cómo su propio cuerpo del dolor se
dispara y traer así conciencia a sus emociones. De
esta manera, surgiría un claro y
calmado espacio de pura conciencia: el que conoce, el
testigo silencioso, el que observa.
Esta conciencia no niega el dolor y sin embargo está
más allá de él. Lo deja ser y sin
embargo lo transmuta al mismo tiempo. Acepta todo y
lo transforma todo. Se habría abierto
una puerta para ella a través de la cual podría
fácilmente unirse a él en ese espacio.
Si usted está habitualmente, o al menos
la mayoría de las veces, presente en su
relación, este será el mayor reto para
su compañero. No podrá tolerar su presencia
durante mucho tiempo y permanecer
inconsciente. Si está listo, cruzará la puerta que
usted le abrió y se unirá a usted en
ese estado. Si no lo está, se separarán como el agua y
el aceite. La luz es demasiado dolorosa
para el que quiere permanecer en la oscuridad.
POR QUÉ LAS MUJERES ESTÁN MÁS CERCA DE
LA ILUMINACIÓN
¿Los obstáculos hacia la iluminación
son los mismos para hombres y mujeres?
Sí, pero el énfasis es diferente. En
general, es más fácil para una mujer sentir y estar en
su cuerpo, así que está naturalmente
más cerca del Ser y potencialmente más cerca de la
iluminación que un hombre. Por eso
muchas culturas antiguas instintivamente
escogieron figuras o analogías
femeninas para representar o describir la realidad
trascendental y sin forma. A menudo se
veía como una matriz que da a luz a todo en la
creación y que lo sostiene y nutre
durante su vida como forma. En el Tao Te King, uno
de los libros más antiguos y profundos
que se han escrito, el Tao, que podría traducirse
como Ser, se describe como
"infinito, eternamente presente, la madre del universo".
Naturalmente, las mujeres están más
cerca de él que los hombres puesto que
virtualmente "encarnan" lo No
Manifestado. Más aún, todas las criaturas y todas las
cosas deben eventualmente retornar a la
Fuente. "Todas las cosas se desvanecen en el
Tao. Sólo él permanece". Puesto
que la Fuente se percibe como femenina, se representa
como los lados claro y oscuro del
arquetipo femenino en psicología y mitología. La
Diosa o Madre Divina tiene dos
aspectos: da la vida y la quita.
Cuando la mente tomó el poder y los
hombres perdieron contacto con la realidad de su
esencia divina, empezaron a creer en
Dios como una figura masculina. La sociedad
empezó a ser dominada por lo masculino
y lo femenino quedó subordinado a lo
masculino.
No estoy sugiriendo volver a las
representaciones femeninas primitivas de lo divino.
Algunas personas usan ahora Diosa en
lugar de Dios. Están restaurando el equilibrio
entre lo masculino y lo femenino que se
perdió hace mucho tiempo, y eso es bueno. Pero
todavía es una representación y un
concepto, quizá temporalmente útil, como un mapa o
un poste indicador es útil
temporalmente, pero resulta ser un impedimento más que una
ayuda cuando usted está listo para
comprender la realidad más allá de todo concepto o
imagen. Lo que continúa siendo
verdadero, sin embargo, es que la frecuencia de energía
de la mente parece ser esencialmente
masculina. La mente se resiste, lucha por el
control, usa, manipula, ataca, trata de
atrapar y poseer. Por eso el Dios tradicional es una
figura de autoridad patriarcal,
controladora, un hombre a menudo iracundo al cual usted
debería temer, como sugiere el Antiguo
Testamento. Este Dios es una proyección de la
mente humana.
Para ir más allá de la mente y volverse
a conectar con la realidad más profunda del Ser,
se necesitan cualidades muy diferentes:
entrega, ausencia de juicio, una apertura que
permita que la vida sea en lugar de
resistirse a ella, la capacidad de sostener todas las
cosas en el abrazo amoroso de su
conocimiento. Todas estas cualidades están mucho
más cercanamente relacionadas con el
principio femenino. Mientras que la energía de la
mente es dura y rígida, la energía del
Ser es suave y dúctil y sin embargo infinitamente
más poderosa que la mente. La mente
gobierna nuestra civilización, mientras que el Ser
está a cargo de toda la vida en nuestro
planeta y más allá. El Ser es la verdadera
Inteligencia cuya manifestación visible
es el universo físico. Aunque las mujeres están
potencialmente más cerca de él, los
hombres también pueden acceder a él dentro de sí
mismos.
En este momento, la inmensa mayoría de
hombres y mujeres están todavía en las
garras de la mente: identificados con
el pensador y con el cuerpo del dolor. Esto, por
supuesto, es lo que impide la
iluminación y el florecimiento del amor. Como regla
general, el mayor obstáculo para los
hombres tiende a ser la mente pensante y el mayor
obstáculo para las mujeres el cuerpo
del dolor, aunque en ciertos casos individuales
puede ser cierto lo contrario y en
otros los dos factores pueden ser iguales.
DISOLVER EL CUERPO DEL DOLOR COLECTIVO
DE LAS MUJERES
¿Por qué el cuerpo del dolor es un
obstáculo mayor para las mujeres?
El cuerpo del dolor generalmente tiene
un aspecto colectivo así como uno personal. El
aspecto personal es el residuo
acumulado de dolor emocional sufrido en el propio
pasado. El aspecto colectivo es el
dolor acumulado en la psique humana colectiva
durante miles de años a través de la
enfermedad, la tortura, la guerra, el asesinato, la
crueldad, la locura, etcétera. El
cuerpo del dolor de cada uno participa también de este
cuerpo del dolor colectivo. Hay
diferentes ramas en el cuerpo del dolor colectivo. Por
ejemplo, ciertas razas o países en los
que ocurren formas extremas de lucha y violencia
tienen un cuerpo del dolor colectivo
más pesado que otros. Cualquiera que tenga un
cuerpo del dolor fuerte y una
conciencia insuficiente para dejar de identificarse con él no
sólo se sentirá forzado a volver a
vivir periódica o continuamente su dolor emocional
sino que puede también fácilmente
convertirse en el perpetrador o en la víctima de la
violencia, dependiendo de si su cuerpo
del dolor es predominantemente activo o pasivo.
Por otra parte, también pueden estar
potencialmente más cercanos a la iluminación. Este
potencial no se realiza necesariamente
por supuesto, pero si usted está atrapado en una
pesadilla, probablemente estará más
fuertemente motivado a despertar que alguien que
sólo está atrapado en los altibajos de
un sueño ordinario.
Aparte de su cuerpo del dolor personal,
toda mujer tiene participación en lo que podría
describirse como el cuerpo del dolor
femenino colectivo, a menos que sea
completamente consciente. Este cuerpo
está formado por el dolor acumulado que ha sido
soportado por las mujeres, en parte a
través de la dominación de la mujer por el hombre,
de la esclavitud, de la explotación,
las violaciones, el dar a luz, la pérdida de los hijos,
etcétera, durante miles de años. El
dolor físico y emocional que muchas mujeres sienten
antes y durante la menstruación es el
cuerpo del dolor en su aspecto colectivo que
despierta de su latencia en ese
momento, aunque puede dispararse en otras
oportunidades también. Restringe el
flujo libre de energía vital a lo largo del cuerpo, del
cual la menstruación es una expresión
física. Demorémonos en esto por un momento y
veamos cómo puede convertirse en una
oportunidad para la iluminación.
A menudo las mujeres son
"dominadas" por el cuerpo del dolor en ese momento. Tiene
una carga energética extremadamente
poderosa que puede empujarla a la identificación
inconsciente con él. Usted entonces es
poseída activamente por un campo de energía que
ocupa su espacio interior y simula ser
usted pero, por supuesto, no lo es en absoluto.
Habla a través de usted, actúa a través
de usted, piensa a través de usted. Creará
situaciones negativas en su vida para
poder alimentarse de esa energía. Quiere más
dolor, en cualquier forma. He descrito
ya este proceso. Puede ser maligno y destructivo.
Es puro dolor, dolor pasado, y no es
usted.
El número de mujeres que se aproxima
ahora al estado completamente consciente
excede ya al de hombres y crecerá aún
más rápidamente en los años venideros. Los
hombres quizá las alcancen al final,
pero durante un tiempo considerable habrá una
brecha entre la conciencia de los
hombres y la de las mujeres. Las mujeres están
recuperando la función que es su
derecho de nacimiento y, por tanto, llega a ellas más
naturalmente que a los hombres: ser un
puente entre el mundo manifestado y lo No
Manifestado, entre la físico y el
espíritu. Su mayor tarea como mujer ahora es transmutar
el cuerpo del dolor para que no siga
interponiéndose entre usted y su verdadero ser, la
esencia de lo que usted es. Por
supuesto, usted también tiene que manejar el otro
obstáculo hacia la iluminación, que es
la mente pensante, pero la intensa presencia que
usted genera cuando maneja el cuerpo
del dolor, la liberará también de la identificación
con la mente.
La primera cosa que tiene que recordar
es esta: mientras usted construya su identidad a
partir del dolor, no puede liberarse de
él. Mientras una parte de su sentido de sí misma
esté invertida en su dolor emocional
usted inconscientemente se resistirá o saboteará
cualquier intento que haga de curar ese
dolor. ¿Por qué? Muy sencillo, porque desea
mantenerse intacta y el dolor se ha
convertido en parte esencial suya. Este es un proceso
inconsciente y la única forma de
superarlo es hacerlo consciente.
Ver súbitamente que está o ha estado
aferrada a su dolor puede ser algo bastante
impactante. En el momento en que se da
cuenta de esto, ha roto la fijación. El cuerpo del
dolor es un campo de energía, casi como
una entidad, que se ha alojado temporalmente
en su espacio interior. Es energía
vital que ha quedado atrapada, energía que ya no fluye.
Por supuesto, el cuerpo del dolor está
ahí por ciertas cosas que ocurrieron en el pasado.
Es el pasado que vive en usted y si se
identifica con él, se identifica con el pasado. Una
identidad de la víctima es la creencia
de que el pasado es más poderoso que el presente,
lo que es contrario a la verdad. Es la
creencia de que otras personas y lo que le hicieron
son responsables de lo que usted es
ahora, de su dolor emocional o de su incapacidad de
convertirse en su verdadero ser. La
verdad es que el único poder que hay está contenido
en este momento: es el poder de su
presencia. Una vez que usted sabe esto, también se
da cuenta de que usted es responsable
de su espacio interior ahora -nadie más lo es- y de
que el pasado no puede prevalecer
contra el poder del Ahora.
Así pues la identificación le impide
manejar el cuerpo del dolor. Algunas mujeres que
son ya suficientemente conscientes para
haber abandonado su identidad de víctimas en
el nivel personal todavía se aferran a
una identidad colectiva de víctimas: "lo que los
hombres les hicieron a las
mujeres". Tienen razón, y también están equivocadas. Están
en lo cierto en cuanto que el cuerpo
del dolor femenino colectivo se debe en gran parte a
la violencia infligida por el varón a
la mujer y a la represión del principio femenino por
todo el planeta durante milenios. Están
equivocadas si derivan un sentido de identidad
de este hecho y por lo tanto se
mantienen aprisionadas en una identidad colectiva de
víctimas. Si una mujer aún se aferra a
la rabia, el resentimiento o la condenación, se está
aferrando a su cuerpo del dolor. Esto
puede darle una sensación consoladora de
identidad, de solidaridad con otras
mujeres, pero la mantiene atada al pasado y bloquea
el acceso completo a su esencia y al
verdadero poder. Si las mujeres se excluyen de los
hombres, eso alimenta un sentido de
separación y por lo tanto un fortalecimiento del
ego. Y cuanto más fuerte es el ego, más
distante está usted de su verdadera naturaleza.
Así que no use el cuerpo del dolor para
darle identidad. Úselo en cambio para la
iluminación. Transmútelo en conciencia.
Uno de los mejores momentos para esto es
durante el periodo menstrual. Creo que,
en los próximos años, muchas mujeres entrarán
en el estado de conciencia total
durante esos días. Generalmente, es un tiempo de
inconsciencia para muchas mujeres,
puesto que son dominadas por el cuerpo del dolor
colectivo. Una vez que usted ha
alcanzado un cierto nivel de conciencia, sin embargo,
puede cambiar esto, así que en lugar de
volverse inconsciente puede volverse más
consciente. He descrito el proceso
básico ya, pero permítame hacerlo de nuevo, esta vez
con referencia especial al cuerpo del
dolor femenino colectivo.
Cuando sepa que se acerca el flujo
menstrual, antes de que sienta los primeros signos
de lo que se llama comúnmente tensión
premenstrual, el despertar del cuerpo del dolor
femenino colectivo, póngase muy alerta
y habite su cuerpo tan plenamente como sea
posible. Cuando aparezca el primer
signo, debe estar suficientemente alerta para
"atraparlo" antes de que la
domine. Por ejemplo, el primer signo puede ser una fuerte
irritación repentina o un relámpago de
rabia, o puede ser un síntoma puramente físico.
Sea lo que sea, atrápelo antes de que
domine su pensamiento o su conducta. Esto
significa simplemente enfocar su
atención en él. Si es una emoción, sienta la fuerte carga
de energía que hay tras ella. Sepa que
es el cuerpo del dolor. Al mismo tiempo, sea el
que conoce; es decir, dése cuenta de su
presencia consciente y sienta su poder. Cualquier
emoción a la que aplique su presencia
disminuirá rápidamente y se transmutará. Si es un
síntoma puramente físico, la atención
que le dé evitará que se convierta en una emoción
o un pensamiento. Después continúe
alerta y espere el siguiente signo del cuerpo del
dolor. Cuando aparezca, atrápelo de
nuevo de la misma manera que antes.
Más tarde, cuando el cuerpo del dolor
haya despertado completamente de su estado
latente, usted puede experimentar una
turbulencia considerable en su espacio interior por
un tiempo, quizá varios días. Cualquier
forma que tome, manténgase presente.
Entréguele su atención completa.
Observe la turbulencia que hay en su interior. Sepa
que está allá. Mantenga el conocimiento
y sea el que conoce. Recuerde: no deje que el
cuerpo del dolor use su mente y se
apodere de su pensamiento. Obsérvelo. Sienta su
energía directamente dentro de su
cuerpo. Como sabe, atención plena significa
aceptación completa.
Por medio de una atención sostenida y
por lo tanto de la aceptación, llega la
transmutación. El cuerpo del dolor se
transforma en conciencia radiante, lo mismo que
un trozo de madera, cuando se pone en
el fuego o cerca de él, se transformará en fuego.
La menstruación se volverá no sólo una
expresión gozosa y realizadora de su feminidad
sino también un tiempo sagrado de
transmutación en el que usted da nacimiento a una
nueva conciencia. Su verdadera
naturaleza brillará entonces, en su aspecto femenino
como la Diosa y en su aspecto
trascendental como el Ser divino que es usted, más allá de
la dualidad masculino-femenino.
Si su compañero varón es
suficientemente consciente, puede ayudarla con la práctica
que acabo de describirle manteniendo
con frecuencia una presencia intensa,
particularmente en este tiempo. Si él
permanece presente siempre que usted caiga en la
identificación inconsciente con el
cuerpo del dolor, lo que puede suceder y sucederá al
principio, usted podrá unirse
rápidamente a él en ese estado. Eso significa que siempre
que el cuerpo del dolor domine
temporalmente, bien sea durante el periodo menstrual o
en otros momentos, su compañero no lo
confundirá con lo que es usted realmente.
Incluso si el cuerpo del dolor la
ataca, como probablemente ocurrirá, no reaccionará
contra él como si fuera
"usted", se retirará o levantará algún tipo de defensa. Conservará
el espacio de intensa presencia. No se
necesita nada para la transformación. En otros
momentos, usted podrá hacer lo mismo
por él o ayudarlo a reclamar conciencia de la
mente trayendo su atención al aquí y al
ahora, cuando se identifique con su pensamiento.
De esta forma, surgirá entre ustedes un
campo de energía permanente, de una
frecuencia pura y alta. Ni la ilusión,
ni el dolor, ni el conflicto, nada que no sea ustedes y
nada que no sea amor puede sobrevivir
en él. Esto representa la realización del propósito
divino, transpersonal, de su relación.
Se convierte en un vórtice de conciencia que
atraerá muchos otros.
RENUNCIE A LA RELACIÓN CONSIGO MISMO
Cuando uno está plenamente consciente
¿aún tendrá necesidad de una relación?¿ Un
hombre todavía se sentiría atraído por
una mujer? ¿Una mujer todavía se sentiría
incompleta sin un hombre?
Iluminado o no, usted todavía es un
hombre o una mujer, así que en el nivel de su
identidad formal usted no está
completo. Usted es la mitad de un todo. Esta falta de
plenitud se siente como atracción
hombre-mujer, el empuje hacia la polaridad de energía
contraria, no importa cuán consciente
sea usted. Pero en ese estado de unión interior,
usted siente esa atracción en alguna
parte de la superficie o la periferia de su vida.
Cualquier cosa que le ocurra en ese
estado se siente en cierta medida así. Todo el mundo
parece olas o arrugas en la superficie
de un vasto y profundo océano. Usted es ese
océano y, por supuesto, usted también
es una arruga, pero una arruga que ha realizado su
verdadera identidad como océano, y
comparada con esa vastedad y profundidad, el
mundo de las olas y las arrugas no es
tan importante.
Esto no significa que usted no se
relacione profundamente con otras personas o con su
pareja. De hecho, usted puede
relacionarse profundamente sólo si es consciente del Ser.
Viniendo del Ser usted es capaz de
centrarse más allá del velo de la forma. En el Ser
hombre y mujer son uno solo. Su forma
puede seguir teniendo ciertas necesidades, pero
el Ser no tiene ninguna. Ya está
completo. Si esas necesidades se llenan, maravilloso,
pero se llenen o no, no hay ninguna
diferencia para su estado interior profundo. Es
perfectamente posible para una persona
iluminada no llenar la necesidad de la polaridad
masculina o femenina, tener una
sensación de carencia o falta de plenitud en el nivel
exterior de su ser y al mismo tiempo
estar totalmente completo, realizado y en paz en el
interior.
En la búsqueda de la iluminación ¿ser
homosexual es una ayuda o un obstáculo, o no
supone ninguna diferencia?
Según se aproxima a la edad adulta, la
incertidumbre respecto a su sexualidad seguida
de la comprensión de que usted es
"diferente" de los demás puede forzarlo a
desidentificarse de los patrones de
pensamiento y conducta condicionados socialmente.
Esto elevará automáticamente su nivel
de conciencia sobre el de la mayoría
inconsciente, cuyos miembros aceptan
sin cuestionar todos los patrones heredados. En
este sentido, ser homosexual puede ser
una ayuda. Ser un extraño en alguna medida,
alguien que no "encaja" con
los demás o que es rechazado por ellos por cualquier razón,
hace la vida difícil, pero también lo
pone a usted en ventaja en cuanto a la iluminación.
Lo saca de la inconsciencia casi por la
fuerza.
Por otra parte, si usted desarrolla
entonces un sentido de identidad basado en su
homosexualidad, ha escapado de una
trampa sólo para caer en otra. Usted representará
roles y juegos impuestos por una imagen
mental que tiene de usted mismo como
homosexual. Se volverá inconsciente. Se
volverá irreal. Bajo su máscara de ego, puede
llegar a ser muy infeliz. Si le ocurre
esto, ser homosexual se habrá vuelto un obstáculo.
Pero usted siempre tiene otra
oportunidad, por supuesto. Una infelicidad aguda puede
ser un gran despertador.
¿No es verdad que se necesita tener una
buena relación consigo mismo y amarse a sí
mismo antes de tener una relación plena
con otra persona?
Si usted no puede estar a gusto consigo
mismo cuando está solo, buscará una relación
para ocultar su desasosiego. Puede
estar seguro de que este reaparecerá en cualquier otra
forma en la relación y usted
probablemente responsabilizará a su pareja por ello.
Todo lo que usted necesita hacer es
aceptar este momento plenamente. Entonces usted
se sentirá tranquilo en el aquí y ahora
y consigo mismo.
¿Pero necesita tener una relación
consigo mismo para algo? Por qué no puede
sencillamente ser usted mismo? Cuando
usted tiene una relación consigo mismo se ha
partido en dos: "yo" y
"mí mismo", sujeto y objeto. Esta dualidad creada por la mente es
la causa radical de toda la complejidad
innecesaria, de todos los problemas y conflictos
de su vida. En el estado de iluminación
usted es usted mismo, usted y usted mismo se
hacen uno. Usted no se juzga, no siente
pena por usted mismo, no está orgulloso de sí
mismo, no se ama a si mismo, no se odia
a sí mismo... La ruptura causada por la
conciencia auto-reflejada se cura, su
maldición desaparece. No hay "uno mismo" que
usted necesite proteger, defender o
alimentar más. Cuando usted está iluminado, hay una
relación que ya no tiene, la relación
consigo mismo. Una vez que haya renunciado a eso,
todas las demás serán relaciones de
amor.
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